La pol¨¦mica sobre el eurocomunismo
Pocos fen¨®menos hay actualmente tan pol¨¦micos como el eurocomunismo. Para unos se trata del estalinismo enmascarado con ropas democr¨¢ticas. Para otros se trata de una nueva socialdemocracia que acude puntualmente ante la nueva situaci¨®n de crisis general del capitalismo, dispuesta a conducir a los trabajadores a una gigantesca derrota hist¨®rica. Y, para otros, el eurocomunismo es la resurrecci¨®n del viejo fantasma, que al fin recorre de nuevo Europa.M¨¢ximo Loizu y Pere Vilanova pertenecen a esta ¨²ltima escuela. Los textos seleccionados por ellos tratan de se?alar las nuevas posturas de los partidos comunistas italiano, espa?ol y franc¨¦s, en tres grandes apartados.
Por supuesto que este conjunto de textos tiene un valor fundamental para entender lo que significa en la actualidad el eurocomunismo y las etapas de su formaci¨®n hasta el presente. Ahora bien, lo que en mi opini¨®n merece un comentario m¨¢s detallado es la introducci¨®n de Loizu y Vilanova, pues forma parte de una serie de escritos cuya publicaci¨®n supone una verdadera ofensiva ideol¨®gica. Entre estos escritos, adem¨¢s del Eurocomunismo y Estado, de Santiago Carrillo (merecedor, sin duda, de un comentario espec¨ªfico), se encontrar¨ªan el pr¨®logo de Sol¨¦-Tur¨¢ a El partido comunista italiano, de Togliatti, su art¨ªculo introductorio al volumen El marxismo y el Estado, y el art¨ªculo de Jordi Borja ?Socialistes i comunistes davant la democr¨¤cia? (Taula de Canvi, 2, 1976).
?Qu¨¦ es el eurocomunismo? Selecci¨®n de textos y presentaci¨®n de M¨¢ximo Loizu y Pere Vilanova
Barcelona, Avance, 1977.
?Qu¨¦ tienen en com¨²n estos escritos? En mi opini¨®n, en todos ellos se pretende: a) llevar a cabo una reinterpretaci¨®n de la historia del socialismo; b) formular unas tesis revisionistas sobre las relaciones entre el Estado y la sociedad civil; c) plantear una estrategia gradualista de lucha por el socialismo.
Su reinterpretaci¨®n de la historia del socialismo pretende desmantelar la visi¨®n mesi¨¢nica de la III Internacional, que ha sido com¨²n en los partidos comunistas. Desde una perspectiva bien distinta, se interpreta la formaci¨®n de la Internacional comunista como una escisi¨®n en el seno del movimiento obrero, escisi¨®n cuyo car¨¢cter voluntarista y mecanicista habr¨ªa sido determinante en su fracaso para hallar una salida revolucionaria en Occidente.
Frente a la interpretaci¨®n tradicional del Estado como instrumento de clase, se nos presenta ahora un an¨¢lisis en el que la sociedad civil pasa a jugar un papel determinante, hasta el punto de que los aparatos del Estado ser¨ªan permeables a los cambios en la sociedad civil, o podr¨ªan ser reformados al cambiar la correlaci¨®n de fuerzas en ¨¦sta.
En l¨®gica conclusi¨®n, se nos propone una estrategia gradualista, que pasa por la unidad de todos los partidos ligados al movimiento obrero y el abandono de la noci¨®n de partido revolucionario, y que considera como principio fundamental la consecuci¨®n de reformas parciales sobre la base de un amplio consenso, muy superior al 51%, para conseguir conquistar posiciones avanzadas, tanto en la sociedad civil como en el Estado (legislativo, Gobierno), y poner en marcha una reforma de los aparatos de Estado.
Parece innegable que, en bastantes sentidos, lo que nos proponen estos escritos es la teorizaci¨®n de un proceso de sociaI democratizaci¨®n de los partidos comunistas. Pero, a falta de un debate amplio de estas cuestiones, pienso que ser¨ªa un error dar por sentado que estamos en v¨ªsperas de una situaci¨®n similar a la que precedi¨® a la segunda guerra mundial y a la crisis de la socialdemocracia. No es posible entender la actual marcha del eurocomunismo sin hacer una doble referencia a la renuncia de la socialdemocracia al socialismo y a la catastr¨®fica conversi¨®n de los pa¨ªses del Este en el ensayo general de 1948. Pensar que el estalinismo fue s¨®lo un accidente es demostrar una plat¨®nica confianza en la superioridad de las ideas sobre su plasmaci¨®n en la historia. El reexamen de ¨¦sta que los eurocomunista consecuentes nos proponen tiene, al menos, la ventaja de poner en duda las ideas heredadas.
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