Rayo y R¨¢cing, con aires de Segunda
Flojo partido, con aires de Segunda, entre el Rayo y el Santander. Gan¨® bien el Rayo por su mayor insistencia en los ataques, propia del equipo que juega en casa. La calidad del juego fue muy pobre, y el Rayo, en esta presentaci¨®n como equipo de Primera ante su p¨²blico, hizo temer seriamente por su futuro.Acaso lo peor de todo sea que el encuentrojugado por el Rayo hace pensar que iug¨® bien.... dentro de sus posibilidades. El equipo est¨¢ bien armado -con un patr¨®n de juego que recoge gran parte del que sirvi¨® hace unos meses para ganar el ascenso- y losiugadores ponen entrega e Ideas al servicio de ese juego de conjunto. Pero, por desgracia, la calidad individual de los hombres del Rayo arroja una media bastante por debajo de lo que se exige en Primera. El equipo est¨¢ bien concebido, pero muchas jugadas se pierden por falta de capacidad t¨¦cnica de algunos -bastantes-de sus hombres.
El Rayo ha tenido la fortuna de empezar el campeonato ante rivales de bajo tono. Comenz¨® con una salida a C¨¢diz, donde estuvo cerca de puntuar, y le toc¨® seguir con el encuentro ante el R¨¢cing, otro equipo que apunta condiciones para convertirse en carne de descenso. Del R¨¢cing ya es sabido que traspas¨® este verano a tres de sus hombres m¨¢s acreditados, Camus, Aitor y Zuvir¨ªa, y eso lo acusa mucho su juego.
El encuentro, queda dicho, fue de pobre calidad. Tuvo aires de partido vulgar¨®n, con dominio insistente del de casa, que presionaba de forma casi continua y que amenazaba bastante, sobre todo por el lado de Alvarito, que en la primera media hora hizo un l¨ªo al joven Pelayo. Las carreras del extremo daban lugar a frecuentesiugadas embaruiladas en el ¨¢rea, donde el R¨¢cing pon¨ªa de manifiesto una peligrosa inseguridad, que no se traduc¨ªa en goles porque en el Rayo nadie pareC¨ªa capaz de anotarlos. Atr¨¢s, el equipo de Vallecas se manten¨ªa con bastante desahogo, tanto por la inoperancia del R¨¢cing como por la seguridad de sus hombres. Anero sec¨® bien durante toda la primera parte a Quinito, el mejor hombre, con mucho, del equipo santanderino -aunque demasiado inconstante y caprichoso en su juego- y los otros dos atacantes, V¨ªctor -tan torpe como Aitor, pero con menos fuerza- y Jim¨¦nez no ten¨ªan nunca bal¨®n que jugar. Ligeramente por delante de la defensa rayista, Nieto realizaba un juego de contenci¨®n sereno y seguro y pon¨ªa una de las poqu¨ªsimas notas positivas del Rayo. A su lado, Ferm¨ªn luc¨ªa gotas de calidad pero enmarcadas en una desgana y una comodidad que no se pueden disculpar. Land¨¢buru trabajaba, pero no luc¨ªa, y Rial mostraba un tono aceptable.
Esto era, m¨¢s o menos, todo. El R¨¢cing ced¨ªa metros, y cuando sal¨ªa en sus contraataques, no hac¨ªa otra cosa que darle el bal¨®n a Quinito, que poco pod¨ªa hacer. El Rayo insist¨ªa en sus ataques, disparaba las m¨¢s de las veces de lejos -por falta de capacidad para entrar en el ¨¢rea- y se encontraba por fin con el deseado gol muy poco antes del descanso. La segunda mitad mantuvo todo igual en los primeros veinte minutos, y a partir de entonces el cansancio f¨ªsico apareci¨® en los dos conjuntos y el encuentro termin¨® de hundirse. Hubo cambios, hasta los dos reglamentados por equipo, que terminaron de desajustar las cosas. Hacia el final, el R¨¢cing comprendi¨® que en pocas salidas va a poder puntuar y que el Rayo no pod¨ªa ofrecer m¨¢s de lo que hab¨ªa ofrecido hasta el momento y se decidi¨® a atacar un poco, pero a los locales les bast¨® la trampa del fuera de juego para tener al rival alejado del ¨¢rea. El final del partido sorprendi¨® a todo el mundo con la duda de si se hab¨ªa presenciado un encuentro de Primera o de Segunda.
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