En una democracia, las fuerzas armadas se inspiran en ideales pluralistas
EL PAIS.- ?Qu¨¦ nos puede decir de la funci¨®n del militar en una sociedad democr¨¢tica?V. B.- El requisito para que unas fuerzas armadas puedan llamarse democr¨¢ticas es que se hallen bajo el control pol¨ªtico del parlamento: que su ministro de Defensa, al tiempo que tiene toda la autoridad, tenga tambi¨¦n toda la responsabilidad y, por tanto, que sea un civil. Es necesaria, adem¨¢s, una regulaci¨®n del status del militar. El siguiente signo de unas fuerzas armadas democr¨¢ticas es que los militares mantengan su status de ciudadano, con su derecho a la informaci¨®n, a votar, a ser elegidos bajo ciertas condiciones. Su derecho de expresi¨®n debe de estar limitado por la obligaci¨®n de no decir nada que pueda ofender a sus subordinados, o que pueda poner en duda su lealtad a la ley, a las instituciones, a su ministro y al Parlamento, esto es, al Estado. Y el ¨²ltimo punto es que el militar est¨¢ s¨®lo obligado a cumplir ¨®rdenes que sean legales; las ¨®rdenes que reciba s¨®lo pueden estar en relaci¨®n con la misi¨®n espec¨ªfica que tiene encomendada, no pueden existir servicios personales ni misiones extras. Se trata siempre de que las fuerzas armadas est¨¦n motivadas por los mismos ideales que inspiran a la sociedad pluralista, esto es, la libertad, la justicia Y la dignidad humana.
EL PAIS.-?No hay una contradicci¨®n entre lo que usted dice, del derecho del militar a expresarse como ciudadano y el hecho de que dos generales alemanes que lo han hecho recientemente han sido castigados por ello?
Actitud democr¨¢tica
V. B.-Un oficial que sirve a la democracia debe mantener una actitud claramente democr¨¢tica. Pero todo acto de mando, toda orden, toda afirmaci¨®n, tiene implicaciones pol¨ªticas, y cuanto m¨¢s alto el mando, mayores implicaciones. Lo que esos generales han hecho es decir algo que pod¨ªa provocar dudas sobre si aceptan o no, reconocen o no, la ley b¨¢sica de nuestra democracia, que el Parlamento es soberano. Esas dudas han surgido no s¨®lo en nuestro pa¨ªs, sino en el Este y el Oeste, en la OTAN y en los neutrales. Este es el problema, no algo que tenga que ver con sus opiniones particulares. Dijeron algo que erosion¨® su credibilidad. y esto cre¨® un problema funcional.EL PAIS-Pero los dos generales lo que dijeron fue que el diputado Wehner hab¨ªa sido comunista, lo cual parece ser cierto... ?No es un poco exagerado castigarlos por constatar un hecho?
V. B.-Lo que ha ocurrido no tiene nada que ver con un castigo. Para empezar, es irresponsable proponer al ministro de Defensa invitar a un personaje como el coronel Rudel antes de analizar cuidadosamente su reputaci¨®n. Un general en jefe, no es un simple oficial: el comandante en jefe tiene que saber juzgar sus propias decisiones.
EL PAIS.-Se ha se?alado que los ej¨¦rcitos necesitan abrazarse a sus viejas glorias, recordar sus victorias y sus haza?as. No hay duda de que los ej¨¦rcitos alemanes de todos los tiempos han llevado a cabo grandes hechos de armas. ?C¨®mo se pueden separar ¨¦stos de su contexto pol¨ªtico? ?C¨®mo conservar esta fuente de inspiraci¨®n en las pasadas glorias?
V. B.-Desde mi punto de vista, no es necesario. Despu¨¦s de m¨¢s de veinte a?os de existencia, la Bundeswehr ha desarrollado su propia tradici¨®n. Es imposible cambiar la historia: tenemos tradiciones muy contradictorias... Creo que tenemos que seleccionar. ?Qu¨¦ clase de tradici¨®n es la que puede ayudar al oficial de hoy a reconocer los problemas de su sociedad? Desde mi punto de vista, la tradici¨®n debe de tener m¨¢s que ver con el futuro que con el pasado. Tiene usted raz¨®n, es imposible aislar los hechos militares del contexto pol¨ªtico. Mi propuesta, desde los primeros a?os cincuenta, fue que nuestras referencias hacia un pasado honroso deb¨ªan hacerse a la resistencia contra el nazismo. En ella participaron gentes que arriesgaron sus vidas, por defender los valores de nuestra democracia. Escoger tradiciones es un acto pol¨ªtico y pedag¨®gico. Las tradiciones no pueden ser meros ornamentos, sino que tienen que significar algo.
EL PAIS.-?Qu¨¦ tipo de fuerzas armadas forman hoy d¨ªa la Bundeswehr?
V. B.-En primer lugar, la Bundeswehr es un instrumento pensado para impedir la guerra, no para librarla, porque en nuestra ¨¦poca nuclear la guerra no produce soluci¨®n alguna, sino una destrucci¨®n completa de la sociedad. Este es el primer punto, una nueva misi¨®n. En segundo lugar esta misi¨®n no puede llevarse a cabo dentro del esquema del viejo estado-nac¨ª¨®n, sino en el contexto de una alianza. En tercer lugar, se trata de unas nuevas fuerzas armadas en un nuevo Estado y una nueva sociedad.
