Una gestante puede saber el sexo de su hijo siete meses antes del parto
Un equipo de doctores alemanes ha probado experimentalmente que una madre gestante puede conocer casi con exactitud el sexo de su hijo siete meses antes del parto. Seg¨²n los m¨¦dicos, estos descubrimientos gen¨¦ticos, que incluyen la posibilidad de elegir el sexo del ni?o antes de que se produzca la gestaci¨®n, puede traer consigo una mayor identificaci¨®n de los progenitores con su descendencia. Sobre las caracter¨ªsticas de esta investigaci¨®n escribe desde Bonn nuestro corresponsal Julio Sierra.
El doctor Jaochin Faust, de la cl¨ªnica infantil universitaria de Aquisgr¨¢n, ha llegado a descubrir el sexo de un ni?o siete meses antes de nacer, tras varias pruebas. Basta una gota de sangre de la madre, extra¨ªda del l¨®bulo de una oreja o de un dedo, para que, en un 85 % de los casos (y se han examinado cien embarazos), el m¨¦dico puede establecer si el fruto es var¨®n o hembra. La prueba puede practicarse entre la s¨¦ptima y la d¨¦cima semana de gravidez. El m¨¦todo no es seguro en casos en los que la madre ha tenido ya otro hijo en los dos a?os anteriores.En pocas palabras, el nuevo m¨¦todo para la identificaci¨®n del sexo del ni?o consiste en someter a la observaci¨®n de un microscopio especial la gota de sangre extra¨ªda a la madre gestante. Si en el n¨²cleo de los leucocitos aparece un punto blanco, el resultado del parto ser¨¢ un ni?o. Si no se observa este fen¨®meno, la mujer puede tener seguridad casi total de que ser¨¢ una ni?a.
Al parecer, el m¨¦todo es el m¨¢s seguro que se conoce para identificar el sexo del nuevo ser. Al tiempo este sistema complementa otros relacionados tambi¨¦n con la concepci¨®n: el del profesor Shettles, de Nueva York, m¨¦dico del Presbyterian Medical Center, y los tan discutidos experimentos del ?ni?o probeta?. La impresi¨®n del doctor Faust es que se est¨¢ muy cerca del momento en que los padres podr¨¢n elegir e¨ª sexo del hijo y comprobar que entre la elecci¨®n y el resultado existe coincidencia.
Desde los or¨ªgenes del ser humano, controlar la personalidad del v¨¢stago de la familia ha sido tina aspiraci¨®n muy arraigada. Los antiguos griegos estaban convencidos de que si el feto anidaba en la zona superior del ¨²tero era indicio de que el fruto ser¨ªa un ni?o, mientras que, ser¨ªa ni?a s¨ª la posici¨®n era la contraria. El profesor Shettles ha aplicado esta hip¨®tesis al momento inicial de la concepci¨®n. Seg¨²n el resultado de sus observaciones, en un 80 % de los casos en los que el var¨®n procura, mediante una posici¨®n adecuada, que sus espermas act¨²en r¨¢pidamente en el interior de su mujer se consigue como resultado el nacimiento de un ni?o. La raz¨®n es que los espermatozoos masculinos alcanzan el lugar de fecundaci¨®n m¨¢s r¨¢pidamente que los femeninos, aunque ¨¦stos cuentan con una vitalidad m¨¢s prolongada.
