El rostro de Espa?a

AYER, POR primera vez en la historia, los espa?oles pudieron contemplarse en la pantalla de su propia televisi¨®n. Este es un invento relativamente reciente, y hasta hace exactamente veinticuatro horas nunca hab¨ªa tenido la posibilidad de presentar al pueblo las im¨¢genes reunidas de sus leg¨ªtimos representantes, en el hist¨®rico palacio el de las Cortes, durante largos lustros vac¨ªo de una representatividad aut¨¦ntica y legitimada por el sufragio popular. Ayer, estos rostros desfilaron como en un rito irreal por la peque?a pantalla: Manuel Fraga al lado de Dolores Ib¨¢rruri, Silva Mu?oz junto a Rafael Alberti. La juventud de Adolfo Su¨¢rez y Felipe Gonz¨¢lez en plano fundido con los a?os grabados en la faz de Santiago Carrillo.Era la fecha hist¨®rica, la imagen del verdadero cambio de r¨¦gimen. Terminaba una gran ficci¨®n. Lo ocurrido ayer no es, pues, un espect¨¢culo m¨¢s o menos apasionante, una an¨¦cdota s¨ªgnificativa, ni un episodio m¨¢s, sino un gigantesco acontecimiento que, a¨²n contemplado a trav¨¦s de la lente coloreada de la televisi¨®n gubernativa, ha emocionado a millones de espa?oles que pod¨ªan, por fin, contemplar su propio rostro. El abrazo entre el se?or Alvarez de Miranda y el se?or G¨®mez Llorente, los saludos mutuos y los, aplausos un¨¢nimes parec¨ªan sellar esta devoluci¨®n de Espa?a a los espa?oles. Que sea para siempre.