La tristeza del cine negro
El cine negro es uno de los g¨¦neros m¨¢s atractivos de la edad de oro del espect¨¢culo de las im¨¢genes en movimiento, afortunada traducci¨®n f¨ªlmica de historias, personajes y ambientes creados por grandes escritores -Dashiell Hammet y Raymond Chandler a la cabeza-, en una ¨¦poca muy caracter¨ªstica de la vida americana, cuando el pa¨ªs intentaba remontar las consecuencias de la depresi¨®n econ¨®mica. Como todas las creaciones, su vigencia es limitada en el tiempo y el espacio; no se puede exportar a otros lugares ni es posible conservar sus notas esenciales fuera de sus l¨ªmites originarios. La industria de la nostalgia intenta recuperar el tiempo perdido proponiendo los viejos relatos con nuevas t¨¦cnicas e int¨¦rpretes, pero el pasado est¨¢ muerto, y bien muerto. Las formas expresivas se transforman y evolucionan, lo queramos o no, y las operaciones necrofilicas no tienen el menor sentido.Adi¨®s, mu?eca, encaja, perfectamente, en este planteamiento evocador, lleno de admiraci¨®n por los grandes maestros del g¨¦nero, con un exquisito respeto hacia la prosa de Chandler, sus personajes y ambientes. Estamos ante un pastiche deliberado, en el que la energ¨ªa del director no se queda en una mera reconstrucci¨®n arqueol¨®gica de los objetos, trajes y edificios de la ¨¦poca -pecado habitual de los expertos en estas tareas- sino que llega a construir situaciones dram¨¢ticas covincentes que conduzcan a un clima heredado de los cl¨¢sicos. La elecci¨®n de Robert Mitchum, uno de los mejores actores de Hollywood, para encarnar al m¨ªtico Philip Marlowe, protagonista de la novela de Chandler, es un acierto completo. El conocido personaje ha sido confiado a muchos profesionales, pero ninguno consigui¨® borrar el recuerdo de Humphrey Bogart.
Adi¨®s, mu?eca (Farewell, my lovely)
Producida por Elliott Kastner, para la Avco-Ernbassy. Gui¨®n: David Z. _ Goodman, seg¨²n la novela del mismo t¨ªtulo de Raymond Chandler. Direcci¨®n: Dick Richards. Fotograf¨ªa: John Alonzo. M¨²sica: David Shire. Int¨¦rpretes: Robert Mitchum, Charlotte. Rampling, Vera Miles, John Halloran, Anthony Zerbe. Estrenada en el Roxy B.
Robert Mitchum no ha pretendido, en ning¨²n momento, emular a su compa?ero desaparecido, sino mantener su habitual l¨ªnea interpretativa, acentuando la tristeza y el envejecimiento del c¨¦lebre detective privado. A su lado destaca la actriz de Falso culpable, Vera Miles, en el espl¨¦ndido papel de la corista envejecida y borracha. Charlotte Rampling es una personalidad interesante por s¨ª misma pero no disfrazada de Lauren Bacall, lo que constituye uno delos principales errores de este intento de homenaje al cine negro.
Dick Richards ha jugado, descaradamente, la baza de la continuidad. Su pel¨ªcula es atractiva, h¨¢bil y digna, pero se reduce a una copia honorable, que no puede nunca superar a los originales.
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