La negociaci¨®n de los precios agrarios
En todos los pa¨ªses con econom¨ªa de mercado, la intervenci¨®n estatal en materia de precios agrarios es un hecho incuestionable e irreversible. El sistema de intervenci¨®n, el n¨²mero de productos regulados, as¨ª como el tipo de organismo en cargado de llevar a la pr¨¢ctica dicha intervenci¨®n, var¨ªa seg¨²n pa¨ªses. No se trata aqu¨ª de describir los distintos sistemas utilizados, sino de resaltar la trascendencia que el lema de la regulaci¨®n de precios agrarios tiene y analizar las dificultades de las actuales negociaciones de precios en el seno del FORPPA.La importancia de la regulaci¨®n de precios agrarios se justifica por su influencia en los siguientes aspectos:
Oferta de productos agrarios. El agricultor decide las superficies a sembrar de cada cultivo en funci¨®n de los precios.
Nivel de salarios. La fijaci¨®n de precios para los productos agrarios incide en la componente de gastos de alimentaci¨®n (muy importante en el presupuesto de las familias trabajadoras) y, por tanto, en el nivel de, salarios. Por este motivo los empresarios no agrarios est¨¢n interesados en que los precios agrarios sean lo m¨¢s bajos posibles. Por otro lado, el Gobierno, a trav¨¦s de su pol¨ªtica econ¨®mica, est¨¢ interesado en frenar el alza de los precios percibidos por los agricultores para evitar alzas de los precios al consumo que puedan traducirse en fuente de conflictividad laboral y de inflaci¨®n.
Rentabilidad del sector agrario. El nivel de precios agrarios juega un decisivo papel en la rentabilidad de la actividad del agricultor Y, por tanto, en su capacidad de consumo y posibilidades de capitalizaci¨®n de su explotaci¨®n o de inversi¨®n fuera del sector.
De todo lo anterior se deduce que la fijaci¨®n de precios para productos agrarios de importante peso en la econom¨ªa espa?ola, pone en juego una serie de intereses, a veces contradictorios, de distintos grupos y estamentos sociales. De ah¨ª la necesidad de una negociaci¨®n entre las distintas partes interesadas.
En Espa?a la negociaci¨®n de los precios de productos agrarios regulados, se realiza en el seno del FORPRA. Este organismo depende del Ministerio de Agricultura, aunque en ¨¦l tambi¨¦n est¨¢n representados los Ministerios de Hacienda y Comercio. En dicha negociaci¨®n se contemplan tres aspectos fundamentales y que pueden ser objeto de comentario.
a) Negociaci¨®n individual o conjunta. Tradicionalmente la regulaci¨®n de campa?a se ha realizado separadamente para cada producto. En la campa?a anterior se hizo por primera vez, de forma conjunta. En este caso los agricultores pueden ejercer una presi¨®n mucho mayor, ya que los esfuerzos por conseguir mejores precios se con centran. As¨ª lo ha visto la Administraci¨®n y, despu¨¦s de la experiencia del a?o pasado, muy pr¨®diga en conflictos, ha dado marcha atr¨¢s volviendo a la negociaci¨®n individual de cada producto.
La ¨²nica justificaci¨®n de la negociaci¨®n individual es la de dispersar y frenar los posibles conflictos y reivindicaciones de los agricultores. Desde el punto de vista de la planificaci¨®n econ¨®mica es mucho m¨¢s l¨®gica la regulaci¨®n conjunta ya que la superficie sembrada por el agricultor de un determinado cultivo est¨¢ condicionada no s¨®lo por el precio de dicho cultivo sino tambi¨¦n por el de sus sustitutivos.
