El desaf¨ªo de Podgorni
Ucraniano, hombre tranquilo del aparato sovi¨¦tico, Nicolai Podgorni se convirti¨®, tras el ¨²ltimo congreso del Partido Comunista de la URSS en 1976, en n¨²mero 2 de la jerarqu¨ªa sovi¨¦tica. Su nombre no estaba ligado a ninguna tendencia o proyecto particular. No fue, como Brejnev, un gran abogado de la ?revoluci¨®n t¨¦cnica y cient¨ªfica? en la URSS, y no tuvo veleidades de reformador de la econom¨ªa como Kosiguin. No fue tampoco un guardi¨¢n de la ortodoxia doctrinal, como Suslov. De hecho, ascendi¨® hasta la cumbre del poder sin hacer ning¨²n tipo de pol¨ªtica, y permaneciendo como un simple gerente, un buen apparatchik, como se dice en la URSS. Pero esta semana, al ser brutalmente separado del comit¨¦ ejecutivo del Partido Comunista de la URSS, Podgorni ha hecho estallar a pesar de todo, al Fin de su carrera, y a la edad de 74 a?os, un bombazo pol¨ªtico: el primero de su vida.Fin de la direcci¨®n colegiada
Su salida es ins¨®lita, a la vez por razones de fondo y de forma. Salta a la vista, en efecto, que Brejnev, al desembarazarse de ¨¦l, ha puesto fin al sistema de direcci¨®n colegiada, a la famosa ?troika?, que despu¨¦s de la ca¨ªda de Kruschev, en octubre de 1964, hab¨ªa asumido la direcci¨®n suprema de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Desde luego, al fin de los a?os sesenta Brejnev ten¨ªa ya un peso espec¨ªfico netamente superior al de Podgorni y Kosiguin. Por otra parte, era el ¨²nico que hab¨ªa impulsado, paciente y regularmente, ?el culto a su personalidad?, suscitando mucha irritaci¨®n y a veces ir¨®nicas reservas entre sus camaradas eurocomunistas de Occidente. Sin embargo, pese a este tratamiento privilegiado, Brejnev, oficialmente, no era m¨¢s que un ?primus inter pares? en el triunvirato, lo que permit¨ªa salvar las apariencias y afirmar, frente a contradictores eventuales, que el principio de la direcci¨®n colegiada introducido por el XX congreso del Partido Comunista de la URSS, en 1956, continuaba en vigor. Desde la eliminaci¨®n de Podgorni, en la sesi¨®n del comit¨¦ central del Partido Comunista de la URSS de esta semana, ya no se puede hablar de direcci¨®n colegiada, y este cambio tiene una importancia pol¨ªtica evidente.
El segundo punto concierne a la forma. La presidencia de la Rep¨²blica en la URSS es un cargo honor¨ªfico. No confiere a su titular mayor poder, pero precisamente por ello este jefe de Estado que inaugura las ferias florales y distribuye las medallas, debe ser un dirigente muy respetado ante la organizaci¨®n pol¨ªtica y por la poblaci¨®n. Tal fue el caso de Mikhail Kalinin, presidente en la ¨¦poca de Stalin, que no pod¨ªa medirse con este ¨²ltimo en poder, pero que era considerado como un hombre bueno que utilizaba, en la medida de lo posible, su influencia para intervenir en favor de algunos ?zekh?, sobrenombre del goulag, Tambi¨¦n el predecesor de Podgorni, Anastase Mikoyan, veterano del equipo stalinista, hab¨ªa adquirido una s¨®lida reputaci¨®n gracias a sus intervenciones ?liberales? en el XX congreso, donde se distingui¨® como hombre prudente y gran t¨¢ctico.
Lo que nunca se hab¨ªa visto en la URSS es que el presidente de la Rep¨²blica fuese destituido en sus puestos de responsabilidad dentro del partido y permaneciese, sin embargo, a la cabeza del Estado. A su edad, Podgorni hubiera podido retirarse, invocando razones de salud, como hizo en su d¨ªa Mikoyan. Seg¨²n la Constituci¨®n, este relevo hubiera debido hacerse durante la sesi¨®n del Soviet Supremo convocada para el 15 de junio pr¨®ximo. El Soviet Supremo, seg¨²n la ley sovi¨¦tica, puede escoger al jefe de Estado. Pero Nicolai Podgorni no ten¨ªa ningunas ganas de dimitir y as¨ª se lo hizo saber a sus camaradas del comit¨¦ central. De este modo ha logrado as¨ª montar en cierta medida un esc¨¢ndalo y colocar en una situaci¨®n dif¨ªcil -aunque s¨®lo sea temporalmente- a Brejnev. As¨ª, Podgorni representa hoy una especie de desaf¨ªo al establecimiento sovi¨¦tico, en la medida en que testimonia las anomal¨ªas de su funcionamiento.
