Mot¨ªn y huelga de hambre en Carabanchel
A las nueve y media de ayer continuaba una veintena de presos de Carabanchel amotinados en el tejado del Hospital Provincial, en protesta de los hechos ocuirridos estos d¨ªas: ingreso de dos j¨®venes del refirmatorio en el hospital, denuncia ante el juzgado ole guardia por sus familiares, disoluci¨®n violenta por las fuerzas del orden de un grupo de familiares que el s¨¢bado se hab¨ªa concentrado en la puerta de la c¨¢rcel, y nueva denuncia de ¨¦stos por supuestos malos tratos recibidos. La huelga de hambre contin¨²a, aunque sobre ¨¦sta no se tienen informaciones oficiales.
La noticia del traslado de dos j¨®venes de la prisi¨®n de Carabanchel al hospital penitenciario, y el interramiento en celdas de castigo de varios m¨¢s, hizo que un grupo de personas, familiares de presos comunes y pertenecientes a la Asociaci¨®n de Presos, ex Presos, Familiares y Amigos de Madrid intentara hablar con el oficial de guardia el viernes a las once de la noche. El mismo polic¨ªa que se encontraba en la puerta, les neg¨® la entrada, aduciendo que a esas horas no se recib¨ªa a nadie.Al no poder recoger informaci¨®n alguna de la situaci¨®n de los presos, el grupo de personas acudi¨® al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 13 de Madrid, donde curs¨® una denuncia ?por presuntos malos tratos a presos, lesiones,'coacciones y aquellos otros delitos que pudieran derivarse de la instrucci¨®n sumarial, contra los funcionarios del Cuerpo de Prisiones, autores, c¨®mplices y en-cubridores, y aquellas otras personas que pudieran resultar responsables de los hechos acaecidos?.
Al mismo tiempo se enviaba un telegrama al rey Juan Carlos en el que le comunicaban ?los graves incidentes surgidos hoy y en d¨ªas pasados en esta prisi¨®n provincial, donde los internos han sufrido malos tratos, discriminaciones, coacciones y lesiones, ingresando algunos en e? hospital, rogando de Vuestra Majestad interceda para solucionar tan grave incidente, evitando su continuidad y nueva aparici¨®n?.
A las nueve de la ma?ana del s¨¢bado, un grupo de unas cincuenta personas, en su mayor¨ªa mujeres y algunos ni?os, acudieron a la prisi¨®n a llevar comida y ropas a los presos, al tiempo que ped¨ªan informaci¨®n sobre su situaci¨®n en ese momento. Seg¨²n las noticias, dos j¨®venes contin¨²an en el Hospital Provincial. Varios presos est¨¢n en la enfermer¨ªa, y al parecer hay un n¨²mero indeterminado confinados en celdas de castigo. Los guardias de la entrada s¨®lo les informaron de que sus familiares estaban incomunicados y que no pod¨ªan entrar. Tampoco se les permiti¨® ver al oficial de guardia ni a nadie que pudiera facilitar una respuesta m¨¢s concreta.
Como protesta, el grupo decidi¨® permanecer en la puerta de la prisi¨®n hasta que se le permitiera el pa.so, a pesar del fr¨ªo y la fuerte lluvia que ca¨ªa a intervalos. Los presos recluidos en la enfermer¨ªa, cuyas ventanas danjustamente a la zona de entrada, al apercibirse de la concentraci¨®n, confeccionaron una pancarta'en la que se le¨ªa Amnist¨ªa general, y la sacaron a trav¨¦s de las rejas.
Los familiares, por su parte, confeccionaron otra pancarta muy peque?a, apenas un pa?uelo grande, con la inscripci¨®n Queremos ver a los presos. Durante horas, unos y otros dieron gritos alusivos a la amnist¨ªa para los presos comunes, sin que los miembros de la Polic¨ªa Armada, que montaban guardia unos metros m¨¢s all¨¢ intervinieran en ning¨²n momento.
A la una y cuarto de la tarde, aproxidamente, en medio de urfuerte aguacero, hicieron acto de presencia dos autobuses con miembros de la Brigada Antidisturbios. Sin aviso previo, entre cincuenta y setenta polic¨ªas cargaron contra los concentrados, que se dispersaron r¨¢pidamente.
Once de ellos tuvieron que ser atendidos m¨¢s tarde en la cl¨ªnica Primero de Octubre. A Mar¨ªa Nieves Garc¨ªa, presidenta de la asociaci¨®n, se le diagnostic¨® traumatismo craneal y contusiones por todo el cuerpo, sobre todo en la espalda. Octavio Santamar¨ªa, de catorce a?os, contusi¨®n en la espalda. Raquel Santamar¨ªa, de dieciocho a?os, contusiones m¨²ltiples. Mercedes Mart¨ªnez, a quien le desapareci¨® el bolso que llevaba, erosiones en las rodillas por ca¨ªdas y contusiones m¨²ltiples. Mar¨ªa del Carmen Merino, fuertes hematomas en el gl¨²teo. Angel Rubiera, un fuerte golpe en la cabeza. Una hora m¨¢s tarde, Radio Nacional informaba que no se hab¨ªan producido heridos.
En el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 14 de Madrid se present¨® una denuncia contra los miembros de las fuerzas de]. orden por presuntos malos tratos.
Amotinados
A las cinco de la tarde, un grupo de unos veinte presos logr¨® llegar al tejado del hospital de la prisi¨®n, donde despleg¨® pancartas con peticiones de aninist¨ªa y que se avisara a la prensa. A las seis, un gran n¨²mero de veh¨ªculos equipados con material antidisturbios lleg¨® a la prisi¨®n y control¨® todos los accesos a la rri¨ªsin¨¢. Parece que los presos hab¨ªan destruido una marquesina y dispon¨ªan de cascotes. Por su parte, un redactor de EL P?IS, que se encontraba sacando fotograf¨ªas de los hechos, fue retenido y puesto en libertad a continuaci¨®n, aunque se le requisaron los negativos.Aunque la huelga comenz¨® inicialmente por parte de los presos comunes, como protesta por los malos tratos sufridos por varios j¨®venes del reformatorio, las ¨²ltimas informaciones, no confirmadas oficialmente, indican que los presos pol¨ªticos han decidido sumarse a la misma en solidaridad con ellos.
Mientras, fuentes pr¨®ximas al Ministerio de Justicia confirmaban la existencia de la huelga de hambre, pero sin precisar el n¨²mero de participantes ni sus caracter¨ªsticas. Seg¨²n fuentes oficiales, podr¨ªan ascender a unos trescientos, y se calcula en ocho el n¨²mero de presos que se encuentran en celdas de castigo. El abogado de la asociaci¨®n, Eduardo Alarc¨®n, contin¨²a con sus gestiones para entrevistarse con alguna persona del cuerpo de prisiones autorizada a facilitar informaci¨®n.
La huelga comenz¨® al mediod¨ªa del viernes en la tercera galer¨ªa y parte de la quinta y la sexta, por los supuestos malos tratos propinados a j¨®venes del reformatorio, de quienes se sospechaba eran los autores de la sustracci¨®n de la pistola
Seg¨²n se expuso en una rueda de prensa celebrada por varios de los contusionados horas m¨¢s tarde, los funcionarios no pueden portar armas. Se dice tambi¨¦n que la pistola ya ha sido encontrada,
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