Areilza
Anoche corr¨ªa un viento irreal por los salones y los saraos. La retirada de Areilza tiene melanc¨®licas a las damas, desconcertados a los gladiolos y perpleja a la derecha civilizada. Areilza se va elegantemente, como lo ha hecho siempre todo. Como el caballero que est¨¢ y¨¦ndose o llegando al cuadro de Las meninas.
La retirada de Gil Robles, la retirada de Areilza, la retirada de Alicia Tom¨¢s, que no vuelve a los ruedos y s¨®lo se ha vestido de luces para una filmaci¨®n, desencuer¨¢ndose luego en las revistas de la ingle. Se retiran las viejas figuras, se nos despegan las viejas l¨¢minas de la derecha hist¨®rica, con lo que el 30 % electoral de Fraga engorda todos los d¨ªas y Rafel Calvo Serer, en vista que lo del Madrid va para largo, saca el viejo semanario Domingo, que saldr¨¢ los lunes lleno de informaci¨®n pol¨ªtica. Estas cosas, en Espa?a, se dirimen siempre entre la derecha y la otra derecha, porque con la izquierda no se dirime. Con la izquierda se pelea a muerte.
Ayer estuve haciendo cine. Un corto underground: El tropez¨®n. Es la tragedia de un ciego, un mudo y una sorda en la gran ciudad. Yo hago de se?or que pasa por all¨ª con su barra de pan. Tote Treitas me ha metido en un l¨ªo. Pienso que Areilza es ya el mudo; Gil Robles, el ciego, y Alianza Popular, la sorda. No hay peor sordo que el que no quiere ver. Alianza no quiere enterarse. Ahora que se retira Alicia Tom¨¢s, Su¨¢rez bajar¨¢ a los ruedos para darles el alto a los de Alianza, que ya est¨¢n haciendo el pase¨ªllo triunfal por el ruedo ib¨¦rico. El b¨²riker est¨¢ entre Serrano y Sotogrande. Don Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, conde de la cosa, se retira elegantemente porque en esta corrida nadie cumple el reglamento. El caballero de la mano al pecho de la derecha civilizada cal¨® el chambergo, guard¨® la espada, mir¨® al soslayo, fu¨¦se y no hubo nada.
As¨ª que s¨®lo nos queda la otra derecha, o sea la derecha salvaje, la de siempre, que va a congelar el salario m¨ªnimo en esas recientes 440 de vell¨®n por los siglos de los siglos. Tengo a Nadiuska enfadada, a Pitita que se me va y Areilza que se retira. Lo dem¨¢s es ya muerte y s¨®lo muerte mientras las hojas huyen en bandada, que debi¨® decir B¨¦cquer antes de que le asesinasen en V¨ªznar, durante la cruzada.
La izquierda, en Espa?a, ha vivido siempre de recoger las pelotas que se les escapan a la derecha, como Santana, que empez¨® en el tenis de recogepelotas. Pero el ¨²ltimo tenista elegante de la belle ¨¦poque, el conde de Motrico, ha arrojado la raqueta y ya nadie va a conceder pe lotas a la Oposici¨®n. Cantarero de? Castillo, en las pistas de tenis del Club Siglo XXI, hace ya un tenis post-Santana, socializante y propicio, pero la gran derecha le encuentra menos decorativo que Areilza, y anoche, en Madrid, ya digo, corr¨ªa un viento irreal por los salones y los saraos. He estado en Zaragoza presentando una exposici¨®n de Cuixart. De Zaragoza para arriba, Areilza era el marqu¨¦s de Bradom¨ªn de una derecha liberal, elegante y europe¨ªsta. Ahora vendr¨¢n los yanquis de Carter con su ofensiva moral y le pondr¨¢n una central nuclear en su enorme finca bilba¨ªna. Areilza, adem¨¢s de salvar el centro y la patria, iba a salvar su finca. Dicen que se retira a Yuste, por no ver la derrota moral de su kennediano hijo pol¨ªtico, Joaqu¨ªn Garrigues.
Joaqu¨ªn Garrigues, Ignacio Camu?as, los Cara de plata valleinclanescos del Bradom¨ªn centrista, no tienen nada que hacer, digo yo, frente al Superfraga del tebeo neofranquista, ni siquiera ese encomendero galaico y sabio que es don P¨ªo Cabanillas. Los tendidos miran para Su¨¢rez, nuevo en esta plaza, que est¨¢ en el callej¨®n bebiendo agua del botijo castizo de la Monarqu¨ªa. La izquierda no cuenta, como siempre, y don Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, conde, se va de la escena como el que se est¨¢ yendo de Las meninas. Las meninas, hoy, son siete y de Alianza Popular.
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