Carter ofrecer¨¢ dep¨®sitos en USA para almacenar residuos at¨®micos

El presidente Carter estudiar¨¢ la semana pr¨®xima, y muy probablemente aprobar¨¢, la creaci¨®n de dep¨®sitos especiales en territorio norteamericano para almacenar los residuos at¨®micos procedentes de las centrales nucleares de Europa occidental, en un doble intento de disminuir la tensi¨®n creada por la pol¨ªtica at¨®mica de su Administraci¨®n y de hacer desistir a los consumidores europeos de su intenci¨®n de reprocesar los residuos de uranio por sus propios medios.El m¨¦todo que se emplear¨¢ para este fin ser¨¢ seguramente la compra por Estados Unidos de los residuos del uranio vendido previamente por Norteam¨¦ricana a las plantas at¨®micas europeas. As¨ª se conseguir¨ªa aumentar las garant¨ªas de un suministro de combustible puntual y regular, y sobre todo, impedir el reprocesamiento comercial de los residuos, t¨¦cnica que permite la obtenci¨®n de plutonio, el material b¨¢sico para la construcci¨®n de la bomba at¨®mica. El almacenaje y reprocesado de los residuos nucleares europeos en Norteam¨¦rica crear¨¢ sin duda problemas internos a la Administraci¨®n Carter, m¨¢xime en estos momentos en que se intensifican por todo el pa¨ªs las protestas contra las centrales nucleares.

Desde que el pasado 27 de abril Carter anunciara su r¨ªgida pol¨ªtica de control nuclear, y su intenci¨®n de detener completamente el desarrollo de los reactores reproductores, que trabajan con plutonio y crean m¨¢s combustible del que consumen, se sucedieron las cr¨ªticas de los consumidores europeos, que vieron en peligro la normalidad de su suministro de material at¨®mico, con el consiguiente problema para sus planes energ¨¦ticos.

Para suavizar estas tensiones, en v¨ªsperas de la cumbre econ¨®mica de Londres, Carter aceler¨® su decisi¨®n de permitir la exportaci¨®n de uranio altamente enriquecido a varios compradores extranjeros. Dicha autorizaci¨®n no ser¨¢ firme hasta que no sea aprobada a su vez por la Comisi¨®n Reguladora Nuclear norteamericana, aunque se da por seguro que este organismo respaldar¨¢ la decisi¨®n del presidente.

Las licencias de exportaci¨®n aprobadas por Carter totalizan casi media tonelada de uranio enriquecido, y los pa¨ªses destinatan¨ªos de este combustible son: Canad¨¢, Jap¨®n, Holanda, B¨¦lgica, la Rep¨²blica Federal de Alemania y el Euratom, organizaci¨®n nuclear del Mercado Com¨²n Europeo. Seg¨²n la nueva legislaci¨®n norteamericana, el presidente debe dar personairriente su aprobaci¨®n a cualquier proyecto de exportaci¨®n de uranio altamente enriquecido que supere los quince kilogramos, cantidad que se considera como suficiente para la construcci¨®n de una bomba at¨®mica.

Seg¨²n el portavoz de la Casa Blanca, Jody Powell, la decisi¨®n de Carter es una clara demostraci¨®n de que Estados Unidos es consciente de su responsabilidad como suministrador de combustible at¨®mico y de su intenci¨®n de atender los ?leg¨ªtimos requerimientos de otras naciones?. Por otra parte, se considera que los pa¨ªses beneficiarios de las licencias de exportaci¨®n de uranio enriquecido son considerados por Washington como cumplidores de las normas de seguridad y salvaguarda requeridos por la nueva pol¨ªtica at¨®mica, norteamericana.

La decisi¨®n de Carter, que fue comunicada en Londres a los jefes de Estado y de Gobierno que asisten a la cumbre de Downing Street, justamente la v¨ªspera del inicio de esta, tiene la importancia de que incluye entre los pa¨ªses beneficianos a los dos con que Estados Unidos mantiene actualmente contenciosos de mayor importancia en el campo nuclear. De un lado la Rep¨²blica Federal de Alemania, cuya decisi¨®n de exportar tecnolog¨ªa at¨®mica a Brasil fue duramente contestada por Washington, y de otro Francia, que pretende hacer lo mismo con Pakist¨¢n, lo que provoc¨® id¨¦ntica oposici¨®n en Estados Unidos. Pese a ello, Alemania recibir¨¢ una considerable cantidad de uranio enriquecido con destino a su central nuclear de Nukem, cerca de Frankfurt, y Francia se beneficiar¨¢ indirectamente de las nuevas licencias, a trav¨¦s del Euratom.

No obstante, Powell reconoci¨® en Londres que el problema esencial entre Estados Unidos y Bonn sigue existiendo, y el tema ser¨¢ tratado muy probablemente entre Carter y Schmidt.