Escribe el ex comandante Otero
Entre las informaciones aparecidas en EL PAIS figura la noticia de la pr¨®xima celebraci¨®n del consejo de guerra contra el capit¨¢n de Ingenieros Antonio Herreros Robles, como presunto miembro de la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD), y para el que, el fiscal, en sus conclusiones provisionales, pide la pena de diez a?os de prisi¨®n por considerarle culpable del delito de conspiraci¨®n para la rebeli¨®n.El hecho de desear yo opinar sobre este asunto est¨¢, en principio, naturalmente motivado por mi conocimiento del tema como ¨ªntimo amigo de Antonio Herreros y como condenado en un consejo de guerra similar el pasado a?o por la misma acusaci¨®n, as¨ª como por saberme implicado en la causa que se le ha seguido.
Sin embargo, el motivo de esta carta no es propiamente llamar la atenci¨®n sobre cuestiones personales, sean o no de dominio p¨²blico, ni tampoco entrar en las cuestiones jur¨ªdicas ni de defensa legal, aunque, por supuesto, tanto en un sentido como en otro, creo que podr¨ªa aportar bastante, y as¨ª espero hacerlo en su momento y lugar oportuno.
Lo que voy a exponer a continuaci¨®n creo que podr¨ªa ser asumido por cualquier persona ajena a nuestras situaciones personales, pero que simplemente sintiera el deseo de que el proceso democratizador en curso llegue a su culminaci¨®n, asentado sobre una aut¨¦ntica reconciliaci¨®n y convivencia de todos los espa?oles.
Desde este punto de vista, y sin entrar en el aspecto t¨¦cnico-jur¨ªdico de la calificaci¨®n fiscal, yo pregunto: ?Qu¨¦ sentido tiene pedir una tan dura pena de prisi¨®n para una persona por considerarla adherida a una organizaci¨®n que pretend¨ªa la democracia, y ello coincidiendo casi con el d¨ªa en que ¨¦sta puede empezar a marchar a partir de las primeras elecciones? Cuando, hace m¨¢s de un a?o, fuimos condenados los otros miembros de la UMD, el presidente del Gobierno era Arias Navarro, la amnist¨ªa ni se vislumbraba, no exist¨ªa el proyecto de reforma pol¨ªtica, los partidos pol¨ªticos eran ilegales y sus dirigentes encarcelados..., pero todo esto empez¨® a cambiar con el nuevo Gobierno, y entre los primeros beneficiados por la amnist¨ªa estuvimos nosotros, aunque no se completara con nuestra justa reincorporaci¨®n al Ej¨¦rcito. ?Es que todas estas transformaciones, es que los motivos por los que se otorg¨® la amnist¨ªa (aunque haya sido tan incompleta y aplazada) no existen para algunas instituciones o personas?
Hace un a?o que se quiso identificar la adscripci¨®n a la UMD como sin¨®nimo de promotor de la rebeli¨®n a pesar de la falta de pruebas para ello; en aquellos momentos, con las circunstancias ambientales que he descrito, pudo ser explicable aunque no justificable... ?Tiene alguna explicaci¨®n hacer lo mismo ahora?
Yo, desde luego, no lo entiendo, m¨¢xime cuando, como he manifestado reiteradamente, sigo esperando mi pr¨®ximo reingreso en el Ej¨¦rcito. No lo entiendo y lamento todo esto profundamente, pues me parece signo de actitudes de rechazo y divisi¨®n que cre¨ªa ya superadas. Hay que tener en cuenta que la pena de prisi¨®n, en caso de ser condenado, no tendr¨ªa efectividad por la aplicaci¨®n de la pasada amnist¨ªa, por lo que parece claro el car¨¢cter de s¨ªmbolo de la petici¨®n fiscal.
No obstante todo esto, y aunque supongo que, como a m¨ª, a ¨¦l tambi¨¦n le doler¨¢, creo que al capit¨¢n Herreros no le importar¨¢ personalmente, sino al contrario, comparecer ante el consejo de guerra, pues, si como es l¨®gico esperar, existen las debidas garant¨ªas jur¨ªdicas y procesales, quedar¨¢ p¨²blicamente claro que los militares de la UMD no intentamos ninguna rebeli¨®n, sino, por el contrario, que la fuerza desapareciera como sistema de gobierno sustituida por la democracia. Yo, al menos, desear¨ªa fervientemente tener la misma oportunidad mediante la revisi¨®n p¨²blica de mi consejo de guerra.
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