Situaci¨®n de emergencia en la Escuela de Bellas Artes de Madrid
La Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid registra una situaci¨®n de emergencia desde el pasado d¨ªa 8 de septiembre, como lo manifiesta el hecho de que se haya producido la dimisi¨®n de cargos directivos en bloque, la constituci¨®n en claustro permanente de su profesorado y la suspensi¨®n de toda actividad acad¨¦mica para el curso 1977-78, hasta tanto el Ministerio de Educaci¨®n no ratifique su integraci¨®n en la Universidad Complutense como facultad. Los profesores hacen historia pormenorizada de los problemas de dicha escuela en instancia p¨²blica dirigida al Ministerio de Educaci¨®n, que reproducimos por su inter¨¦s informativo.
"La ley general de Educaci¨®n de 1970, el m¨¢s ambicioso programa de este Ministerio en materia de ense?anza, estableci¨® en su disposici¨®n transitoria segunda la incorporaci¨®n de las Escuelas Superiores de Bellas Artes a la Universidad, en sus tres ciclos.El primer decreto que desarrolla esta disposici¨®n de la ley general de Educaci¨®n es el 3.442 de 1973, que incorpora a la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla a su Universidad, y en el que se faculta al Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia para su cumplimiento, decreto que hasta la fecha permanece inefectivo.
El segundo decreto que completa el desarrollo de la disposici¨®n de la ley general de Educaci¨®n es el 2.503/ 1975. Por ¨¦l se incorporan las restantes escuelas de Barcelona, Bilbao, Madrid y Valencia, a las Universidades de Barcelona, Bilbao, Complutense de Madrid y Polit¨¦cnica de Valencia, respectivamente. Este segundo decreto, a diferencia del primero, establece unos condicionantes para su plena efectividad, que consisten en el reconocimiento de idoneidad de sus respectivos planes de estudios, medios docentes e instalaciones y, a continuaci¨®n, como en el decreto anterior, se faculta expresamente al Ministerio para su puesta en vigor. Este decreto tambi¨¦n resulta igualmente incumplido en todas sus partes, a pesar de que en el caso de la Escuela Superior de Madrid, la Universidad Complutense facilitara al Ministerio, en el curso pasado, la soluci¨®n a los condicionantes que el decreto establec¨ªa para hacerlo efectivo en el mismo curso en que fuesen resueltos.
Desde hace siete a?os, las cinco Escuelas Superiores de Bellas Artes han podido comprobar la resistencia o pereza del aparato administrativo del Ministerio de Educaci¨®n en cumplir las disposiciones de rango superior y el poco caso que hace a las decisiones de la Jefatura del Estado. Aunque tan grave y lamentable constataci¨®n pueda venir mitigada por algunos atenuantes, habr¨ªa que a?adir otras causas m¨¢s profundas que son propias y espec¨ªficas de los usos y h¨¢bitos que nuestra sociedad contrajo los pasados cuarenta a?os que, desde luego, no se han caracterizado por un especial respeto al arte o a la cultura, siempre a la cola de sentido en Espa?a es posible advertirla en cualquier capa social y, sorprendentemente, con una abundancia incre¨ªble en sus estratosil m¨¢s elevados, y de ello, por supuesto, ha estado bien impregnado el poder. No es por ello de extra?ar que el tema de la integraci¨®n de las Escuelas de Bellas Artes en la Universidad haya merecido tantas veces la displicencia, la desconsideraci¨®n y a¨²n el interrogante de algunos espa?oles ilustres, claves de ocasi¨®n.
Otra causa negativa, especialmente t¨ªpica de los pasados cuarenta a?os, ha sido el paternalismo centralista como l¨ªnea de conducta b¨¢sica de nuestra Administraci¨®n que, en el caso del Ministerio de Educaci¨®n, ha procurado a estas alturas frutos verdaderamente delet¨¦reos. En el fondo los verdaderos directores de los centros docentes en toda Espa?a han sido los funcionarios de la calle de Alcal¨¢, 34-36.
Las Escuelas Superiores de Bellas Artes, dependientes hasta ahora de una direcci¨®n general cuyo cometido espec¨ªfico no era la ense?anza, han padecido hasta hoy su equivocada radicaci¨®n. Ning¨²n director general de Bellas Artes o del despu¨¦s llamado Patrimonio Art¨ªstico y Cultural, consider¨® que los centros de ense?anza que englobaba su direcci¨®n general constituyesen su tema. Unas veces fueron los museos; otras, los festivales y exposicionales; otras, el Teatro Real o cualquier otro tema que s¨ª fuera de su espec¨ªfico cometido. Por fin, la reciente creaci¨®n del Ministerio de Cultura ha puesto coto al malentendido de que una Escuela Superior de Bellas Artes era un centro de arte antes que un centro docente; por lo que, tras desaparecer del Ministerio de Educaci¨®n, la antigua direcci¨®n general del Patrimonio Art¨ªstico, no le queda a este Ministerio m¨¢s que recoger los centros de ense?anzas art¨ªsticas que han quedado abandonados en los vac¨ªos despachos y radicarlos, seg¨²n su nivel docente, en las direcciones generales que les corresponden, tal como ten¨ªa prevista la ley general de Educaci¨®n. As¨ª pues, el tema no tiene ya dilaci¨®n posible y, por fin, podr¨ªa darse r¨¢pida soluci¨®n a la situaci¨®n discriminatoria del profesorado, del alumnado y de los titulados de estas escuelas, adem¨¢s de que sin duda tal medida es una ocasi¨®n con la que el Ministerio podr¨¢ demostrar si le queda alguna vitalidad y si est¨¢ de verdad dispuesto a adecuarse a las aspiraciones democr¨¢ticas de nuestra sociedad o ¨²nicamente desea persistir a ultranza en su conducta autoritaria, centralista y burocr¨¢tica. Los profesores de la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid conocen bien el sentir general del alumnado y saben que frente a ¨¦l tienen una responsabilidad grave en estos momentos. Por otra parte, ¨¦l pasado curso quedaron agotados los ¨²ltimos recursos para resolver el tema sin conflictividad. S¨®lo el Ministerio pudo haberlo evitado, ratificando el pleno acuerdo a que hab¨ªan llegado la Universidad Complutense y la Escuela para que inici¨¢semos nuestras actividades como facultad en el presente curso.? ?La condici¨®n ineludible del Ministerio de no proceder m¨¢s que con las cinco Escuelas en bloque, seguramente no es posible en estos momentos; pero si el nuevo equipo ministerial ha hecho profesi¨®n de liberalizar la ense?anza y se pone como meta la autonom¨ªa de la Universidad, tendr¨¢ que modificar su criterio procediendo en este caso Escuela por Escuela, teniendo en cuenta la iniciativa propia de cada una de ellas. As¨ª estaremos en el camino de una inmediata soluci¨®n de este problema. La Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, habituada a la indiferencia e incomprensi¨®n de las pasadas d¨¦cadas, inici¨® los contactos con el rectorado de la Universidad Complutense, convencida de que a quien correspond¨ªa opinar en primer lugar sobre su admisi¨®n en la Universidad era a la propia Universidad antes que al Ministerio. La experiencia no pudo ser m¨¢s positiva al encontrar un efecto, entusiasmo y comprensi¨®n a que no se estaba acostumbrado. Esta compenetraci¨®n dio por resultado la aceptaci¨®n formal del ingreso de la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid en la Universidad Complutense con fecha de 22 y 31 de marzo del presente a?o.?
Firman esta instancia veintinueve profesores tras solicitar del Ministerio que proceda sin demora.
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