La democracia en TVE
Me entero que Televisi¨®n Espa?ola ha decidido suspender la actuaci¨®n de Soledad Bravo programada para unos minutos de la sobremesa de hoy. Ello, al parecer, como respuesta a las numerosas cartas y llamadas recibidas en TVE protestando por el contenido de las canciones interpretadas por dicha artista a lo largo de esta semana en el mismo programa.Quiero felicitar a Televisi¨®n Espa?ola por su r¨¢pida muestra de sensibilidad ante las apetencias y gustos de los telespectadores. As¨ª, as¨ª, ¨¦se es el camino. Yo me congratulo de que nuestros deseos vayan a ser tenidos tan en cuenta una vez que los rectores de la caja de las maravillas o f¨¢brica de sue?os de Prado del Rey han demostrado que al pueblo se le escucha y se le complace. As¨ª, as¨ª, que vean que no s¨®lo se predica democracia, sino que tambi¨¦n se da trigo. Pues si toca pedir, ah¨ª va: pido que no se nos :siga aburriendo y timando con los telediarios de TVE-, con el ?Un, dos, tres, eructe otra vez?; con ese partido de f¨²tbol que dura ya casi cuarenta a?os, pues empezamos a o¨ªrlo por Radio Nacional en el.39; con esa prueba concluyente de! la reencarnaci¨®n constituida por la polimorfa ineluctabilidad del presentador ??igo; con la sebosa impunidad de D. Luis Mar¨ªa Ans¨®n para ensuciar cosas muy serias, y, para no cansarnos, con la totalidad del invento tal cual es. Pido, en cambio, que a Televisi¨®n Espa?ola se asomen los hombres y mujeres que queremos ver, y que por su pantalla se oigan las opiniones que a¨²n no hemos escuchado.
Parece ser que la canci¨®n de Soledad Bravo que ha herido m¨¢s sensibilidades es una de Atahualpa Yupangui, en la que un pobre minero del altiplano andino responde a la pregunta ?le d¨®nde est¨¢ Dios. Pues bien, yo tranquilizar¨ªa a quienes han mostrado su indignaci¨®n a Televisi¨®n Espa?ola dici¨¦ndoles que, dados los h¨¢bitos laborales del pa¨ªs, los efectos disolventes de tan inadmisible pregunta no pueden ser num¨¦ricamente muy significativos: a las cuatro menos cuarto de la tarde de un d¨ªa de semana no hay peligro de que los que pudieran ser m¨¢s f¨¢cil presa del Maligno escuchen a Soledad Bravo; los obreros est¨¢n en la f¨¢brica; los alba?iles en el tajo; los estudiantes, en la escuela; los trabajadores del campo, cavando para el intermediario, y la criada de la se?ora, en la cocina; ,ah!, y el parado, pate¨¢ndose los anuncios de un par de peri¨®dicos. En cuanto a la se?ora o el se?or,que s¨ª estar¨¢n sufriendo la hermosa e irreverente agresi¨®n de la voz de bronce y terciopelo de Soledad Bravo, ellos no corren peligro; su fe es la roca de los tiempos y saben sin un titubeo d¨®nde est¨¢, Dios: Dios est¨¢ con ellos, naturalmente.
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