Siete opciones luchar¨¢n por los votos del 15 de junio
El panorama que se dibuja en los primeros d¨ªas de la campa?a electoral, cuando las paredes espa?olas han comenzado a vestirse definitivamente de propaganda y cuando ya se conocen los resultados de algunos sondeos fiables, aunque prematuros, permite alinear siete grandes opciones electorales.
De derecha a izquierda, a escala del Estado espa?ol, son las siguientes: Alianza Nacional 18 de Julio (ultrafranquistas). Alianza Popular (franquistas), Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico (c¨®ctel, bendecido gubernamentalmente de reformistas, liberales, democristianos y socialdem¨®cratas), Federaci¨®n Dem¨®crata Cristiana (centro pol¨ªtico integrado por democristianos homologados internacionalmente), socialistas (divididos en dos bloques, cuya hegemon¨ªa conservan el PSOE de Felipe Gonz¨¢lez y el PSP de Enrique Tierno). Partido Comunista de Espa?a (izquierda) y partidos a la izquierda del PCE no legalizados, que se presentan como agrupaciones independientes (extrema izquierda electoral, por cuanto acepta participar en estas elecciones. quedando a¨²n m¨¢s a la izquierda los grupos pol¨ªticos que repudian la convocatoria a las urnas del Gobierno Su¨¢rez).
En ambos extremos de esta panor¨¢mica, la importancia de los votos ser¨¢ m¨ªnima, si bien los procedimientos de propaganda a emplear y el acuse de recibo por parte de los espa?oles aportar¨¢n, sin duda, un ¨ªndice interesante del grado de arraigo de ideolog¨ªas radicalizadas. Una de ellas, la de la derecha, estuvo en el origen del r¨¦gimen del que se quiere salir, tiene contactos con zonas sensibles del poder actual y ser¨¢ recibida en de terminados sectores. La otra, la de la izquierda, al margen de su potencialidad real, tiene pocas posibilidades, tras cuarenta a?os de ayuno y abstinencia ideol¨®gicos, de llegar al electorado.
Esta desigualdad estructural de oportunidades, consecuencia de nuestro m¨¢s reciente pasado pol¨ªtico, aparece m¨¢s visible en los extremos, pero en realidad preside toda la contienda electoral. La Espa?a actual votar¨¢ m¨¢s en derecha de lo que lo har¨ªa cualquier otro pa¨ªs de caracter¨ªsticas an¨¢logas a las nuestras que no hubiera padecido la dura experiencia de una dictadura de cuarenta a?os.
Sin perder de vista este condicionamiento—el PCE lo ha percibido con gran lucidez—, las expectativas electorales que se ofrecen a las cinco grandes tendencias nacionales —dejando al margen ambos extremos— van a depender en gran medida de las campa?as electorales iniciadas oficialmente.
Por lo que se conoce y se va vislumbrando de tales campa?as, podemos ofrecer un bosquejo de lo que ser¨¢n estas tres trepidantes se manas de caza de votos.
Alianza Popular, cuya posici¨®n franquista ha podido pasarse de rosca, a juzgar por algunos sondeos, va a buscar la motivaci¨®n electoral en la pol¨ªtica de las cosas y en los intereses a conservar o potenciar.
La Uni¨®n del Centro Democr¨¢tico, en una l¨ªnea objetiva similar, pero pol¨ªticamente m¨¢s audaz, va a dedicarse desde hoy mismo a vender la imagen de Su¨¢rez. (Uno de los directores pol¨ªticos de la campa?a de UCD, Jos¨¦ Luis Ruiz Navarro, contestaba recientemente a mi pregunta sobre si Su¨¢rez ser¨ªa utilizado en la campa?a con esta expresiva pregunta: ?Usted, ?qu¨¦ har¨ªa!?).
En el centro real, que va a estar representado por la democracia cristiana del Equipo, como fiel de la balanza entre la derecha y la izquierda (y, seg¨²n parece, con escaso resultado de votos, hecho normal en toda elecci¨®n que, con mayor o menor intensidad, tiende a la bipolarizaci¨®n), la Federaci¨®n Dem¨®crata Cristiana motivar¨¢ a sus electores con ofertas ¨¦ticas y, de alguna manera, espirituales.
En la izquierda, la primera fuerza es el socialismo, irremediablemente desglosado en dos sectores electorales que, por distintos procedimientos, se ofrecen como alternativa de izquierda. El Partido Socialista Obrero Espa?ol se presentar¨¢ como izquierda moderna pragm¨¢tica, resolutiva y audaz, y ofrecer¨¢ renovar la pol¨ªtica espa?ola. El Partido Socialista Popular propondr¨¢ su opci¨®n izquierdista desde presupuestos ideol¨®gicos y ¨¦ticos, con ¨¦nfasis en la necesidad de racionalizar nuestra pol¨ªtica.
Por ¨²ltimo, el Partido Comunista de Espa?a dedicar¨¢ su m¨¢xima atenci¨®n a desmitificar la imagen casi demon¨ªaca que a la mayor¨ªa de los espa?oles en edad de votar se le dio, durante lustros, de los comunistas, y a ofrecerse con rostro humano. La campa?a del PCE le producir¨¢ cr¨ªticas e iron¨ªas, y pol¨ªticamente deteriorar¨¢ al partido, pero, a juzgar por algunos sondeos, ser¨¢ electoralmente rentable.
Cabe a?adir que de las maquinarias electorales, que a partir de ahora trabajar¨¢n a marchas forzadas, el funcionamiento m¨¢s coherente y estudiado corresponde al Partido Socialista Obrero Espa?ol, Alianza Popular y Partido Comunista de Espa?a.
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