Entre la lucha con la izquierda y la clarificaci¨®n con la derecha
Para empezar este a?o, Giscard d'Estitinu, fue a cenar, de imprevisto, a casa de un obrero, entre los 4.000 millones que en Francia apenas redondean los 2.000 francos por mes (26.000 pesetas) para dar de comer, en este caso, a sus ocho hijos y a su mujer. Gestos iguales se discutieron aqu¨ª durante los primeros meses de su mandato, pero anteayer fue la indiferencia cuando no el sarcasmo el que los valor¨®. Estas reacciones revelan la extra?a impresi¨®n de ausencia y de irrealidad que empieza a apoderarse del pa¨ªs frente a su presidente.Sin embargo. esa sensaci¨®n no se apreciar¨ªa de manera tan palpable sin una raz¨®n fundamental: la crisis econ¨®mica, que empez¨® a reflejarse en la vida cotidiana con el septenato del presidente, no le ha favorecido. Y despu¨¦s de la siembra de los vientos reformistas. 1976. el a?o malo de Giscard. fue el que recogi¨® las tempestades: las elecciones cantonales las gan¨® la izquierda con el 52%. Jacques Chirac, su primer ministro. olfate¨® el porvenir negro para el giscardismo y se despidi¨®. El plan-Barre, destinado a enderezar la econom¨ªa, no satisfizo m¨¢s que a los incondicionales: Un personal pol¨ªtico, dijo un observador socialista, mal empleado y que se reduce a una colecci¨®n de pr¨ªncipes y de condes salidos directamente de, ?en busca del tiempo perdido...?
Impopularidad
La publicaci¨®n el oto?o ¨²ltimo de su libro Democracia francesa, una apolog¨ªa de la de su sociedad liberal fue un ¨¦xito de venta (m¨¢s del mill¨®n de res), pero se volvi¨® contra el propio presidente: primero, por el uso excesivo que, a juicio de la mayor¨ªa de los franceses. hizo de la radio y la TV, rmonopolios del Estado, y segundo, porque incluso entre su clase pol¨ªtica de la mayor¨ªa, pocos terminaron de leerlo.
Fue as¨ª como al finalizar 1976, se manifestaron los resultados pol¨ªticos que en los diversos dominios se hab¨ªan cocido a lo largo del a?o: Chirac, en diciembre, lanz¨® el nuevo rassemblement gaullista, el RPR, con un llamamiento a los franceses contra el colectivismo que, a su juicio, representar¨ªa el triunfo de la izquierda en las legislativas, pero, al mismo tiempo, contra el liberalismo abstracto de Giscard. El mismo mes, Giscard bati¨® el r¨¦cord de impopularidad en la historia de los jefes de Estado de la V Rep¨²blica: s¨®lo un 39 % de ciudadanos satisfechos. La izquierda a su vez, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, ganar¨ªa las legislativas del 78 con el 54%.
?Anticipar¨¢ las presidenciales?
?Ser¨¢ capaz, este presidente fr¨¢gil de principios de 1977, con su pol¨ªtica de sangre fr¨ªa, gobernando a Francia como si un consejo de adminisiraci¨®n, de rehacerse ante la media Francia que lo instal¨® en el palacio del El¨ªseo? El pr¨®ximo d¨ªa 17, Giscard celebrar¨¢ una rueda de prensa que ya se calific¨® de hist¨®rica. En ella ?clarificar¨¢?,seg¨²n su propia expresi¨®n, las relaciones pol¨ªticas entre sus partidarios y el RPR de Chirac. Responder¨¢ tambi¨¦n a preguntas sobre el affaire Broglie y ser¨¢ interrogado sin duda, sobre el ¨²ltimo c¨¢lculo electoral, que no se refiere al adelanto posible de las legislativas regularmente desmentido, sino a un rumor nuevo: la eventualidad de elecciones presidenciales anticipadas antes de las legislativas del 78 para que en estas ¨²ltimas se enfrente a la izquierda el verdadero l¨ªder de la derecha: Giscard o Chirac.
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