La canci¨®n popular, en busca de un futuro
No siempre la canci¨®n popular se presenta en forma de movimiento coherente; existen muchos elementos desperdigados que luchan, contra su mismo aislamiento y contra las dificultades de tipo general que a todos afectan.
Sin pretender ser totalmente exhaustivo, s¨ª me gustar¨ªa dejar constancia breve de alguno de estos grupos o cantantes. La Fanega de Valladolid intenta realizar un trabajo que, bas¨¢ndose en los ritmos y canciones tradicionales de Castilla y de Le¨®n, supere su antiguo contenido al ser dotados de nuevas letras. La Fanega se ha caracterizado siempre por un gran didactismo, casi rayano en el panfleto. Muy solos en su tierra, han dado la nota positivamente popular en cert¨¢menes de canci¨®n folk, donde hab¨ªan de actuar junto a grupos de nombres tan buc¨®licos como Flores del Campo o similares. En la actualidad se hallan en puertas de grabar su primer LP. UC es un grupo ibicenco casi legendario. Con Mar¨ªa del Mar Bonet, son los ¨²nicos que han conseguido una m¨ªnima audiencia m¨¢s all¨¢ de las Islas. Su trabajo, al igual que el de La Fanega, pasa por la recuperaci¨®n del casi olvidado pero riqu¨ªsimo folklore de Ibiza, donde las civilizaciones cristiana y mora se han unido en una simbiosis llena de matices.La Camaret¨¢ es uno de los pocos grupos consolidados de Asturias. En esta regi¨®n se plantea en la actualidad el problema de la recuperaci¨®n del bable, idioma por lo dem¨¢s muy olvidado. Tensiones y discusiones han dado como resultado final una serie de grupos no totalmente maduros que vienen a marcar el comienzo de una canci¨®n con identidad asturiana.
No hace falta decir que en este repaso que durante algunas semanas hemos ido dando a la canci¨®n popular se han quedado numerosos nombres'en el tintero. La pretensi¨®n no era realizar una prospecci¨®n pormenorizada de todos y cada uno de los cantantes y grupos, sino m¨¢s bien el ir planteando los problemas y los hechos que marcan ese fen¨®meno conocido como canci¨®n popular
Pros y contras
La canci¨®n popular se ha desarrollado alrededor de dos factores b¨¢sicos: el despertar de los sentimientos regionales y nacionales y el desarrollo de las luchas; y reivindicaciones de contenido democr¨¢tico. Frente a ella, se han alzado la barrera de la represi¨®n, el progresivo deterioro y marioseo de las formas tradicionales y el bajo nivel cultural de nuestros pueblos. Estos factores de que hablo han dado lugar a las caracter¨ªsticas comunes de la canci¨®n. Por lo general el trabajo se centraba en los textos, fen¨®meno debido tanto al inter¨¦s por reflejar una situaci¨®n dada, como por una verdadera incapacidad musical en muchos casos. Dicha incapacidad no es m¨¢s que consecuencia de las muchas trabas administrativas que en forma de prohibiciones, multas, etc¨¦tera, se han venido produciendo con una asiduidad pasmosa. La falta de un trabajo en profundidad en lo tocante al folklore foment¨® (sobre todo en Catalu?a) la creaci¨®n ex-novo de formas con muy escasa raigambre popular. La incultura general y el apoliticismo forzado durante estos a?os han impedido que salieran cantantes del seno del mismo pueblo, siendo la mayor¨ªa universitarios. (Por supuesto con excepciones, que como en el caso de Canarias son la regla general). Como dato curioso, pero de una importancia capital, se ha producido una separaci¨®n tajante entre la cr¨ªtica de rock y la de canci¨®n. Mientras la primera se caracterizaba por una mayor o menor preparaci¨®n musical, y un nulo inter¨¦s por los fen¨®menos socio pol¨ªticos de nuestro tiempo, la segunda se acercaba a la m¨²sica desde un punto de vista estrictamente ideol¨®gico, relegando toda consideraci¨®n est¨¦tica a un segundo plano. Los programas de radio y las aficiones respectivas manten¨ªan igualmente esa separaci¨®n artificial y ello ha producido, entre otras cosas, el que nuestro rock haya sido tradicionalmente inmune a toda tentaci¨®n ?pol¨ªtica?.
Hoy y ma?ana
El paso a la democracia no va a resolver necesariamente estos problemas. En la nueva ¨¦poca se plantear¨¢n otros, como por ejemplo el de los cantantes de partido y el de los oportunismos populistas y demag¨®gicos. La separaci¨®n puede continuar y el confusionismo multiplicarse. Si el espacio pol¨ªtico de los recitales pasara a ser ocupado por los m¨ªtines de partido, la canci¨®n popular, para seguir existiendo, habr¨¢ de buscar nuevos ejes de actuaci¨®n; el principal de ellos mostrarse como alternativa cultural v¨¢lida, no s¨®lo en cuanto a mensaje sino en cuanto a m¨²sica se refiere. Las consideraciones pretendidamente t¨¢cticas que excluyen cr¨ªticas serias a cantantes que no las soportar¨ªan no le hacen ning¨²n favor a la canci¨®n. Los mitos, los s¨ªmbolos, se ir¨¢n haciendo cada vez menos necesarios y tanto los cantantes como la cr¨ªtica como el p¨²blico en general debe exigir algo m¨¢s que posturas coherentes, posturas que, siendo convenientes en unos momentos de continuo y estremecedor chaqueteo, no dicen nada acerca de la val¨ªa art¨ªstica de tal o cual cantante. Algunos dir¨¢n: ?Claro, se ha abierto la veda! Pero no es eso; ocurre que todo se va clarificando y que mucha gente se da cuenta de que un ciudadano no es mejor en su profesi¨®n porque le repriman mucho. Pasar facturas en las que impl¨ªcitamente se diga: ?Soy fulanilo, El Prohibido. No lo olvid¨¦is al juzgar mi obra? son superfluas. No se puede ir por la vida dando sufrimientos por arte.
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