Chilenos excarcelados declaran ante las Naciones Unidas

El problema de los pris¨ªoneres pol¨ªticos y de las torturas en Chile, hecho denunciado y condenado a brumadoram ente en los tres ¨²ltimos anos por la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue superado en 1976 y lo que va de 1977, por la impalpable variante de los desaparecidos en manos de la polic¨ªa secreta de la junta militar, la DINA.Sobre la existencia y el car¨¢cter masivo de esta nueva etapa represiva, dentro del marco de la violaci¨®n de los derechos humanos en ese pa¨ªs, existe plena coincidencia entreinformes y denuncias concretas de instituciones internacionales humanitarias y la Vicar¨ªa de la solidaridad, organismo dependiente del arzobispado cat¨®lico de Santiago. Pero un tercer elemento se sum¨® en estos d¨ªas a la denuncia de los desaparecidos: el comparecimiento de m¨¢s de dieciocho ciudadanos, recientemente liberados, ante el grupo especial de las Naciones Unidas que investiga la situaci¨®n actual de los derechos humanos en Chile.

A pesar del car¨¢cter secreto de los testimonios, los periodistas tuvieron a algunos testigos en los pasillos del Palacio de las Naciones o en lugares de alojamiento en Ginebra. Todos ellos manifestaron que expresamente hab¨ªan evitado el relato de sus sufrimientos personales en c¨¢rceles y campos de concentraci¨®n para dar cabida a testimonios directos sobre ciudadanos que encontraron en centros de tortur¨¢s, algunos de ellos moribundos, y sobre los cuales la junta de la DINA niega su detenci¨®n.

Es el caso de Marta Ugarzan, militante izquierdista, vista en el conocido centro de torturas conocido bajo el nombre de Villa Grimaldi, cuyo cad¨¢ver fue encontrado despedazado en una playa del Pac¨ªfico, caso en torno al cual la prensa de la Junta, ¨²nica existente en Chile, urdi¨® la teor¨ªa de un drama pasional. Su cad¨¢ver fue reconocido gracias a un examen dental. V¨ªctor D¨ªaz, secretario general de la proscrita Central Unica de Trabajadores, desaparecido desde hace ocho meses, fue visto en el mismo centro de torturas.

Entre los testigos conocidos, por los cargos que ocuparon durante el Gobierno de Allende, estuvieron Jos¨¦ Cademartori, ministro de Econom¨ªa, y Daniel Vergara, subsecretario del Interior, ambos recientemente liberados. El ex ministro de Justicia Sergio Insunza, que prest¨® testimonio en relaci¨®n a su subrino desaparecido, y la periodista Gladys D¨ªaz, sometida a feroces torturas.

El grupo especial que investiga la violaci¨®n de los derechos humanos en Chile, antes de comenzar la redacci¨®n del informe que deber¨¢ someter a la Comisi¨®n de Derechos del Hombre de las Naciones Unidas, compuesta por embajadores de 32 pa¨ªses y que comenzar¨¢ sus sesiones el pr¨®ximo 7 de febrero, recibi¨® tambi¨¦n en calidad de testigos, que niegan absolutamente la existencia de estos hechos, a tres abogados enviados por la Junta

La versi¨®n oficial de la Junta ser¨ªa que en Chile queda un solo prisionero sin proceso, el senador Jorge Montes, al que Pinochet ofrece cambiar por el cubano Herbert Matos, condenado por los tribunales de su pa¨ªs. Sin embargo, Sergio Insunza, ex ministro de Allende, en conferencia de prensa ofrecida hace algunos d¨ªas en Ginebra, asegur¨® que el n¨²mero de prisioneros asciende a 3.500, la mayor¨ªa de los cuales se encontrar¨ªan en c¨¢rceles y campos de concentraci¨®n, adem¨¢s de los cientos de desaparecidos. Con respecto a estos ¨²ltimos, la prensa juntista ha admitido que puede haber algunos desaparecidos, pero que es el costo ¨ªnfimo e inevitable que se ha pagado por la liberaci¨®n de Chile.