Amnesty Internacional, premio Nobel de la Paz 1977
Amnist¨ªa Internacional gan¨® ayer el Premio Nobel de la Paz, quince a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n. Las Mujeres de la Paz del Ulster obtuvieron tambi¨¦n el suyo, con efecto retroactivo, correspondiente a 1976. Este segundo organismo pacificador comenz¨® a funcionar hace poco m¨¢s de un a?o. El reconocimiento del Nobel le ayudar¨¢ a seguir su tarea en la provincia brit¨¢nica. El n¨²mero de sus miembros ha disminuido en los ¨²ltimos meses y su reciente asamblea, celebrada hace dos d¨ªas, s¨®lo cont¨® con doscientos delegados.La primera reacci¨®n de Amnist¨ª¨¢ al conocer la noticia de que le hab¨ªa correspondido el premio, fue la de recordar que 1977 es el a?o de los ?Prisioneros de conciencia ? y de que el pr¨®ximo ser¨¢ el de la ?Lucha contra la pena de muerte?. En ambos casos, Espa?a les merece especial atencion..
?En realidad -dijo a EL PAIS Martin Enrials, secretario general de AI- este premio nos anima tanto a los que trabajamos en Londres como ¨¢aquellos que colaboran con nosotros desde iodo el mundo. Pero sobre todo, conforta a los prisioneros de conciencia, que con este reconocimiento podrian considerar que han ganado una nueva batalla contra su encarcelamiento?
Mart¨ªn Ennalg lleva una decena de a?os al frente de Al. Nos se?al¨® qu¨¦ el triunfo de Amn¨ªst¨ªa era una victoria de los derechos humanos y de quienes luchan por su respeto.
Pero, sobre todo, dijo: ?Es un reconocimiento para nuestros miles de miembros que trabajan en el anonimato en 35 pa¨ªses, entre ellos Espa?a, para lograr la liberaci¨®n de quie?es sufen pr¨ªsi¨®n por defender pac¨ªficamente sus ideales?
El Premio Nobel no va a institucionar a Amnist¨ªa -nos dijo Ennals- Seguiremos trabajando como siempre, con el ¨²nico deseo de que en un futuro inmediato nuestra dedicaci¨®n ya no sea necesari¨¢. M¨¢s que la del Premio Nobel, la mejor noticia que podr¨ªa tener esta organizaci¨®n ser¨ªa la de que ya no hay m¨¢s prisioneros de conciencia en el mundo. Ahora bien, es obvio que con las, 70.000, libras (unos doce millones de pesetas) que nos van a dar podremos seguir haciendo mucho por esas personas.?
Preocupaci¨®n por Espa?a
Amnist¨ªa Internacional siguepreocupada por la situaci¨®n en Espa?a, a pesar de que, nuestro pa¨ªs ha sido motivo. de satisfacci¨®n en algunas ocasiones reci¨¦ntes. Hace una semana, Al se dirigi¨® a las autoridades espa?olas para q . ue considerasen la cuesti¨®n de los objetores de conciencia que hay en prisi¨®n sobre todo, en Figueras, por negarse a la pr¨¢ctica tnilit¨¢r. En este momento, hay dieciocho presidiarios en esas con diciones adoptados por Amnistia, que sigue considerando denuncias por malos tratos de detenidos contra polic¨ªas.
?Por supuesto -dice Ennals- cualquier noticia de que va a haber movimientos favorecedores de la amnist¨ªa en Espa?a son recibidos calurosamente por nuestra organizacion. Lo que nosgustar¨ªa ver en el caso de los objetores de conciencia, es que el Gobierno Espa?ol encuetre f¨®rmulas que impidan que esas personas, tengan que ir a prisi¨®n por defender sus convicciones. En ese problerna, su pais no.est¨¢ solo Naciones como Suecia, Suiza y Francia, tienen prisioneros de conciencia que nosotros quisi¨¦ramos ver l¨ªberados este mismo a?o. Cualquier sociedad debe ser lo suficientemente fuerte como para permitir que coexistan en ella personas que no comparten las creencias de las mayor¨ªas. Las minor¨ªas tienen derecho a tener a su propia expresi¨®n religiosa o c¨ªvica.?