Una salud de hierro
?C¨®mo ha podido llegarse a una situaci¨®n de este estilo? ?Por qu¨¦ el prudente y moderado Podgorni se ha rebelado contra Brejnev de forma tan ins¨®lita? Contrariamente a lo que ha escrito sobre este tema toda la prensa occidental, ambos dirigentes no eran antagonistas ni adversarios, sino, m¨¢s bien, c¨®mplices. Salieron ambos de la ?rama ucraniana? del partido y caminaron juntos hacia la cumbre. Por otra parte, nada demuestra que el car¨¢cter de Podgorni haya hecho insoportable la convivencia con Brejnev en el Politbur¨® del partido, tal y como asegura el Financial Times. No ser¨¢ ni en el car¨¢cter de ambos dirigentes ni en su historia pasada donde podr¨¢n descubrirse las razones del divorcio entre ellos. Se trata, m¨¢s que nada, de un desacuerdo reciente y agudo referido a la sucesi¨®n de la ?vieja guardia?, que dirige todav¨ªa la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Parad¨®jicamente,de la troika de sucesores de Kruschev s¨®lo Podgorni no ten¨ªa problemas de salud, cosa que no suced¨ªa con Brejnev y Kosiguin, que en los ¨²ltimos a?os desaparec¨ªan espor¨¢dicamente para ?curarse? en los sanatorios de Crimea o en la regi¨®n moscovita.
Sin embargo, el problema de su sucesi¨®n queda planteado desde ahora. Le¨®nidas Brejnev puede preferir ser ¨¦l mismo quien asegure esta ?transici¨®n?, con el fin de poder elegir entre sus hombres fieles de la nueva generaci¨®n un continuador susceptible de proseguir su pol¨ªtica y perpetuar el reciente y fr¨¢gil culto a su personalidad. Pero, de todas formas, necesita un sucesor. Todav¨ªa no se conoce el nombre del bienaventurado elegido: la promoci¨®n de Konstantin Russakov al secretariado del PC, decidida durante la reuni¨®n de esta semana, no permite concluir que tiene ante s¨ª un gran futuro. Los otros ?quincuagenarios? del aparato, desde Grigori Romanov a Fiodor Kulakov, parecen tener tambi¨¦n sus oportunidades y todos son, desgraciadamente, tan ?Indescifrables? pol¨ªticamente como Russakov.
Entre la despolitizaci¨®n y el cinismo
Mientras tanto, lo m¨¢s urgente en la URSS es encontrar un sucesor para Podgorni en la presidencia de la Rep¨²blica. No debe excluirse que Brejnev asuma ese cargo, lo cual le otorgar¨ªa un t¨ªtulo dentro del aparato del Estado. Hasta ahora, Brejnev se entrevistaba con los dirigentes extranjeros y firmaba tratados con ellos, no siendo m¨¢s que el secretario del partido gubernamental, lo cual ha levantado no pocos problemas de procedimiento,
En fin, se sabe que una nueva Constituci¨®n -la cuarta en la historia de la URSS- va a ser publicada en noviembre pr¨®ximo, con ocasi¨®n del sesenta aniversario de la Revoluci¨®n de Octubre. Despu¨¦s de haber destituido a Podgorni, el Comit¨¦ Central aprob¨® el texto de la pr¨®xima ley fundamental de la Rep¨²blica que ser¨¢ sometida ?a la discusi¨®n de los trabajadores?. Pero si hay un problema sobre el que los trabajadores son exc¨¦pticos, es el de la Constituci¨®n. La de 1936, preparada por Bujarin y firmada por Stalin, hab¨ªa sido ya ?la m¨¢s democr¨¢tica del mundo?. La pr¨®xima deber¨¢, naturalmente, superar a la anterior y ser¨¢ ?m¨¢s democr¨¢tica que la m¨¢s democr¨¢tica de la historia?. En la pr¨¢ctica, todo el mundo puede constatar gracias al caso Podgorni que los problemas de esta inmensa sociedad que es la URSS se resuelven a puerta cerrada, entre una quincena de miembros del Politbur¨®. ?Puede todav¨ªa extra?ar, despu¨¦s de esta demostraci¨®n, que los sovi¨¦ticos oscilen entre la despolitizaci¨®n y el cinismo, cuando no adoptan las dos actitudes al mismo tiempo?
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