Este proceso puede ampliarse a los tres d¨ªas siguientes al coito. Como en el caso del m¨¦todo de identificaci¨®n del doctor Faust, tambi¨¦n en el del profesor Shettles caben errores de c¨¢lculo. El m¨¦dico americano reconoce que no es siempre f¨¢cil controlar cuando el espermatozoo llega a establecer contacto con un ¨®vulo, ya que tambi¨¦n es un factor a considerar el tiempo que falta hasta que la mujer tenga el per¨ªodo inmediato. El momento ideal, seg¨²n el doctor Shettles, se situar¨ªa en torno a los quinced¨ªas antes de que comience la regla. En caso de que la pareja desee un ni?o el hombre debe ocupar una posici¨®n superior a la de la mujer en el momento del coito. Si desea una ni?a, deben tenerse en cuenta las siguientes condiciones, seg¨²n los expertos en la materia: tres d¨ªas antes del momento deseado, deben cesar las relaciones sexuales, de modo que surta efecto el coito anterior, antes del momento elegido, la mujer deber¨¢ aplicarse una ducha ¨ªntima con agua en la que se haya mezclado previamente dos cucharadas de vinagre, sustancia que actuar¨¢ contra los espermas masculinos por el ¨¢cido que contiene. La mujer tendr¨¢ que evitar el orgasmo, puesto que esta reacci¨®n anular¨ªa el efecto del ¨¢cido; la penetraci¨®n del pene no deber¨¢ ser profunda, para que el camino m¨¢s largo a recorrer reduzca la potencialidad de los espermas masculinos. En el caso de que la pareja desee un ni?o, deber¨¢ actuar en el momento del desprendimiento del ¨®vulo y aplicarse previamente la mujer una ducha ¨ªntima, esta vez con agua de bicarbonato; en este caso ayudar¨ªa al resultado apetecido el que la mujer lograse el orgasmo.
En gran parte otros doctores coinciden con la escuela del profesor americano. Por ejemplo, el m¨¦dico de Munich, doctor Otfried Hatzold. Seg¨²n ¨¦l, si los padres desean un ni?o deben actuar, a poder ser, el mismo d¨ªa en que se produce el desprendimiento del ¨®vulo. Si quieren una ni?a, dos d¨ªas antes. La raz¨®n es la misma: los espermatozoos masculinos act¨²an m¨¢s r¨¢pidamente pero son m¨¢s perecederos. El doctor Hatzold opina que existen grandes posibilidades de que el nuevo ser sea ni?a si el coito se produce hacia el d¨ªa diecisiete antes de la siguiente menstruaci¨®n de la mujer. El pasado mes de agosto el citado doctor pidi¨® la cooperaci¨®n de mil parejas alemanas para someterse a observaci¨®n con el fin de probar si efectivamente la hip¨®tesis pod¨ªa elevase al car¨¢cter de tesis, pero los resultados, si los hubo, no se han dado a conocer.
Algo m¨¢s que un capricho
El conjunto de experimentos y conclusiones sobre el sexo del ni?o a¨²n no nacido no apuntan exclusivamente hacia la satisfaci¨®n de un capricho de los padres. Los m¨¦dicos pretenden sobre todo llegar a un control lo m¨¢s exacto posible de todo el proceso generativo de modo que puedan prevenirse las enfermedades hereditarias. En este sentido ha sido positiva la reacci¨®n del Instituto de Gen¨¦tica de Marburgo, inaugurado en 1972, para el estudio de las deficiencias infantiles perinatales. Un especialista del centro ha comentado que se se conociesen anticipadamente ciertas particularidades del nuevo ser se evitar¨ªan en gran medida los novecientos casos de mongolismo que, por t¨¦rmino medio, se producen en la Rep¨²blica Federal de Alemania cada a?o. Lo mismo cabr¨ªa decir de las afecciones relativas a deformaciones prenatales y enfermedades derivadas de una atrofia del metabolismo. Un 37% de las parejas que buscan orientaci¨®n antes del nacimiento de un nuevo hijo tienen, ya otro hijo enfermo de origen.El doctor Faust, cuyo nombre evoca al Fausto que arrieg¨® su alma por la eterna juventud, ha hecho p¨²blicos los resultados de sus experimentos cuando en la RFA se perfila una reducci¨®n del n¨²mero de abortos, tras la reforma del art¨ªculo 218 del C¨®digo Penal que regula esta materia y una tendencia familiar generalizada favorable a un aumento del n¨²mero de hijos.
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