Los carteleros
Los carteleros o cartelistas de la democracia son casi todos j¨®venes, muy j¨®venes. Alg¨²n peri¨®dico habla de la muchachada. Pues bien, he aqu¨ª que la muchachada, a la que no dejan votar, ha encontrado su forma de votar. Un chico, un cartel. Un cartel, un voto.Sal¨ªa yo de cenar con el director de una revista, anoche, y pasaba una pandilla de chicos y chicas, poniendo sus carteles, los carteles de su partido, un partido a la izquierda del pec¨¦:
-?Por qu¨¦ no les pides a ¨¦sos que escriban en tu revista? -le dije al director.
Porque la verdad es que el mundo es nuestro, de los que tenemos cuarenta a?os, pero la juventud est¨¢ ah¨ª, viene pegando. Pegando carteles, de momento.
Me lo dijo don Jacinto Benavente en su tertulia de El Gato Negro, cuando yo iba all¨ª a recitarle Los intereses creados para entretener su ancianidad gloriosa de inexplicable premio Nobel:
-Mire usted, joven, en los lugares de diversi¨®n s¨®lo hay maduros. La juventud nunca tiene dinero.
Bueno, las cosas han cambiado algo desde que don Jacinto tomaba caf¨¦ con veneno en El Gato Negro. Incluso en El Gato Negro me parece que han puesto un banco. Me escriben los del museo de figuras de cera. Que ellos no tienen nada que ver con Alianza Popular y que rectifique. Por cierto, ?est¨¢ don Jacinto en el museo ese? El Museo Col¨®n no tendr¨¢ nada que vercon Alianza, pero Alianza tiene mucho de museo de los horrores. He estado en Barcelona viendo el show de Intervi¨² y Pedro Ruiz hace una parodia donde se rasca igual que Fraga y en el mismo sitio que Fraga.
-?Y usted cree que los carteles de Alianza tambi¨¦n los ponen los j¨®venes? -dice el quiosquero.
Yo no s¨¦ qui¨¦n pone los carteles, porque los ponen de madrugada, cuando yo estoy durmiendo o trenzado en m¨²ltiples lazos, como dec¨ªa el cl¨¢sico sobre el amor.
Por cierto que no s¨¦ si a los pol¨ªticos les queda tiempo de trenzarse en m¨²ltiples lazos con alguna dama, ahora que est¨¢ tan movida la campa?a. Hasta V¨¢zquez Montalb¨¢n se ha metido a diputado o a senador o a candidato o como se llame eso:
-?Qu¨¦ arrojan los sondeos aqu¨ª en Catalu?a? -le pregunto en Barcelona.
-Aqu¨ª no arrojan nada.
O sea, que no se han hecho sondeos. La inc¨®gnita catalana. Barcelona est¨¢ llena de carteles, como Madrid, y hay que decir que tipogr¨¢ficamente lo hacen mejor que aqu¨ª. Tienen m¨¢s tradici¨®n gr¨¢fica. Me hago unas fotos con la Cantudo o Cant¨²a, y me dice que ha estado en Bocaccio hasta muy tarde y se ha acostado a las seis de la ma?ana.
-?Y qui¨¦n pega los carteles a esa hora, si te has fijado?
Pero no se ha fijado. La amada de Vicente Huidobro era tan hermosa que no sab¨ªa hablar. La Cant¨²a estan hermosa que no se fija. Pero yo s¨¦ que los carteles los pega la juventud,y hora es de decir que hay una juventud mercenaria, despolitizada y gamberra que se contrata para ciertos menesteres, pero hay otra juventud concienciada que ha encontrado en lo de los carteles su manera de votar y de realizarse.
-Que no le sigo jefe -dice el abrecoches.
Pues est¨¢ bien claro. Que no se puede con la vida ni con la juventud m¨¢s joven y rubeniana. Que les cierras el paso por un lado y se te escapan por otro. La colaboraci¨®n de la juventud con los partidos de izquierdas, para la campa?a electoral, es el mejor dato y la mejor votaci¨®n. Ya sabemos a qui¨¦n habr¨ªan votado e incluso por qu¨¦ no les dejan votar. Tamames dice:
-Nos han robado miles y miles de votos de la juventud.
Yo no s¨¦ si se pasa, pero me emociona el espect¨¢culo de la juventud que, como la progre Dasy de Mari Carmen y sus mu?ecos, se realiza pegando carteles toda la noche. Lo aprend¨ª de chico en la historia de Roma: Ya C¨¦sar se cuidaba de los j¨®venes p¨¢lidos que saben lat¨ªn. Pues que se cuide Su¨¢rez.
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