Toros serios para la corrida de la Prensa
Los toros de la corrida de la Prensa ya est¨¢n en Madrid. Los embarcaron el s¨¢bado y el domingo llegaban a la plaza. Un emparrado, en el patio de arrastre, celaba el sol a plomo que ca¨ªa, a mediod¨ªa, sobre la ciudad en general y sobre los cajones donde las fieras esperaban a ser desembarcadas, en particular.A la voz de mando del mayoral de Las Ventas, Paco Parejo, abr¨ªan los cajones uno a uno. Y aparec¨ªan los guardiolas, nerviosos y desafiantes. ?El toro merma unos treinta kilos durante el viaje?, dec¨ªa el mayoral de la ganader¨ªa. Es cierto que una corrida no puede juzgarse apenas desembarcada, pues es muy probable que salga desfallecida, descolgada.
Los guardiolas, todos de cabezas espl¨¦ndidas, astifinos, sal¨ªan, en cambio -ya queda dicho-, pidiendo toreros, acomet¨ªan, bufaban. El hocico alargado, es racter¨ªstico de la casa, no ani?a sus caras, que son serias, en m¨¢s de uno. foscas. Hay largura en los esqueletos. Un entrepelao m¨¢s bajo de agujas que los otros, es hondo; abundan los enmorrillados, con un queso de bola arriba, por las agujas. Pezu?a redondeada y breve, agilidad en las patas, flexibilidad en los cuellos.
No ha tra¨ªdo la Asociaci¨®n de la Prensa a los guardiolas como plato fuerte del espect¨¢culo -el plato fuerte son los rejoneadores-, pero ha cumplido con la afici¨®n de Madrid al comprar los toros que el? rigor de estos aficionados exige. No son toros-catedrales; no toros a la desesperada -ni ser¨ªa bueno que lo fuesen-, sino una corrida pareja, hecha, seria, con edad, trap¨ªo y pitones en sus carnes, para que tenga movilidad.
Jaime Ostos, Jos¨¦ Luis Galloso y Gabriel Puerta son los tres espadas que habr¨¢n de medirse con los guardiolas, hierro que hace muchos a?os no viene a Madrid. De chiqueros para afuera, ya se ver¨¢ qu¨¦ pasa con estos toros: simpre es imprevisible el juego del toro. De chiqueros para adentro, hay que decir que se necesitan muchas agallas para ponerse ante semejantes ejemplares. Las agallas de Ostos, Galloso y Puerta, quienes -lo saben todos- no hacen ascos al toro.
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