b) Estamentos que participan en la negociaci¨®n. Se ha comentado en diversas ocasiones que la negociaci¨®n de los precios, agrarios es el Convenio Colectivo de los agricultores. Aunque esta afirmaci¨®n habr¨ªa de ser matizada, puede considerarse v¨¢lida en gran medida. Sin embargo, hay aspectos que diferencian claramente la negociaci¨®n, de los precios agrarios de los convenios colectivos laborales. En estos, la negociaci¨®n se realiza entre dos partes con intereses muy concretos y definidos: los empresarios y los trabajadores. La participaci¨®n de la Administraci¨®n en los conflictos se produce colateralmente cuando ¨¦sta defiende una cierta pol¨ªtica econ¨®mica basada en la congelaci¨®n salarial, o cuando se discute en la negociaci¨®n del convenio, la representaci¨®n de los trabajadores cuestion¨¢ndose la existencia del sindicato vertical que, adem¨¢s, forma parte de la propia Administraci¨®n al estar encuadrado en el M¨ªnisterio correspondiente.
En la negociaci¨®n de los precios agrarios participan dos estamentos: los agricultores y la Administraci¨®n. Por tanto, ¨¦sta, a diferencia de lo que ocurr¨ªa en los convenios, se ve implicada frontalmente y por partida doble: por un lado al cuestionarse la actual representaci¨®n de los agricultores en el FORPPA y la propia existencia de la Hermandad Nacional de Labradores y Ganaderos. Por otro lado, la Administraci¨®n entra en conflicto con los agricultores al defender frente a estos una determinada pol¨ªtica econ¨®mica y agraria que condiciona, l¨®gicamente, la fijaci¨®n de los precios.
e) Representaci¨®n de cada estamento. Los problemas que pueden surgir al discutir cu¨¢l y c¨®mo debe ser la represen taci¨®n de las dos partes que participan en la negociaci¨®n, derivan de dos factores. El primero es la existencia de contradicciones en el seno de cada parte negociadora. En el caso de la Administraci¨®n, porque las posturas defendidas por los.distintos ministerios implicados en la negociaci¨®n no son las mismas. En el caso de los agricultores. porque no es un bloque social homog¨¦neo (coexisten peque?os y grandes agricultores), y, aunque en materia de precios. los intereses de los distintos grupos sociales de agricultores son muy parecidos pueden no coincidir totalmente.
El segundo factor que constituye uno de los principales problemas que tiene planteada hoy la negociaci¨®n de los precios agrarios en nuestro pa¨ªs, es la ausencia de sindicatos libres y representativos de los agricultores. En efecto, parece evidente que muchos agricultores no se sienten representados por la Hermandad Nacional en las negociaciones del FORPPA.
En momentos de transici¨®n pol¨ªtica, las dificultades para resolver problemas de este tipo, son grandes y exigen sentido com¨²n por parte de todos. Las organizaciones de agricultores (embriones de futuros sindicatos) surgidas al margen de la Hermandad Nacional,deben tener conciencia de que a pesar de su r¨¢pido desarrollo, ¨¦ste no es todav¨ªa suficiente como para pensar que representan a todos los agricultores. Por otro lado, la Administrac¨ª¨®n debe reconocer que la Hermandad Nacional tampoco representa a todos los agricultores, y, por tanto, debe acceder al di¨¢logo con las nuevas organizaciones que ' aunque con un desarrollo incipiente, han alcanzado ya en algunas regiones o nacionalidades del Estado espa?ol, una presencia real e importante que las hace acreedoras a ser escuchadas y consideradas, a pesar de que su situaci¨®n jur¨ªdica todav¨ªa no est¨¦ normalizada. De hecho, esta normalizaci¨®n puede producirse muy pronto ya que esta semana empieza el debate en las Cortes del proyecto de ley sobre Asociaci¨®n Sindical. Sin embargo, problemas tan importantes como el sistema de elecci¨®n de los representantes de los agricultores en el FORPPA, mecanismos de asignaci¨®n de representantes entre los distintos sindicatos, etc¨¦tera, s¨®lo pueden resolverse dentro de un sistema aut¨¦nticamente democr¨¢tico. Mientras tanto, no hay otra soluci¨®n que el buen sentido com¨²n y el reconocimiento de las nuevas organizaciones de agricultores (futuros sindicatos), admitiendo su presencia activa en las actuales negociaciones.
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