La po¨¦tica ling¨¹¨ªstica de Emilio Alarcos
Recientemente se reconoc¨ªa el profesor F. L¨¢zaro impulsor, en su departamento, de una rama de la ling¨¹¨ªstica poco estudiada entre nosotros: la gram¨¢tica generativa. Pero es impulsor as¨ª mismo, y la cultiva con intensidad, de otra tambi¨¦n poco estudiada en nuestro pa¨ªs, y en la que se inscribe este nuevo libro de Emilio Alarcos Llorach: la Po¨¦tica.Alarcos es un autor de la que se ha llamado (por Carlos Otero) obra maestra de nuestra ciencia del lenguaje en los a?os cincuenta: su Fonolog¨ªa espa?ola. A ella sigui¨® la Gram¨¢tica funcional; pero -igualmente- este profesor nunca ha dejado de atender a la lengua de la literatura y a las estructuras formales de la obra po¨¦tica. Ya en La poes¨ªa de Blas, de Otero (1955) parti¨® de un postulado tan evidente como pret¨¦rito en muchas ocasiones: ?La poes¨ªa no consiste en lo que se nos comunica, sino en c¨®mo se nos comunica?, y luego, al referirse a Angel Gonz¨¢lez, poeta (1969), se propuso, correlativamente, atender a la organizaci¨®n del l¨¦xico, de la sintaxis, de la fon¨¦tica practicada por el autor, dentro del inventario que el espa?ol ofrece a la disponibilidad del poeta.
Ensayos y estudios literarios
E. Alarcos Llorach, Madrid, 1976.
El libro que ahora se edita contiene, aqu¨ª y all¨¢, ideas de po¨¦tica te¨®rica a las que queremos referirnos en esta noticia.
Gracias a la forma, viene a decirnos Alarcos, los creadores literarios ?construyen? sus obras art¨ªsticas, ?nos dicen todos lo mismo, pero nos cantan algo diferente: esa ¨²ltima realidad que cada uno crea con un peculiar impulso de invenci¨®n.? Y ?qu¨¦ es lo caracter¨ªstico del modo de comunicaci¨®n po¨¦tica? Parece residir en la referencia o ?contexto? (Jakobson): ?En el uso po¨¦tico, la referencia del poema no es el mundo real tal como lo configura la lengua, sino esa nueva realidad que est¨¢ creando el poeta.? La literatura crea y fija una situaci¨®n mediante el lenguaje. Personalmente, y estando de acuerdo con todo esto, propondr¨ªamos adem¨¢s no identificar las formas de la obra s¨®lo con las ling¨¹isticas; existen -creemos- otras que son las que algunos autores llaman ?dispositivas? o ?compositivias?, esto es, literarias. Pi¨¦nsese, por ejemplo, en la ?fragmentaci¨®n convencional? de que habla Geninasca. Pero el llamar la atenci¨®n sobre el modo espec¨ªfico de operar el ?contexto? en poes¨ªa lo estimamos como un hallazgo irreversible de nuestro cr¨ªtico. Un segundo esquema suyo estimamos tambi¨¦n definitivo: el que entiende por componentes del ritmo po¨¦tico: la secuencia de material f¨®nico; la de funciones gramaticales y entonaci¨®n, la m¨¦trica y, por ¨²ltimo, la de contenidos s¨ªquicos.
Al tratar de Fonolog¨ªa expresiva y poes¨ªa, escribe E. Alarcos: ?Hay, pues, fonemas que producen determinadas impresiones sensoriales. Alcanzan, al parecer, valor ling¨¹¨ªstico Cuando coinciden en un signo fonemas de la impresi¨®n A con un significado en el que existen tambien sensaciones del mismo tipo A.? En todos estos puntos de doctrina, as¨ª como al tratar de otros a lo largo de las p¨¢ginas de su trabajo Alarcos alcanza determinadas conclusiones que nos parecen, como decimos, irreversibles y que demuestran la claridad de ideas de este profesor de que tanto hablan sus disc¨ªpulos y alumnos, algunos de ellos notorios continuadores en calidad y orientaci¨®n de la ling¨¹¨ªstica de su maestro.
Para terminar, se?alemos que este libro prueba tambi¨¦n (y dicho sea sin ning¨²n tipo de celos profesionales, por supuesto) la quiz¨¢ superior preparaci¨®n que -per se- tienen los ling¨¹istas para entender de verdad qu¨¦ es la poes¨ªa, o sea, qu¨¦ es la literatura.
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