Juicio en Dubl¨ªn contra ocho soldados brit¨¢nicos
En medio de excepcionales medidas de seguridad se celebr¨® ayer en Dubl¨ªn el juicio contra ocho soldados brit¨¢nicos que cruzaron en mayo del a?o pasado la frontera del Ulster con la Rep¨²blica del Eire. Los soldados forman parte de la Unidad de Servicios Especiales (SAS) del ej¨¦rcito que opera en Irlanda del Norte. Est¨¢n acusados por el fiscal general del Eire, de llevar armas, para cuyo uso no ten¨ªan licencia en la Rep¨²blica. Con esas armas, seg¨²n la interpretaci¨®n fiscal, los soldados, que iban vestidos de civil y ocupaban dos coches privados, pretend¨ªan poner en peligro vidas humanas. Los ocho encartados se han declarado culpables del primero de los cargos, pero han negado la segunda acusaci¨®n, por la que seg¨²n las leyes del Eire podr¨ªan ser condenados hasta veinte a?os de prisi¨®n cada uno. La posesion ilegal de armas merece tan s¨®lo una multa en los tribunales irlandeses.Los soldados de la SAS persegu¨ªan, cuando fueron detenidos por las fuerzas irlandesas de seguridad, a presuntos activistas del IRA. De acuerdo con ellos, el traspaso de la frontera se debi¨® a un error en la lectura de sus mapas. Errores como este se producen al menos.150 veces al a?o, seg¨²n la estimaci¨®n de los propios irlandeses. Seg¨²n el fiscal, el error de los ocho hombres de la SAS no es normal, porque ellos no son ?muchachos, sino soldados muy expertos?.
Las excepcionales medidas de seguridad que rodean al juicio se explican por el temor existente en Dubl¨ªn sobre un posible ataque del IRA contra el edificio en el que se celebra la audiencia y contra los propios acusados.
La mayor parte de las torres de las iglesias de la capital irlandesa han sido tomadas por polic¨ªas y soldados que vigilan cualquier movimiento sospechoso en la ciudad. Tres helic¨®pteros acompa?aron a los ocho veh¨ªculos armados, en los que ayer por la ma?ana fueron transportados a la corte de Justicia los ocho militares acusados.
El proceso contra los soldados de la SAS no ha podido venir en un momento m¨¢s tenso en las relaciones de los dos Gobiernos implicados. Coincide este juicio con los debates que est¨¢n teniendo lugar en el tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo, acerca de la acusaci¨®n irlandesa contra el Gobierno de Londres por haber permitido la tortura de prisioneros en el Ulster, a lo largo de 1971.
Al contrario de lo que dice la prensa, la posici¨®n oficial irlandesa es que el resultado de este juicio no pondr¨¢ en peligro las relaciones de Gran Breta?a e Irlanda. Desde que gobierna en el Eire la coalici¨®n laboristas-Fine Gael, la cooperaci¨®n se ha intensificado, e incluso se ha creado una l¨ªnea directa entre la polic¨ªa del Ulster y la de Dubl¨ªn, para coordinar actividades.
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