Vida

Jimi Hendrix es algo m¨¢s que un documental. En realidad ninguna obra cinematogr¨¢fica inscrita en el apartado de ?documentales? suele ce?irse a una exposici¨®n de hechos y datos, a una documentaci¨®n. El cine y todas las artes poseen el suficiente grado de subjetivismo creativo, con mayor o menor sensibilidad en sus realizadores, como para superar de manera inmediata el aparente deseo objetivo de suministrar informaci¨®n. Sin embargo, ¨¦sta se produce, en ocasiones, de manera indirecta o inconsciente incluso para sus directores, aportando una serie de connotaciones de muy distinto an¨¢lisis y validez.Con el documentalismo musical pop, tendencia que en breves a?os ha conseguido ya una serie, importante de t¨ªtulos y un estilo propio, las connotaciones surgen por doquier. Contemplar Jimi Hendrix, no es s¨®lo asistir al homenaje colectivo a uno de los mejores guitarristas pop del mundo, es tambi¨¦n, y probablemente sea el factor m¨¢s atractivo de la pel¨ªcula, contemplar fascinados una amplia galer¨ªa de tipos y prototipos del mundo cultural pop y, por supuesto, del rollo.

Las coordenadas est¨¦ticas del filme no tienen, pr¨¢cticamente, ninguna novedad con respecto a otros ejemplos del g¨¦nero. Quiz¨¢ la escasez de medios de producci¨®n, o un consciente deseo de intentar fijar la atenci¨®n del espectador en los personajes que surgen y act¨²an en la pantalla, condicionen esa sobriedad estil¨ªstica.Todo parece indicar que uno de los rasgos diferenciales -en el plano sociol¨®gico- de la segunda mitad del siglo XX es el surgimiento de una cultura-contracultura con una poderosa capacidad de difusi¨®n e influencia, y con los consiguientes cambios radicales en los h¨¢bitos de comportamiento Pues bien, Jimi Hendrix, y con ella la mayor parte de las pel¨ªculas documentales del mundo pop, es absolutamente ejemplar por lo que se refiere a la exposici¨®n de toda una serie de nuevas normas de comportamiento y nuevo sistema de valores. Cuando hablan Clapton, Little Richard, Cox, Jagger, e incluso el padre de Hendrix, lo que se escucha es parte esencial de esa nueva concepci¨®n del mundo, esa nueva ideolog¨ªa, que es el rollo. Lo conceptos tradicionales son reiventados, o, cuando menos, asumidos con un nuevo enfoque: la amistad alcanza unos grados de equilibrio de enorme sutileza; e amor se sumerge de nuevo en Ia cotidianeidad hedonista del medievo; el dinero tiene una valoraci¨®n de distinto signo al habitual incluso la muerte -y en el filme e relato de la muerte de Hendrix, en boca de un amigo negro y completamente pasado, es genial- pierde todas sus paulatinas mixtificaciones. En definitiva el mundo pop e due?o y se?or de una nueva forma de comunicaci¨®n en la que entra o no, pero de hacerlo uno se introduce en una atm¨®sfera de serena fascinante placidez. Lo de menos es saber si Jimi Hendrix, de Boyd Weiss es una buena o mala pel¨ªcula: es vida, eso es todo.