C¨®moda victoria del Madrid
Vencer el Madrid en Gij¨®n no supuso al equipo blanco grandes dificultades. El Sp¨®rting dej¨® jugar a su rival a placer en la segunda parte, trastocada su t¨¢ctica por la lesi¨®n de dos de sus defensas, y encima fall¨® un penalti en la primera. Ante estas anormalidades, la diferencia entre los equipos, como el Madrid y el Sp¨®rting se vio acrecentada y los madrile?os vencieron justamente sin tener que esforzarse en demas¨ªa.El Madrid, con Molowny, ha dado un giro de 180 grados. Con los mismos hombres, el nombre del equipo vuelve a sonar con respeto por los campos de f¨²tbol. Antes se iba a por el empate y gracias; ahora la victoria es la meta y el equipo rival ya se dar¨ªa por contento con el empate. Demostr¨® una gran forta leza el Madrid en El Molin¨®n, de la que fue conscienie el Sp¨®rting; tanto fue as¨ª que bast¨® que encajara un gol para que se viniera abajo.
No obstante, en la primera parte ambos equipos fueron dignos rivales. De salida, el Sp¨®rting atac¨® muy fuerte sin resultado positivo, a pesar de que los centrocampistas madrile?os marcaron muy a dis tancia a sus pares, lo que permiti¨® al Madrid responder con la cilidad en los contraataques, y fue en uno de ellos cuando dio el primer aviso al tirar Jensen al poste. A partir de ese momento el dominio, qued¨® nivelado y la pelota no fue de exclusiva propiedad del equipo local. El juego adquiri¨® vivacidad, pero escasa peligrosidad, con pre. dominio de las defensas sobre los delantros,si exceptuamos a San jos¨¦, que, se vio superado por Ferrero casi constantemente. Quin?, en baja forma, no supo aprovechar las jugadas del argentino, a pesar de estar regularmente sujeto por Sol, a quien Molowny prefiri¨® como marcador, dejando a Benito en el banquillo. Por parte madridista, en esta fase tambi¨¦n hubo un pe¨®n nulo de cara al gol, Juanito, sin acierto y, lo que es peor, aparentemente sin ganas.
Sin embargo, cuando el Sp¨®rting realiz¨® los dos cambios y Vald¨¦s, el veterano organizador del Sp¨®rting, sali¨® como hombre libre, la defensa asturiana fue un coladero y sus hombre dejaron de luchar. El Madrid fue ya due?o y se?or.
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