Gran Breta?a, ante una tormentosa temporada parlamentar¨ªa

Terminadas las fiestas, la pr¨®xima temporada parlamentaria, que comienza el 10 de enero, promete ser bastante agitada y el tema de la autonom¨ªa de Escocia y Gales no contribuir¨¢ precisamente a apaciguar los ¨¢nimos.

Callaghan hizo dos anuncios importantes en su mensaje de A?o Nuevo: que el Gobierno laborista se propone seguir gobernando hasta el final de su plazo (todav¨ªa le queda un m¨¢ximo de tres a?os antes de verse obligado a convocar elecciones generales) y que, de todos modos, pensar en la alternativa, es decir, en un Gobierno conservador bajo la se?ora Thatcher ser¨ªa una tragedia tanto para el Partido Laborista como para la naci¨®n.

La se?ora Thatcher, naturalmente, no lo cree as¨ª. Pero hay un aspecto de su pol¨ªtica que causa no poca preocupaci¨®n en Escocia, que sigue siendo una parte importante del Reino Unido.

Se ha creado en el seno del Partido Conservador una escisi¨®n en lo relativo a las aspiraciones de autonom¨ªa de un sector fuerte del electorado escoc¨¦s. En mayo de 1968, el anterior jefe del Partido Edward Heath, tras varios meses de estudio del problema por un comit¨¦ presidido por lord Home (que fue primer ministro conservador), comprometi¨® solemnemente al partido a lo que llaman devolution (que no significa devoluci¨®n, sino delegaci¨®n de poderes) a Escocia. En esa delegaci¨®n de poderes entrar¨ªa la concesi¨®n de una asamblea legislativa propia escocesa.

Por su parte el Gobierno laborista ha presentado en el Parlamento un proyecto de ley para la delegaci¨®n de poderes a Escocia y Gales, que segu¨ªa debati¨¦ndose cuando lleg¨® el interregno parlamentario de Navidad. No se sabe exactamente cu¨¢l es la medida precisa de autonom¨ªa que se podr¨¢ conceder, ya que los portavoces del Gobierno se expresan en t¨¦rminos e alguna vaguedad respecto a ella. As¨ª el debate habr¨¢ de continuar, sin duda agitadamente, cuando se reanuden las sesiones de los Comunes el pr¨®ximo lunes.

En busca de la unidad

Lo mismo que ocurri¨® con el tema de la pertenencia a la CEE, existen en los dos grandes partidos rivales importantes grupos que se oponen al proyecto de ley gubernamental.En el caso de los conservadores, es la propia se?or Thatcher, l¨ªder del partido, la que encabeza el grupo opuesto a la autonom¨ªa de Escocia, no en forma absoluta, sino seg¨²n la propone el Gobierno laborista. Los ultras del Partido Conservador consideran que la concesi¨®n a Escocia de una asamblea legislativa propia resultar¨ªa la separaci¨®n de Escocia del resto del Reino Unido y tambi¨¦n, probablemente en el advenimiento de un Gobierno socialista de la extrema izquierda, bas¨¢ndose en la gran ascendencia de los laboristas en la regi¨®n escocesa de Strathelyde.

Parad¨®jicamente, estos conservadores est¨¢n dispuestos incluso a aliarse con los laboristas del Parlamento, contrarios -por otras razones- al proyecto de ley gubernamental para Escocia y Gales.

Pero muchos conservadores dicen desear fervientemente que su partido se enfrente en un esp¨ªritu de mayor unidad con la cuesti¨®n de la autonom¨ªa escocesa en el debate que se avecina. Despu¨¦s de todo, sus dirigentes siempre est¨¢n hablando de las escisiones entre los laboristas. ?Por qu¨¦ no predicar con el ejemplo y granjearse al mismo tiempo la simpat¨ªa de los escoceses, inclu¨ªda la important¨ªsima simpat¨ªa electoral?