"Love you Live" ¨²ltimo e hist¨®rico ¨¢lbum de los Rolling Stones
Cuando los Rolling Stones surgieron a la fama de las listas de venta, de las c¨¢maras fotogr¨¢ficas y de los reportajes apocal¨ªpticos, la tranquilidad de los padres de familia que hab¨ªan conseguido a duras penas asimilar las pulcras melenas de los beatles, volvi¨® a sufrir un dur¨ªsimo embate.En primer lugar, los Rolling eran horriblemente feos, as¨ª como maleducados, provocadores y bronquistas. En la prensa de la ¨¦poca (a?os sesenta), pod¨ªa leerse c¨®mo Mick Jagger era un sustitutivo sexual, c¨®mo sus conciertos eran bacanales de sexo y violencia y como sus fans arrasaban casi todo lo que se interpon¨ªa entre ellos y sus ¨ªdolos. La leyenda que divid¨ªa a Beatles y Rollings en buenos y malos se vio engrosada m¨¢s tarde cuando aquellos se dedicaron con fruici¨®n a meditar trascendentalmente, mientras ¨¦stos (que tambi¨¦n meditaron un poco) se ve¨ªan envueltos en esc¨¢ndalos sin n¨²mero.
Pr¨¢cticamente todos los Rollings han pasado en un momento u otro frente a un juez para responder desde posesi¨®n ilegal de anfetaminas (Jagger, 1967) hasta consumo indeterminado de drogas (Brian Jones, 1967, 1968). Pero la verdadera bestia negra de casi todas las polic¨ªas del mundo ha sido siempre Keith Richard imagen viva del rock y de su circunstancia. Keith ha tenido que hacer frente a las m¨¢s extra?as acusaciones, desde conducir borracho (cuando no lo estaban hasta de intento de asesinato en la persona del due?o del Marquee Club, de Londres. Desde 1967 hasta hoy no ha habido a?o en que Richard no haya sido detenido, concluyendo esta carrera de obst¨¢culos en Toronto (Canad¨¢), donde la Polic¨ªa Montada encontr¨® en una de las siete habitaciones que hab¨ªa reservado, treinta gramos de hero¨ªna. Sobre ¨¦l pende una petigi¨®n de siete a?os de prisi¨®n y el futuro del grupo de rock m¨¢s importante de nuestra ¨¦poca.
Toda esa historia de problemas y detenciones engarza con el motivo de este art¨ªculo: el m¨¢s reciente y, posiblemente, ¨²ltimo ¨¢lbum de los Rolling. Si Mick Jagger no tuvo la decencia de morirse a los treinta a?os (como angustiosamente ped¨ªa el cr¨ªtico ingl¨¦s Nick Cohn), tal vez Love you Live, del grupo que durante catorce a?os no ha dejado de fustigar conciencias y de sacarle la lengua al mundo desde, un escenario o desde sus Rolls Royce, suponga su entierro definitivo para tranquilidad de bien pensantes.
Andy Warhol
Love you Live es un ¨¢lbum en vivo, es un juego de palabras y es tambi¨¦n una gran verdad. El decadente decadentista Andy Warhol, realizador de la portada, ha encontrado esa verdad a trav¨¦s de un s¨ªmbolo f¨¢cil: los can¨ªbales. Si aceptamos que el canibalismo de nuestra sociedad es algo palpable nada m¨¢s salir de casa (y aun dentro de ella, a trav¨¦s de los hilos y ondas que vamp¨ªricamente nos extraen la sustancia) y tambi¨¦n que los Rolling Stones no son m¨¢s que producto pulido (esto es: espejo) de esa sociedad; nada m¨¢s normal que nos quieran vivos para sacarnos la sangre, para poder seguir sac¨¢ndonosla. Por ello, la idea de esta portada, que ni es agradable ni est¨¢ bien hecha, podr¨ªa servir tambi¨¦n como anuncio de un coche deportivo o de un nuevo detergente, ya que no se refiere a un objeto concreto, sino a ese estado de cosas, que permite hablar de canibalismo en el siglo XX.
Conciertos multitudinarios
El ¨¢lbum est¨¢ grabado en Par¨ªs, en el seno de dos conciertos multitudinarios de junio de 1976, y en el Mocambo Club, de Toronto, a principios de 1977.La primera cara comienza con un tema que abri¨® todos los conciertos de los Rolling durante los a?os 1975 y 1976, el nunca bien ponderado Honky Tonk Woman. A partir de ¨¦l, los temas se van sucediendo bajo pautas similares: -un Jagger agresivo, pero fr¨ªo, que suple su falta de convicci¨®n profunda con la fuerza de muchos a?os rodando, de muchos trucos intentados y aprendidos, con una vitalidad todav¨ªa extraordinaria.
El polo opuesto de Mick se sit¨²a precisamente en Keith Richard. Su guitarra suena angustiada, como extra¨ªda de alg¨²n encierro visionario o de alguna calle vac¨ªa, pero ahogada por el ruido. Keith demuestra, m¨¢s y m¨¢s, -que ¨¦l es los Rolling Stones, su esp¨ªritu e incluso su imagen menos adulterada. Sus solos en este LP superan de lejos a los de la otra guitarra (Ron Wood), y para m¨ª, son sin ning¨²n g¨¦nero de dudas, lo m¨¢s vital que surgi¨® de esos conciertos de 1976.
El resto del grupo: Charlie Watts a la bater¨ªa, Ron Wood a la guitarra, Bill Wyman al bajo, Billy Sonriente Preston a los teclados, Ian, Stewart al piano y Ollie Brown a la percusi¨®n, no son m¨¢s que meros comparsas que, de cuando en cuando, encuentran un leve resquicio para montar su numerito entre las enormes fuerzas de Jagger y Richard. Cumplen, y eso es todo lo que se les exige.
Los conciertos de Par¨ªs se abr¨ªan, como he dicho, con Honky Tonk Woman, sigui¨¦ndoles temas que iban desde Get Off Of -My Cloud (a?o 1964), hasta Hol Stuff de su ¨²ltimo ¨¢lbum en estudio Black and Blue, pasando por cl¨¢sicos blues como You Gotta Move y un solo tema nuevo: Crack-in up.
Si hubiera de criticar exclusivamente esta gravaci¨®n parisiense, que ocupa las caras uno, dos y cuatro, la conclusi¨®n final ser¨ªa m¨¢s bien negativa. Los conciertos tal vez aportaban algo, pero estas tres caras, que lo mismo podr¨ªan ser en directo que en casa de unos amigos (el ambiente del p¨²blico apenas es significativo), no tienen m¨¢s sentido que el de sacar su album anual en un momento lleno de interrogaciones para el grupo.
Sin embargo, algo cambia en la cara grabada en el Mocambo Club: casi todo es Rithm & Blues. Escuchando tres de las cuatro canciones que la componen, Mannish Boy, Little Red Rooster -y Around and A round, volvemos al pasado y al presente. Al pasado directo y puro del grupo, aquel que les dio su raz¨®n de ser y su espacio en la historia de nuestra m¨²sica. Al presente punk, que se confunde con aquel pasado, renov¨¢ndolo de la misma forma que un d¨ªa los Rolling renovaron el contenido de los Blues urbanos. Es esta cara la que confiere un cierto inter¨¦s musical a un ¨¢lbum cuyo mayor valor es hist¨®rico, un disco en el cual el mejor grupo de rock de la historia se dedica a realizar versiones duras, pero no siempre afortunadas, de sus propios temas.
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