Canarias ,archipi¨¦lago incorprendido
La ignorancia geopol¨ªtica se ha unido tambi¨¦n a la intenci¨®n de mantener a los propios canarios ajenos a su realidad. La presi¨®n sobre la prensa ha sido efectiva. Sin que los periodistas supi¨¦ramos nunca por qu¨¦ uno de nuestros compa?eros m¨¢s brillantes, Julio P¨¦rez Hern¨¢ndez, con dos estudiantes universitarios m¨¢s, fue encarcelado y mantenido en un cautiverio de tres meses por orden del se?or Elorriaga, cuando ¨¦ste era gobernador civil durante un esta do de excepci¨®n.
Una revista que se llamaba Sansof¨¦ y que pretend¨ªa crear a principios de los setenta una especie de conciencia combativa regional fue clausurada por la Administraci¨®n Central en virtud de un turbio proceso cuya idoneidad revoc¨® luego el Tribunal Supremo, cuando el da?o -pol¨ªtico, econ¨®mico, personal ya estaba hecho. Otra revista, Canarias 70, fue desmantelada tambi¨¦n no se sabe todav¨ªa muy bien por qu¨¦.
Pintoresquismo dram¨¢tico
Los virreinatos han sido casi siempre pintorescos. Los periodistas de Las Palmas tambi¨¦n pueden contar historias divertid¨ªsimas y dram¨¢ticas. Los periodistas canarios hemos asistido a miles de conferencias de prensa dadas por ministros, subsecretarios, directores generales y gobernadores. Hemos visto c¨®mo un alcalde llora de emoci¨®n cuando un ministro -de nuevo Gonzalo Fern¨¢ndez de la Moravisita su pueblo, comparte una mesa presidencial con ¨¦l y luego se va con su gab¨¢n. Ni el alcalde ni nosotros hemos sabido nunca ,lo que se decide despu¨¦s en Madrid, una vez que se nos ha prometido el oro y el moro y acaso s¨®lo se nos conced¨ªa el moro.
La verdad es que s¨ª. La verdad es que la situaci¨®n es explosiva. Pero ya lo era antes, cuando el ¨ªndice de analfabetismo era a¨²n mayor, cuando no hab¨ªa puestos escolares ni dinero para investigar en la Universidad, ni viviendas adecuadas, ni una agricultura racional, ni una flota pesquera fortalecida, ni un desarrollo tur¨ªstico arm¨®nico en el que no se comprendiera la construcci¨®n de grandes armatostes que han destrozado el paisaje y que en algunos casos muy notorios han ido contra las propias legislaciones municipales, ni una pol¨ªtica de apoyo industrial que se hubiera adelantado a las pretensiones marroqu¨ªes de construir un superpuerto en Tarfaya que puede dar al traste con las aspiraciones canarias de convertirse en eso que los pol¨ªticos llaman el puente entre Espa?a y Am¨¦rica, la avanzada espa?ola en el Atl¨¢ntico. Canarias, eres una maravilla.
Primas para desplazados
Parece que la Administraci¨®n quiere despertarse ahora con respecto al archipi¨¦lago, la regi¨®n pol¨¦mica, el jardin de las Hesp¨¦rides, del que nos hablaban los poetas de la Pen¨ªnsula en nuestros juegos florales. Nunca es demasiado tarde para poner en pr¨¢ctica el arrepentimiento. Ser¨ªa aconsejable que se escuchara a los canarios y que no se desenfocara el problema, situando su ra¨ªz en la existencia de organizaciones que realmente nunca han tenido un peso espec¨ªfico en las islas. Madrid siempre ha sabido que la vida en las islas es tortuosa, y por eso subvenciona a los funcionarios que han aceptado trasladarse all¨ª. Madrid nunca ha ignorado eso, por que de vez en cuando se dice en las estad¨ªsticas que en elvergel todo es m¨¢s caro.
Lo que pasa es que Madrid jam¨¢s ha prestado atenci¨®n, parapetado a 2.000 kil¨®metros de distancia de la regi¨®n canaria. Y cuando ha ido all¨ª tampoco se ha enterado. Un ministro de Informaci¨®n y Turismo, que escuchaba el discurso de un presidente del Cabildo de Tenerife sobre los problemas isle?os, interrumpi¨® al conferenciante con estas simples palabras, mientras jugaba con su postre de chocolate en forma de escudo valenciano: ?No s¨¦ qu¨¦ dir¨¢n mis amigos de Valencia si me como este escudo de su regi¨®n?.
Madrid ha sido muy duro de o¨ªdo. Y eso los canarios lo han resentido siempre, lo que pasa es que ahora, por fin, se atreven a decirlo. Pero son esc¨¦pticos. Por ejemplo, no puede quedar demasiada esperanza en una Administraci¨®n que no ha escuchado las demandas de cr¨¦dito pesquero y que, sin embargo, contribuye de manera poderosa a nutrir las arcas de la competencia pesquera m¨¢s inmediata.
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