El reajuste interno de Europa
El palacio Barberini, de Roma, fue, la pasada primavera, el marco hist¨®rico del vig¨¦simo aniversario de la firma del Tratado de Roma. Los jefes de Estado y de Gobierno de los nueve no desperdiciaron la oportunidad pol¨ªtica de tan solemne encuentro e iniciaron el primer debate, en la cumbre, de las consecuencias pol¨ªticas y econ¨®micas de toda ampliaci¨®n del territorio comunitario.Fue en esta reuni¨®n excepcional del Consejo Europeo cuando, por vez primera, salieron a flote los problemas esenciales que la ampliaci¨®n comunitaria causar¨ªa a la propia realidad pol¨ªtica y econ¨®mica de la CEE, sin incluir en ellos la incidencia que dicha ampliaci¨®n tendr¨¢ en las naciones candidatas, lo que es tema aparte, aunque no de menor importancia.
El presidente de Francia, Valery Giscard d'Estaing, declar¨® al t¨¦rmino de la cumbre de Barberini que tres son los requisitos previos a toda ampliaci¨®n de la CEE: la reforma institucional, la revisi¨®n de ciertos reglamentos intracomunitarios y la adaptaci¨®n de varias pol¨ªticas de los nueve.
Las palabras de Giscard d'Estaing no sorprendieron a nadie en Roma, como tampoco deber¨ªan sorprender las declaraciones de primeros resposables europeos que, casi una vez por semana, hablan de la necesidad de reformar la agricultura europea, de solucionar el paro comunitario o de instituir el sistema de voto mayoritario en el seno del Consej¨® de Ministros de la CEE, en sustituci¨®n de la unanimidad vigente.
La crisis de la Europa verde, cerca de seis millones deparados en territorio comunitario y el deseo de varios pa¨ªses de adaptar las instituciones de la Comunidad -Comisi¨®n, Parlamento y Consejo de Ministros- a una Europa pol¨ªtica y con vocaci¨®n continental, constituyen, en la actualidad, barreras reales para las naciones candidatas. Obst¨¢culos que se utilizan en los debates parlamentarios y preelectorales -como ocurre hoy en Francia- de la pol¨ªtica interna de las naciones comunitarias.
Que existen graves problemas en la Comunidad y en las neciones candidatas para culminar la segunda ampliaci¨®n de la CEE es un hecho que nadie duda, y que no vamos a descubrir cada vez que un pol¨ªtico europeo saque el tema en campa?a electoral.
Tampoco creemos que la voluntad pofitica es suficiente para solucionar estos problemas, pero s¨ª estamos seguros que, igual que la Europa verde mantiene sistemas de equilibrio comercial y que Gran Breta?a, Irlanda y Dinamarca terminaron su adaptaci¨®n arancelaria en el interior de la CEE, Espa?a, Grecia y Portugal, juntos o por separado, bien merecen la oportunidad de su presencia pol¨ªtica de pleno derecho en las instituciones comunitarias para participar en la definici¨®n de la reforma institucional y de las nuevas pol¨ªticas agr¨ªcola y laboral comunitarias, que tanto habr¨¢n de afectar a los Estados candidatos. Lo importante es estar dentro, y que el reajuste interno de Europa discurra en presencia de todas las partes interesadas en la ampliaci¨®n de las Comunidades Europeas.
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