Recital de Alexis Weissenherg sobre Schumann

La experiencia interpretativa resulta mucho m¨¢s interesante cuando se realiza a trav¨¦s de un mundo musical concreto. Cada int¨¦rprete, por otra parte, tiene algunos mundos que le son particularmente queridos y a los que dedica la mayor parte de sus atenciones. Pocos universos sonoros de tan profundo inter¨¦s como el de Roberto Schumann al que ha dedicado y dedica Alexis Weissenberg largas horas de meditaci¨®n y estudio. As? sus versiones aparecen como fruto de un proceso introspectivo cada vez m¨¢s hondo.Weissenberg excava y excava en las entra?as de la m¨²sica schumanniana hasta descubrir los secretos de sus intrincadas y fabulosas galer¨ªas. Despu¨¦s, en el acto del concierto, nos da los resultados de tan largos procesos desde una sencillez asombrosa. No se trata ya de que la t¨¦cnica est¨¦ dominada, lo que hablando de Weissenberg ser¨ªa est¨²pido rese?ar siquiera, sino de saber explicarpara todos aquello que, por s¨ª mismo, es complicado y problem¨¢tico. Caso bien claro: el de la Fantas¨ªa op. 17, alta cota de la expresi¨®n rom¨¢ntica con su alternante contenido: lirismo de lied, pianismo sinf¨®nico y violento, virtuosismo paganiniano cargado de sustancia.

Me gusta volver a este t¨¦rmino tan querido por el apasionado schumanniano que fue Falla porque en ¨¦l est¨¢ el secreto de perdurabilidad de una m¨²sica. Y en Schumann todo es sustancial,sin peligro de un solo pasaje epid¨¦rmico. Sucede que la obra de Schumann, como toda creaci¨®n sustancial, presenta la posibilidad de varios niveles de lectura. Si en el primero y m¨¢s a ras de tierra ya existe belleza, l¨¢ conmoci¨®n aut¨¦ntica se produce s¨®lo cuando se alcanzan ¨²ltimos niveles: los que ya domina y vive Alexis Weissenberg en tal grado que cuando, despu¨¦s de habitarlos, ofrece las m¨¢s leves Escenas infantiles nos suenan a m¨²sica ni?a con siglos a la espalda.

La tan buscada unidad de las artes o, lo que es lo mismo, identificaci¨®n de los lenguajes se nos da en Schumann desde dos dimensiones: la po¨¦tica y la musical. Se puede pensar en Heine tanto desde los lieder que cantan sus versos como desde estas escenas sin palabras que objetivan el sentimiento po¨¦tico. El veh¨ªculo sonoro, el gran piano rom¨¢ntico, trasciende de s¨ª mismo hasta justificar la adjetivaci¨®n de sinf¨®nicas que Schumann a?adi¨® a sus Estudios m¨¢s como explicaci¨®n que como met¨¢fora. El genio del int¨¦rprete despleg¨® aqu¨ª todo su poder¨ªo frente al genio del compositor.

Gracias a la creaci¨®n de uno y otro la obra se hace realidad y el lenguaje adquiere m¨¢xima riqueza significante. Gran recital el de Weissenberg y soberano preludio al Brahms que nos dar¨¢ con la Orquesta de RTVE. ese segundo concierto culminador del romanticismo alem¨¢n entendido desde un nombre amigo y una m¨²sica incitadora: Roberto Schumann y su obra.