El recibimiento del Premio Nobel de la Paz quiz¨¢ coincida en Estocolmo en diciembre con una conferencia internacional que Al ya ha organizado para proclamar su campa?a del a?o pr¨®ximo contra la pena de muerte. Habr¨¢ espa?oles entre los asistentes a esa asamblea. Espa?a ser¨¢ uno de los pa¨ªses a los que se lesva a pedir que revisen con urgencia su C¨®digo Penal; en este aspecto, Francia. es otro pa¨ªs que lo necesita. Amnist¨ªa sigue ?sin filosof¨ªa y sin Biblia. Defendemos los derechos humanos donde quiera que se violen. Ese es nuestro objetivo?, seg¨²n afirma Martin Ennals. En ese sentido, es obligaci¨®n de la entidad que ha ganado este a?o el Premio Nobel de la Paz recordarle a Espa?a, como reciente signatario del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol¨ªticos, que en esa carta se garantiza que los que sufren juicios militares pueden ser defendidos y aconsejados por letrados civiles. Al considera que esa debe ser la pr¨¢ctica com¨²n en nuestro pais.
Para Amnist¨ªa, el Premio No bel no es s¨®lo la recompensa a una idea, sino a una constancia casi Itit¨¢nica. Grupos que pertenecen a la organizaci¨®n tienen que superar la reticencia de dictaduras para investigar casos de tortura, desaparici¨®n de prisioneros y acusaciones generales contra reg¨ªmenes que reprimen los derechos humanos principales.
No hay un pa¨ªs concreto que, Martin Ennals quiera se?alar como ejemplo de ser el que olvida m¨¢s gravemente su compromiso con el respeto a los derechos humanos: ?Esta es una cuesti¨®n internacional, cuya importancia est¨¢ reconocida por el Este y el Oeste. El hecho de que este premio se nos haya dado en Occidente no significa que sea Occidente el que m¨¢s aprecia nuestra labor. El Lenin de la Paz lo gan¨® este a?o Sean Machride, que hab¨ªa obtenido el Nobel previamente. Es una cuesti¨®n sin frontera la d e los derechos humanos y hay que evitar que un bloqueo a un pa¨ªs se identifique a s¨ª mismo como el ¨²nico guardi¨¢n de tales derechos.?
El reconocimiento que Ennais y sus 100.000 colaboradores an¨®nimos de todo el mundo recibieron ayer certifica el car¨¢cter neutral que Peter Benenson le quiso dar a la organizaci¨®n cuando lanz¨® la idea de su creaci¨®n en un peri¨®dico ingl¨¦s, el Observer. Desde que, en 1961, lanz¨® la idea, hasta la fecha de la f¨²ndaci¨®n oficial, en ese mismo a?o, que fue el idealismo de ¨¢yudar a los prisioneros olvidados, se ha convertido en la entidad en la que ponen sus esperanzas torturados, encarcelados y reprimidos pol¨ªticos y sociales que sufren por pensar libremente
Mujeres para la paz
Betty Willianis y Mairead Corrigan son las mujeres que iniciaron, el verano pasado, el movimiento Gente para la Paz, que ahora ha merecido el Premio Nobel de la Paz. Tras una euforia que llen¨® de manifestaciones pacifistas los pueblos de Inglaterra y de Irlanda, y encontr¨® el apoyo de organizaciones internacionales, inclu¨ªdo el Senado estadounidense, los propios irlandeses se han olvidado de este movimiento y se tem¨ªa que sus objetivos cayeran definitivamente en el vac¨ªo. Quiz¨¢ el Premio Nobel de la Paz sirva para que aquellas dos mu jeres recuperen la esperanza y el coraje con que comenzaron el a?o pasado. El movimiento naci¨® con la muerte de tres ni?os, v¨ªctimas de un accidente t¨ªpico del Ulster, un accidente provocado por la lucha entre soldados y terroristas.Desde entonces el esfuerzo de las se?oras Williams y Corrigan fue de acabar con la lucha sectaria que hace posibIe esa guerra. Ayer, cuando ellas recib¨ªan la noticia del premio se velaba en el Ulster a una nueva v¨ªctima de esta confrontacion. Quiz¨¢ la recompensa que han recibido por otro lado les ayude a resistir, como Amnist¨ªa, muchos a?os en la lucha por la paz.
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