Hoy, elecciones legislativas en Marruecos
Seis millones y medio de marroqu¨ªes mayores de veinti¨²n a?os eligen hoy dos tercios de la C¨¢mara de Diputados (176 miembros, de un total de 264), mediante el sistema de escrutinio uninominal a una vuelta. En los pr¨®ximos quince d¨ªas, y esta vez mediante un procedimiento indirecto, org¨¢nico, ser¨¢ elegido el tercio restante, con lo cual se pondr¨¢ fin, sobre el papel, al desarrollo institucional previsto en la Constituci¨®n de 1973, y Marruecos pasar¨¢ de una monarqu¨ªa absoluta a otra parlamentaria.
Los hechos matizan, sin embargo, la naturaleza de este escrutinio y del reciente proceso pol¨ªtico del reino vecino. Hassan II tiene asegurado, de entrada, el control del tercio corporativo 0de la Asamblea Nacional, a trav¨¦s de los autodenominados ?independientes? (en realidad, hombres de palacio), que ganaron con gran desahogo las recientes elecciones municipales y provinciales: por dominar en ayuntamientos, c¨¢maras y colegios profesionales, ellos formar¨¢n el colegio electoral restringido que ha de alumbrar un tercio del Parlamento.Tan abultado fue el ¨¦xito de los ?independientes? -de ?farsa electoral? fueron calificados los comicios por la oposici¨®n autorizada-, que el rey se vio obligado a integrar en su Gabinete a los dos l¨ªderes m¨¢s significativos de los partidos opositores: Buabid de la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares (USFP), un socialista muy moderado, y Bucetta, del Istiqlal, musulm¨¢n ultranacionalista. La inclusi¨®n de ambos dirigentes en el equipo gubernamental, adem¨¢s de suponer un reconocimiento impl¨ªcito de las graves irregularidades electorales denunciadas, sirvi¨® para legitimar ante la opini¨®n p¨²blica el car¨¢cter democr¨¢tico de las legislativas de hoy.
Hassan II ha cedido ante las presiones para levantar la censura informativa y reelaborar los censos electorales, pero ha vetado la reducci¨®n de la edad electoral a los dieciocho a?os. El mayor logro de la ofensiva opositora ha sido, sin embargo, la atribuci¨®n a cada partido de una papeleta electoral de color diferente, ¨²nica forma de otorgar un m¨ªnimo de trasparencia a unos comicios en los que participan miles de analfabetos.
Mil candidatos
Se puede anticipar que las elecciones de hoy -tan a la medida para el poder como suelen serlo las primeras que separan la autocracia de sistemas m¨¢s o menos representativos, cuando no las precede un cambio revolucionario- dar¨¢n una amplia mayor¨ªa a las formaciones patrocinadas por el rey. En realidad, su inter¨¦s se centra en la pugna entre los ?independientes?, entre los que figura un buen n¨²mero de miembros de la Administraci¨®n y que presentan casi la mitad de los aproximadamente mil candidatos en liza, y el resto de la oposici¨®n, en sus tres variantes m¨¢s significativas: a la derecha, el Istiqlal, con 161 candidatos; a la izquierda, el Partido del Progreso y del Socialismo (PPS), comunista, con noventa; a la izquierda moderada, la USFP, con 141.A pesar de las propuestas del PPS, la oposici¨®n izquierdista no ha sido capaz de presentar un frente unido. Parad¨®jicamente, el v¨ªnculo de uni¨®n hoy en Marruecos entre formaciones izquierdistas y derechistas es su progresivo acercamiento al rey, a ra¨ªz de la ?cruzada sahariana?, aproximaci¨®n que conlleva, en el caso del PPS y la USFP, la abdicaci¨®n de planteamientos b¨¢sicos y un creciente alejamiento de muchos de sus militantes de base. La ?normalizaci¨®n? institucional del reino se ha convertido en imperativa para el rey Hassan. El r¨¢pido deterioro del conflicto sahariano, el subsiguiente malestar del ej¨¦rcito -s¨®lo parcialmente compensado por el ¨¦xito de la aventura zaire?a, montada con clara oportunidad preelectoral y de consolidaci¨®n ante los regimenes conservadores occidentales y africanos- y la espiral oposici¨®n-represi¨®n, ilustrada por los recientes procesos de Casablancia, han sido otros tantos motivos que han abonado para Hassan la idea de modernizar urgentemente su r¨¦gimen.
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