Andreotti, el acr¨®bata
El se?or Enrico Manca, segundo de Bettino Craxi en la secretar¨ªa general del Partido Socialista Italiano, acaba de sugerir la posibilidad de que el primer ministro italiano, Giulio Andreotti, incorpore al Gabinete a algunos ?hombres gratos a la izquierda?. No se tratar¨ªa de una remodelaci¨®n total del Gobierno sino, simplemente, de ciertos retoques que le permitan a la izquierda -como dijo Manca- un mayor grado de confianza. Al parecer, los socialistas descartan la perspectiva de una crisis e intentan ¨²nicamente romper la direcci¨®n monocolor.Todo esto quiere decir que el PS no se propone, por el momento, retirarle su abstenci¨®n al se?or Andreotti. Igual temperamento adoptar¨ªan los republicanos y los socialdem¨®cratas, a pesar de sus veladas amenazas de la semana pasada. El propio se?or Craxi habr¨ªa llegado a un acuerdo en ese sentido con Ugo La Malfa y con el secretario general del Partido Comunista, Enrico Berlinguer, con quien se habr¨ªa entrevistado el viernes 17. Berlinguer, m¨¢s que preocupado por la p¨¦rdida de control comunista en el ¨¢mbito de la ultraizquierda proletaria y de los aut¨®nomos universitarios -p¨¦rdida que en buena medida facilit¨® los sangrientos sucesos de la Universidad de Roma- desea, como se lo habr¨ªa explicado a Craxi, completar la ?autocr¨ªtica? del PC antes de lanzarse a la aventura de una participaci¨®n activa en lo que Craxi califica, no sin raz¨®n, de ?acrobacia pol¨ªtica? de Andreotti. As¨ª, ni siquiera estar¨ªa dispuesto a pro porcionar hombres de su partido para el retoque ministerial al que aspira Craxi. Por lo dem¨¢s, nadie le garantizar¨ªa, en caso de entrar en el gobierno, la continuidad de la abstenci¨®n republicana, liberal, e incluso socialista.
Como estas son tambi¨¦n las cuentas que se hacen los republicanos, los liberales y los socialistas en relaci¨®n con los comunistas, es probable que Andreotti deba recurrir para los retoques a la izquierda democrist¨ªana. Lo malo de esa izquierda -al menos para el Gobierno monocolor- es que no se sabe d¨®nde est¨¢ en realidad, si a la izquierda o a la derecha de Andreotti.
Entretanto, el tiempo apremia. En 1978 Italia tendr¨¢ que elegir un nuevo presidente, y la carrera ya ha comenzado. Los comicios ser¨¢n, seguramente, un test definitivo para la Derpocracia Cristiana.
Paralelamente, la situaci¨®n sociecon¨®mica se deteriora cada d¨ªa m¨¢s. Alrededor de 150.000 obreros del transporte urbano parar¨¢n hoy durante siete horas. La huelga se extender¨¢ dentro de unos d¨ªas a los aeropuertos. Los metal¨²rgicos amenazan ya con una interrupci¨®n ?indefinida? del trabajo, y los bomberos no apagar¨¢n ninguna clase de fuego los d¨ªas, 4, 5. 10 y 11 de marzo, d¨ªa en el que adem¨¢s se llevar¨¢ a cabo una huelga general en Mil¨¢n. Las centrales sindicales, incluida la comunista, exigen tambi¨¦n ?retoques?, sobre todo en el plan de austeridad de Andreotti, que en consecuencia se ver¨¢ obligado a m¨¢s y m¨¢s ?acrobacias? en los pr¨®ximos meses, que no excluyen, claro est¨¢, el salto mortal.
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