Los flechas
Bueno, pues ya est¨¢; seg¨²n los sondeos previos a los sondeos previos, parece que las elecciones las van a ganar los flechas. Ni la izquierda, ni la derecha, ni el socialismo ateo, ni la democracia caduca. Nada. Los flechas.Qui¨¦n me lo hubiera dicho a m¨ª, ni?o de postguerra, cuando los ve¨ªa con sus escarpines y sus machetes, en los felices cuarenta, y luego con sus revistas y sus esqu¨ªes, en Navacerrada, constituidos ya en SEU; Me dec¨ªa yo: bueno, vamos a ver, a d¨®nde van estos locos, estos exquisitos, estos chalados con sus locos cacharros ideol¨®gicos. Arriba est¨¢ Franco y en el alcantarillado est¨¢n los rojos. ?Qu¨¦ buscan ¨¦stos, para qu¨¦ se preparan, qu¨¦ rayos es eso de las monta?as nevadas y prietas las filas cara al ma?ana? Recuerdo que dec¨ªa una canci¨®n que se sacaron ellos, o sea, los flechas, por entonces: ?L¨¢nzate al cielo, flecha de Espa?a, que un blanco has de encontrar.?
A m¨ª todo eso, la verdad, me parec¨ªa lirismo de La Hora, de Haz, de Juventud, de las revistas que ten¨ªan los flechas cultos, porque hab¨ªa algunos flechas muy cultos, como te digo una cosa te digo otra. Lo que yo no sab¨ªa, lo que yo no intu¨ªa, lo que yo no present¨ªa, porque yo nunca he tenido instinto pol¨ªtico ni las he visto venir, es que aquellos flechas de los escarpines ideol¨®gicos se estaban preparando para ganar las elecciones generales de 1977, un siglo m¨¢s tarde, como quien dice. Qu¨¦ visi¨®n de futuro, los camaradas. Han bajado de sus monta?as nevadas con despacho pol¨ªtico y tel¨¦fono de g¨®ndola, han apretado las filas y ah¨ª est¨¢n, cara al ma?ana, o sea el 15 de junio, concretamente.
Por ejemplo, aquello de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, que nos le¨ªan en los seminarios de formaci¨®n pol¨ªtica:
-Tended vuestras miradas, como l¨ªneas sin peso y sin medida, hacia el ¨¢mbito puro donde cantan los n¨²meros su canci¨®n exacta.
-A m¨ª eso me parece de Paul Val¨¦ry - dije yo una vez, Poni¨¦ndome en pie sobre mis botas de porque yo era un erudito en poes¨ªa de vanguardia con jersey de borra.
Y me echaron del seminario de formaci¨®n pol¨ªtica por rojo, aunque creo, la verdad, que est¨¢ por estudiar la influencia de los vanguardismos, el modernismo, la poes¨ªa pura y el surrealismo en el fascismo l¨ªrico espa?ol. Pero Paul Val¨¦ry era un gabacho aliad¨®filo y yo hab¨ªa perpetrado la blasfemia de citarle en un seminario de formaci¨®n pol¨ªtica obligatoria. Bueno, pues resulta que era verdad, resulta que el instructor -me parece que se llamaban instructores, porque adem¨¢s hac¨ªamos la instrucci¨®n en zapatillas, como los soldados de Mussolini, con suela de cart¨®n-, resulta que el instructor, digo, ten¨ªa toda la raz¨®n, porque ellos tend¨ªan sus miradas, como l¨ªneas sin peso y sin medida (entonces estaban m¨¢s delgaditos y no usaban gafas), hacia el ¨¢mbito puro, donde cantan los n¨²meros su canci¨®n exacta, o sea, los consejos de administraci¨®n, los grandes bancos, los monopolios nacionales y esos sitios donde, efectivamente, la canci¨®n de los n¨²meros es exacta en los balances de fin de a?o y los beneficios, m¨¢s el sobre bajo mano, el cazo que ponen, el trinque que trincan y la pastizara que se llevan, esto ya sin que se entere Paul Val¨¦ry, que se llevar¨ªa un disgusto.
Primero me lo dijo Paco Garc¨ªa Salve, y luego, lo ha sacado este peri¨®dico, o sea, en plan Sofemasa: que los flechas tienen m¨¢s del 40 % de los votos chupados. Tambi¨¦n yo hab¨ªa adelantado en est¨¢ columna que las elecciones iba a ganarlas Isabel Tenaille, o sea, la tele, que ella es una mano inocente y blanca que no ofende. Yo no quise ser flecha entonces, porque me parec¨ªa que aquello era una manera de perder el tiempo y hacerse el chul¨ªn con el machete y los escarpines, que si no hoy estar¨ªa yo en el centro democr¨¢tico ese, con el pelo a navaja y el cisne del SEU tatuado en el pech¨®, bajo la camisa de tervilor democr¨¢tico. En lugar de estar aqu¨ª, en un peri¨®dico de rojos, con las elecciones perdidas y ganando una miseria, jefe.
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