EL PAIS.-?Puede decirnos algo en torno a los poderes de que pueden y no pueden estar revestidos los ej¨¦rcitos. sobre sus relaciones jur¨ªdicas con el resto de los ciudadanos, sobre la jurisdicci¨®n militar, en suma?
V. B.-Desde el punto de vista pol¨ªtico, es importante que no exista una homogeneidad pol¨ªtica y social en el cuerpo de oficiales: ¨¦ste debe reflejar todos los grupos sociales de una sociedad pluralista, lo cual no es siempre f¨¢cil de obtener. El de la jurisdicci¨®n es un problema especial. No creo que sea necesario tener, en tiempos de paz, tribunales especiales. Pero incluso en guerra, los que presidan los tribunales deben de ser jueces ordinarios vistiendo el uniforme si se quiere. Pero un tribunal militar especial es algo pol¨ªticamente dif¨ªcil de aceptar. Eso s¨ª, los jueces deben de estar asesorados por expertos militares. En cuanto al caso particular de la disciplina, ¨¦sta debe de estar regulada por la ley, pero por una ley que no difiera de los principios de la ley civil.
EL PAIS.-En nuestra sociedad igualitaria, ?qu¨¦ pasa con la idea tradicional del militar como modelo de la sociedad, como un ejemplo moral, como inspirador de la educaci¨®n de la juventud? ?Son v¨¢lidas todav¨ªa estas ideas?
Un ciudadano normal
V. B.-Yo dir¨ªa que no. Citando el militar est¨¢ fuera de su cuartel es un ciudadano normal. Por supuesto, en caso de guerra puede servir de ejemplo, si es una persona que cumple su deber a la perfecci¨®n, pero lo mismo se puede decir de tantos otros ciudadanos que cumplen sus deberes. No existe una ejemplaridad militar espec¨ªfica, e intentar presentar un modelo militar como algo distinto del resto de la sociedad es un intento de militarizaci¨®n de ¨¦sta. Es preferible que se comporten como ciudadanos normales. El ideal del hombre-soldado es predemocr¨¢tico feudal. preindustrial. Ese est¨²pido concepto de disciplina que gran parte de la gente tiene est¨¢ fuera de lugar: eso de que la gente debe de obedecer autom¨¢ticamente es una bober¨ªa.EL PAIS.-Yo le preguntar¨ªa entonces si las sociedades industriales est¨¢n en condiciones de mostrarse, cuando sea necesario. como un pueblo guerrero, dispuesto a luchar por su independencia...
Arreglar los problemas por medios pacificos
V. B.-La sociedad industrial vive de la voluntad y capacidad de regular los conflictos mediante el uso del m¨ªnimo posible de fuerza. Este es el secreto de nuestra democracia, arreglar los problemas por medios pac¨ªficos. Pero la historia muestra que algunas democracias fueron derrotadas por Alemania, junto con otros muchos pa¨ªses. El grupo de democracias era, en tiempos de paz, m¨¢s bien pac¨ªfico, pero en el momento en que fueron atacadas se unieron y se comportaron admirablemente. No deber¨ªamos nunca comparar la actitud del soldado en tiempos de paz con la del soldado en el campo de batalla. En el campo de batalla no tenemos entusiasmo. no tenemos fanatismo. tenemos que comportarnos como un equipo si queremos sobrevivir. All¨ª las relaciones humanas son muy simples: no voy a permitir que t¨² caigas, porque ayer fuiste t¨² quien me ayud¨® a m¨ª. No tengo motivos para pensar que el oficial de hoy se comportar¨ªa de modo distinto. Esta desconfianza antidemocr¨¢tica sobre la capacidad de lucha del oficial democr¨¢tico es algo de lo que debemos deshacernos. De acuerdo con mi experiencia, cuando el momento llegue no faltar¨¢ la determinaci¨®n de luchar. La convicci¨®n de que la supervivencia depende de la resistencia al agresor har¨¢ que los grupos armados se mantengan unidos y hagan lo que tienen que hacer. El cultivo expreso de las virtudes heroicas, tanto en paz como en guerra, creo que es algo est¨²pido, al tiempo que disfuncional e inhumano.Von Baudissin ha estado, en su carrera militar, en excelentes condiciones para juzgar sobre las virtudes y debilidades del hombre normal que llena, en su mayor¨ªa, los cuadros de unas fuerzas armadas. Miembro del Estado Mayor de Rommel, admiraba en ¨¦l la fr¨ªa valent¨ªa: pero dice: ?Por no sentir ning¨²n temor, a veces ten¨ªa dificultades en manejar hombres. Para m¨ª. la bravura es actuar a pesar de que uno tiene miedo, y esto es algo que ¨¦l dif¨ªcilmente comprend¨ªa?. Todo el intento de Von Baudissin es construir una filosof¨ªa que sirva para que el hombre se revista de unas virtudes, v¨¢lidas tanto si d¨ªa a d¨ªa, le toca ser ciudadano de una sociedad libre como si una vez le toca ser soldado. ?Militarizar la vida civil, civil-izar la vida militar? M¨¢s bien levantar las fronteras entre el ciudadano y el soldado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.