Juanito, matagigantes en el encharcado Plant¨ªo
Juanito arm¨® la marimorena en Burgos. Su sola presencia en el campo ha significado que su equipo se haya convertido en matagigantes. Madrid, Barcelona.y ahora Atl¨¦tico cayeron derrotados por un equipo que sin Juanito est¨¢ condenado a la Segunda Divisi¨®n. El domingo corri¨® corno nunca, dribl¨® a cuantos quiso, puso nervioso al Atl¨¦tico y fue el soporte moral del Burgos mientras defend¨ªa su primer gol.Marcel Domingo tiene que ser un hombre feliz con Juanito. El tener un jugador que es capaz de resolver por s¨ª solo los partidos le permite preparar al resto del equipo para que juegue con astucia y marruller¨ªas. As¨ª se puede permitir el lujo de ganar y aguantar a un equipo t¨¦cnicamente mejor en un campo embarrado y de frenarle a base de faltas en el centro del campo para que su propia defensa no se vea nunca sorprendida. De los goles ya se encargar¨¢ Juanito.El Atl¨¦tico cay¨® en la trampa y perdi¨® pese a ser mejor equipo. Domin¨® siempre la zona ancha, pero ante la acumulaci¨®n de hombres en el ¨¢rea burgalesa no pudo jugar con profundidad al salir sin extremos. En defensa se la jug¨®, pues a veces s¨®lo qued¨® Marcelino con Juanito porque Pereira acudi¨® al remate en numerosas ocasiones. Fue por esto el Atl¨¦tico hasta un equipo valiente pero ineficaz de cara al gol.Tuvo enfrente a un equipo con un t¨¦cnico listo y con eterno af¨¢n de revanchismo y a un fen¨®meno del f¨²tbol nacional. La derrota de los rojiblancos fue, pues, l¨®gica.
Desde un principio, el campo embarrado en nada favoreci¨® al Atl¨¦tico, que atac¨® con insistencia, favorecido por el repliegue del Burgos. Se trataba de marcar un gol r¨¢pido aprovechando que Garrido, encargado del marcaje -de Leal, dejaba demasiadas veces solo al atl¨¦tico. Pero el gol no lleg¨® ni por parte de Leal, ni de Rub¨¦n Cano, ni de Ayala, que fu.eron quienes con m¨¢s ganas chutaron a puerta mientras el marcador estaba inalterable.
El Burgos esperaba y confiaba en las escapadas veloc¨ªsimas de Juanito. Agazapados atr¨¢s, el resto de sus compa?eros frenaban al Atl¨¦tico con faltas en la zona central y as¨ª daban tiempo a los defensores locales a tapar cualquier hueco posible. El partido era hasta entonces un cara y cruz porque si el gol atl¨¦tico pod¨ªa llegar en cualquier momento fruto de su dominio, Pereira pod¨ªa tener un m¨ªnimo fallo y dejar a Juanito el camino expedito hacia Reina. El brasile?o era el ¨²nico capaz en la primera parte de parar al futuro madridista, porque el debutante Sierra, sin estar mal, dej¨® al descubierto debilidades que aprovech¨® bien Juanito.
La segunda parte fue la decisiva. La salida al campo del ex barcelonista Cos situ¨® a Juanito ( delantero centro mientras Kal pasaba a cubrir el hueco dejai: por su compatriota Kresic. Coir Sierra qued¨® en los vestuarie Marcelino se ocup¨® de Juanito, lo hizo mal de verdad. Tras ad lantarse el Burgos en el marcadi Pereira dej¨® desguarnecida
defensa y comenz¨® el,-show Ju: nito. Con unavelocidad insupi rable cogi¨® una y otra vez los b: lones que iban al hueco y oblig¨® Reina a jugarse el f¨ªsico en 1, salidas. El barro puso plomo a h atl¨¦ticos,y Juanito sac¨® buen pa tido de la pesadez de? campo.
La salida de Leivinha p( Ayala no vino a a?adir nada nui vo al f¨²tbol de los madrile?os. 1 movi¨® m¨¢s que el argentino pe¨ª sin sitio ni compenetraci¨®n. 1 medio campo atl¨¦ticofue quie luch¨® hasta la extenuaci¨®n miet tras los puntas eran simples est, tuas que llegaron a pasar inai: vertidos. Pereira acab¨® desinfl, do y a la hora de volver a su di marcaci¨®n siempre era desboi dado por Juanito, imparable e plena carrera, cuyo ¨²ltimo gol flu modelo de ejecuci¨®n de lo qu puede llegar a hacer un jugad( cuando ¨¦ste posee fuerza, veloc dad, genio y ganas. El partido fu la victoria de unjugador al bord de la consagraci¨®n y la derrota d un equipo que quisojugar nobl< mente.
Al final se quejar¨ªa Luis del e! tado del campo, y no sin raz¨®i pero el provocado barrizal no fu quien derrot¨® al Atl¨¦tico. Contr buy¨® en parte porque oblig¨® a li: roj ?blancos a moverse tanto com el bal¨®n, y la verdad es que el di: mingo no demostraron estar par muchas carreras. Pero tambi¨¦n verdad que su juego fall¨® y alg nos de sus hombres tambi¨¦n, c mo Rub¨¦n Cano en la segun parte, en la que no hizo absolut mente nada pDs1tivo.
Las esperanzas atl¨¦ticas se fran ahora en una posible derro del Barcelona en Atocha
pr¨®xima jornada, porque el e fuerzo realizado ¨²ltimamen desborda quiz¨¢ la propia prep raci¨®n f¨ªsica. Y ma?ana, en Se lla, el Atl¨¦tico afrontar¨¢ el terc compromiso de la temporada, Copa. La plantilla est¨¢ al m¨ªni y la pelota, a¨²n en el tejado. Ju nito no dej¨® que cayera.
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