El deporte,para todos
Hasta algunos de los m¨¢s tradicionales inquisidores del deporte nacional parece que han acogido bien el trasvase de la Delegaci¨®n de Deportes al Ministerio de la Presidencia. ?L¨¢stima que estos repentinos conversos no hallaran el camino de la verdad antes! Recibamos no obstante con aleluyas a estos nuevos valedores del deporte desazulado. Los que hasta ahora hemos sido hermanos separados ovejas descarriadas debernos sentirnos felices por haber encontrado comprensi¨®n.La Delegaci¨®n ya no es la gallina de los huevos de oro de Secretar¨ªa General. El deporte no es del partido ¨²nico y, por tanto, ya no debe servir ni con su popularidad ni con su dinero para llenar urnas, pero tambi¨¦n, y antes que nada, hay que decir que tampoco debe nutrir con sus miles de millones procedentes de las quinielas a los estamentos que cual amant¨ªsima nodriza ha amamantado, hasta ahora.
Se han sentado las bases de la independencia del deporte. El desarrollo de estos fundamentos es lo que est¨¢ por ver y lo que conviene alertar para no llamarnos a enga?o dentro de poco.
El viejo r¨¦gimen, pese al mucho producto que obtuvo del deporte no le destin¨® de sus presupuestos otra cosa que algunas migajas. Curiosamente hace algo m¨¢s de un mes, Hacienda dedic¨® seiscientos millones de pesetas, que hay que suponer van a ser la primera medida protectora.
A mi entender, la econom¨ªa deportiva debe sufrir una reconversi¨®n profunda. Las quinielas producen miles de millones cada a?o, pero este dinero procede ¨²nica y exclusivamente del f¨²tbol. Desde el nuevo estamento deber¨¢ tenerse en cuenta que el dinero del deporte es para el deporte, y de una vez por siempre habr¨¢ que meditar la posibilidad de que no todas las actividades deportivas dependan. de los goles de cada domingo. No tiene demasiado sentido que a costa del dinero que producen los futbolistas se hagan ricos otros deportistas que no son capaces de hacer rentable la disciplina que practican. Una cosa es proteger el deporte amateur y la educaci¨®n fisica, es decir, una parte del desarrollo integral del hombre, y otra muy distinta cargar sobre unos profesionales el bienestar de otros. Por poner un ejemplo, las disciplinas ol¨ªmpicas y todos los gastos que ellas comportan deben ser una responsabilidad del Estado.
Para algunos, el deporte deber¨ªa haber constituido un departamento ministerial, teor¨ªa absurda, por que ello hubiera aumentado la burocracia. La medida que ha tomado el Gobierno es, probablemente, la m¨¢s adecuada. Un ministro no puede depender por ejemplo, del se?or Fr¨¢nchi presidente de la UEFA. EI deporte es importante dentro de la vida de los pa¨ªses, pero no tanto como algunos pretenden hacerse ver.
Con el pase al Ministerio de la Presidencia., para el deporte se abren nuevos cauces. Pienso que por lo pronto, la medida supondr¨¢ una restituci¨®n al pueblo de unas propiedades que hasta el momento estaban en poder de unos pocos. Los estadios, los campos de f¨²tbol, los pabellones deportivos, ya no tienen por qu¨¦ ser regidos a trav¨¦s de los organismos que los han privatizado durante los ¨²ltimos cuarenta a?os. La tarea en este terreno es ardua, porque habr¨¢ quien se resista a perder sus prebendas. Las instalaciones deportivas pertenecen a todos por igual.
A partir de ahora, los presupuestos de la DND deber¨¢n tener una fiscalizaci¨®n distinta. Todo hace suponer que habr¨¢ m¨¢s f¨¢cilidades para saber a qui¨¦n se conceden subvenciones y en raz¨®n de qu¨¦ se conceden. A partir de ahora hay que suponer que las instituciones propias de los partidos pol¨ªticos no tendr¨¢n presupuesto anual. O si lo tienen, lo tendr¨¢n todos. Para empezar, y porque no debe haber proteccionismo de ning¨²n tipo, la primera partida que debe ser cancelada es la que sostiene en gran parte a las agrupaciones de periodistas deportivos e informadores de radio y televisi¨®n.
Desde este momento, las entidades deportivas, de federaciones a clubs, deben ir haci¨¦ndose a la idea de que sus anticuadas e injustas reglamentac,iones han de ser transformadas. Los deportistas profesionales Y Sobre todo los futbolistas tienen que alcanzar inmediatamente los beneficios que les conceden las leyes vigentes, de acuerdo con las cuales el m¨¢ximo organismo jur¨ªdico de la naci¨®n ya estableci¨® tiempo atr¨¢s algunos puntos fundamentales.
Podr¨ªa afirmarse que la mayor parte de los estatutos y reglamentos son papel mojado. Incluso el propio Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol comienza a ser legal ahora.
Hemos llegado a una nueva etapa. Ahora s¨ª podr¨¢ hablarse de deporte para todos.
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