S¨ªntomas de inestabilidad en las fuerzas armadas portuguesas
Mientras la prensa portuguesa contin¨²a interrog¨¢ndose sobre el alcance de la dif¨ªcil victoria de Mario Soares y de las posiciones asumidas por los distintos partidos durante el debate presupuestario, la situaci¨®n existente en los medios militares vuelve a alimentar comentarios y preocupaciones.
El general Morais e Silva ha presentado su dimisi¨®n como jefe de estado mayor de la Fuerza A¨¦rea. El Consejo de la Revoluci¨®n ha confirmado ahora oficialmente la noticia lanzada hace varias semanas por la prensa en medio de numerosas especulaciones.Al abandonar sus funciones, Morais e Silva pierde su asiento en el Consejo, aunque se rumorea que podr¨ªa ocuparlo de nuevo por elecci¨®n de la Fuerza A¨¦rea (que dispone de tres representantes) y en sustituci¨®n del comandante aviador Canto e Castro, sometido a una investigaci¨®n a causa de sus supuestos contactos extraoficiales con el dirigente angolano Holden Roberto.
Tambi¨¦n se considera la posibilidad de que otro consejero de la revoluci¨®n de la Fuerza A¨¦rea el comandante Costa Neves, se?alado como miembro del grupo de los nueve o meloantunista, estar¨ªa dispuesto a renunciar a su cargo. Con la completa renovaci¨®n de la representaci¨®n de la Fuerza A¨¦rea, tendr¨ªa lugar una modificaci¨®n de la relaci¨®n de fuerzas, en el seno del Consejo hasta ahora calificada de favorable a la ?izquierda? identificada con la figura de Melo Antunes.
Pero los especialistas en la materia atribuyen a la dimisi¨®n de Morais e Silva -que ha sido sustituido por el general Lemos Ferreira- un alcance, mucho m¨¢s profundo comentado ya con en tusiasmo por los sectores conservadores de la prensa. Al pronunciarse, por ejemplo, por la vuelta a las promociones a la escala cerrada, la Fuerza A¨¦rea ejercer¨ªa una presi¨®n muy fuerte sobre el ej¨¦rcito en el sentido del restablecimiento de la jerarqu¨ªa tradicional. Conviene recordar que por el papel predominante desempe?ado por los oficiales del ej¨¦rcito es en el movimiento de ?capitanes? donde se encuentra el mayor n¨²mero de oficiales promovidos por m¨¦ritos revolucionarios. En este caso se encuentran el actual jefe del estado mayor del ej¨¦rcito, Rocha Vieira y el gobernador militar y jefe de la regi¨®n militar de Lisboa, Vasco Louren?o. Es preciso anotar tambi¨¦n que estas dos personalidades han sido frecuentemente hostilizadas, en los ¨²ltimos tiempos, por la derecha civil y militar. El primero, por tener acerca de la reestructuraci¨®n del ej¨¦rcito, en fase de estudio adelantado, ideas que no coinciden con las concepciones de los sectores conservadores: el segundo por expresar, con facilidad y en p¨²blico, consideraciones tachadas de subversivas.
La ?operaci¨®n Morais e Silva? ser¨ªa en este contexto, una pieza de un juego m¨¢s vasto, destinado a provocar la ca¨ªda de los meloantunistas.
Algunos van m¨¢s lejos a¨²n en las especulaciones, y hablan de una maniobra envolvente, destinada a ?controlar? al propio presidente Eanes. Y que tendr¨ªa sus puntos de apoyo y sus fuentes de inspiraci¨®n en fuerzas pol¨ªticas nacionales e internacionales y en ¨®rganos mil¨ªtares supranacionales.
Otra noticia ha venido a reforzar el sentimiento de preocupaci¨®n manifestado por amplios sectores de la opini¨®n p¨²blica: los oficiales cuyos nombres figuran en el informe, reci¨¦n publicado, de la comisi¨®n que investig¨® sobre supuestos malos tratos infligidos a presos, sometidos al fuero militar despu¨¦s del 25 de abril de 1974, ser¨¢n juzgados por los consejos superiores de disciplina de los tres ej¨¦rcitos, a petici¨®n de los respectivos jefes de estado mayor.
Esta era la intenci¨®n declarada del presidente Eanes, en cuya opini¨®n un oficial debe, como la mujer de C¨¦sar, estar por encima de toda sospecha. Los propios interesados que proclaman su inocencia han pedido reiteradamente el poder demostrarla p¨²blicamente ante un tribunal.
Ahora, la f¨®rmula escogida no parece a la izquierda la m¨¢s indicada. El c¨®digo de disciplina militar a la luz del cual se va a aquilatar el valor moral y profesional de estos oficiales -elaborado en la ¨¦poca de Salazar- fue blanco de muchas cr¨ªticas, ya antes de la propia revoluci¨®n. Porque violar¨ªa, en numerosos art¨ªculos, los derechos otorgados a todo ciudadano portugu¨¦s por la nueva constituci¨®n pol¨ªtica.
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