Preocupa a Bonn la pol¨ªtica de Carter sobre la venta de tecnolog¨ªa nuclear
Las declaraciones del presidente electo norteamericano, Jimmy Carter, en relaci¨®n con la cesi¨®n de tecnolog¨ªa nuclear a pa¨ªses que hasta el presente no hab¨ªan participado en su desarrollo, sigue siendo motivo de preocupaci¨®n en la Rep¨²blica Federal. La econom¨ªa alemana teme, no sin raz¨®n, que Estados Unidos podr¨¢n optar bajo Carter por medidas coercitivas que a la postre, imposibilitar¨ªan la puesta en marcha de por lo menos cuatro centrales nucleares que la RFA montar¨¢ en el Brasil en virtud de un acuerdo bilateral que representa el mayor, ?negocio? hecho jam¨¢s por Alemania en una sola operaci¨®n.
Estados Unidos aduce en defensa de sus reservas el peligro de que mediante la cesi¨®n de ?tecnolog¨ªa at¨®mica? podr¨ªan facilitarse a los pa¨ªses receptores la construcci¨®n de armamento nuclear.En Washington se ha abierto camino la visi¨®n apocal¨ªptica de que hasta 1990 se producir¨ªa en las centrales nucleares del Tercer Mundo la cantidad de plutonio necesaria para la construcci¨®n de 3.000 bombas at¨®micas, cada una con una capacidad destructiva equivalente a la que destruy¨® Hiroshima. Corno contrapartida, los no incluidos en el distinguido club de los ?tecn¨®logos at¨®micos? opinan que de manten¨¦rseles alejados del progreso tecnol¨®gico en este campo, terminar¨ªan pronto a depender no s¨®lo de los productores de petr¨®leo sino tambi¨¦n de las superpotencias industriales poseedoras de los secretos nucleares.
Esto significa que Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica. se servir¨ªan en virtud de sus acuerdos bilaterales, de la tecnolog¨ªa nuclear para cimentar su hegemon¨ªa absoluta en el mundo.
Prescindiendo de estas consideraciones pol¨ªticas generales, la puesta en marcha del proyecto germano brasile?o se encuentra con otras dificultades inesperadas. Holanda ha protestado contra un convenio privado con la empresa mixta germana-holandesa-brit¨¢nica, Urenco, para la provisi¨®n de la instalaci¨®n nuclear brasile?a con combustible nuclear.
Exigencia holandesa
La Haya exige del Brasil que se adhiera al tratado de no proliferaci¨®n de armas nucleares o que someta todas las plantas nucleares al control de la Organizaci¨®n Internacional de Energ¨ªa Nuclear, de Viena. En vista de estos obst¨¢culos, no previstos, el proyecto germano- brasile?o estar¨ªa condenado al fracaso a no ser que los Pa¨ªses Bajos y Estados Unidos cambien de actitud.
No obstante, en Bonn reina cierto optimismo, pese a los augurios pesimistas. Los responsables en este campo estiman que con el acuerdo germano-brasile?o se ha hecho una aportaci¨®n nada desde?able al reordenamiento del sistema de exportaci¨®n de tecnolog¨ªa nuclear, y con ello al perfeccionamiento del tratado de no proliferaci¨®n de armamento nuclear.
Bonn se basa para esta valoraci¨®n optimista en la consideraci¨®n correcta de que el mencionado tratado bilateral entre la Rep¨²blica Federal y el Brasil incluye medidas de seguridad por partida doble, es decir, que garantiza los, controles no s¨®lo de las plantas suministradas, sino tambi¨¦n de aquellas que, pudieran fabricarse posteriormente en el Brasil con la tecnolog¨ªa exportada por Alemania occidental.
Por otra parte, es incuestionable que para Bonn, la exportaci¨®n de tecnolog¨ªa, nuclear no s¨®lo representa un negocio concreto, sino adem¨¢s una necesidad ineludible para evitar que el pa¨ªs, y en opini¨®n de Bonn toda Europa occidental, terminen por quedar reducidos a mediano plazo al papel de simples comparsas en el desarrollo tecnol¨®gico-cient¨ªfico.en un terreno de vital importancia para el mantenimiento de su econom¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.