Disputa entre Bonn y el Este por el B¨¢ltico

Seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas del Gobierno de Bonn, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) han preparado un plan para que en el curso de este a?o la Conferencia Internacional sobre el Derecho del Mar, reconozca al B¨¢ltico el car¨¢cter de ?mar cerrado?. Este asunto, en el que convergen indudables factores militares, ha sido ya planteado por Bonn en la OTAN. El canciller Helmut Schmidt lo trat¨® tambi¨¦n con,el primer ministro brit¨¢nico James Callaghan, quien a su vez, como portavoz de la Comunidad Europea, lo examinar¨¢ con el presidente norteamericano Jimmy Carter durante su visita a Washington, el pr¨®ximo jueves.El proyecto de Mosc¨² y de Pankow encaja perfectamente con la tesis sustentada en los ¨²ltimos a?os por los pa¨ªses ribere?os del B¨¢ltico, en el sentido de que todos los mares circundados por tierra y unidos s¨®lo a oc¨¦anos o mares abiertos por estrechos deben ser sometidos a una regulaci¨®n internacional ?especial?. Este es precisamente el caso del B¨¢ltico en relaci¨®n con el mar del Norte. Desde diciembre de 1976, la teor¨ªa ha merecido ya alrededor de cincuenta art¨ªculos de los internacionalistas sovi¨¦ticos en las publicaciones especializadas del Este, e incluso varias gestiones de la RDA en las Naciones Unidas.

Si el plan sovi¨¦tico prospera, los buques de guerra de las naciones no r¨ªbere?as al B¨¢ltico, como Gran Breta?a, Francia y Estados Unidos, no podr¨¢n navegar libremente por la zona. Tal hecho condicionar¨ªa por completo el esquema estrat¨¦gico de la Home Fleet y debilitar¨ªa las comunicaciones mar¨ªtimas en una regi¨®n cuya importancia para Alemania Federal puede aumentar considerablemente en los tres pr¨®ximos anos, con las explotaciones petrol¨ªferas brit¨¢nicas en el mar del Norte, en las que Bonn no oculta su inter¨¦s. Al mismo tiempo, Alemania Federal, se ver¨ªa privada de la protecci¨®n de las flotas de sus aliados en la OTAN, sin la cual la armada alemana no puede operar en el B¨¢ltico.

La intenci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha sido apuntalada ¨²ltimamente por una propuesta de la RDA, tendente no s¨®lo a restringir en el ¨¢rea el acceso y la permanencia de buques de guerra pertenecientes a potencias no b¨¢lticas, sino tambi¨¦n que ¨¦sta se ?desnuclearice?. El ministro de Defensa de Bonn, Georg Leber, se?al¨® en la OTAN que la ?desnuelearizaci¨®n? del B¨¢ltico -medida que la nueva Administraci¨®n norteamericana no rechazar¨ªa de plano- ?transformar¨ªa la preponderancia del Pacto de Varsovia en ese mar, en control absoluto?.

Frente a los reclamos sovi¨¦ticos, el Gobierno del se?or Schmidt ha preparado ya una especie de contraofensiva legal, basada en el tratado de 1857, sobre la libertad de navegaci¨®n en el B¨¢ltico, y en los art¨ªculos 195 y 390 del acuerdo de Versalles de 1919. Por el primero, se dispone el libre tr¨¢nsito internacional por los estrechos que unen al B¨¢ltico con el mar del Norte, y por el segundo, Alemania debe garantizar el paso por el canal de Kiel a los barcos de guerra de todas las naciones con las que mantiene relaciones pac¨ªficas. Con estos elementos jur¨ªdicos, Bonn tratar¨¢ de resistir el embate del Este en la Conferencia del Mar. Hasta Egon Barh, art¨ªfice de la ospolitik alemana y partidario, en una ¨¦poca, de la ?desnuclearizaci¨®n?, cree ahora que el B¨¢ltico no debe convertirse en un ?mar vac¨ªo?, como pretende la URSS. Y Barh, que fue el gran negociador de Willy Brandt en Pankow y Mosc¨², acaba de volver a ocupar su despacho, tras un largo interregno, en la canciller¨ªa del se?or Schmidt.