Ferm¨ªn Aguayo (1926-1977)
Ha fallecido en Par¨ªs el pintor espa?ol Ferm¨ªn Aguayo. El s¨¢bado pasado daban las p¨¢ginas de EL PAIS la triste noticia, con un emotivo comentario del profesor Bonet Correa en el que se subrayaba la significaci¨®n de nuestro buen artista, nacido en tierra burgalesa, crecido en Zaragoza y fallecido a orillas del Sena, donde, desde comienzos de los a?os cincuenta, hab¨ªa fijado su residencia o su exilio voluntario. Con ¨¦l desaparece uno de los pioneros (el primero, tal vez) del nacimiento y auge del abstraccionismo en la pintura espa?ola. Tambi¨¦n se nos va un gran pintor y un hombre consecuente, consigo mismo y con su arte, hasta la ¨²ltima.Hace apenas un a?o present¨® en Madrid (Salas de la Direcci¨®n del Patrimonio Art¨ªstico y Cultural) su primera exposici¨®n antol¨®gica. A prop¨®sito de ella, y resumiendo su propio curriculum, Ferm¨ªn Aguayo declaraba a las p¨¢ginas de EL PAIS: ?Esta antol¨®gica comprende m¨ª ¨¦poca abstracta en Espa?a, de los a?os 1948 a 1952; el trabajo en Par¨ªs hasta los a?os sesenta, con una reflexi¨®n sobre el trabajo del pintor, y desde los a?os sesenta, con una introducci¨®n figurativa a partir de elementos abstractos. He trabajado siempre del recuerdo, incluso en la actual fase figurativa. Los franceses dicen que hago una pintura muy espa?ola?,.
Esta es la voz de Ferm¨ªn Aguayo y ¨¦ste es su juicio sobre su propio quehacer, tal como directamente los recogi¨® en su d¨ªa: Fernando Samaniego. ?El artista es un hombre -agregaba Aguayo, disipando sospechas y estratagemas coyunturales- que trabaja en la libertad; su valor en la sociedad es un valor de ejemplaridad. El arte como acci¨®n pol¨ªtica no es v¨¢lido. Lo interesante seria que la pol¨ªtica fuese art¨ªstica, con toda la invenci¨®n y la ruptura de una obra de arte. ?
Antepongo a mi comentario cr¨ªtico las palabras del pintor para que algo quede dicho con el acento de su propio decir, y para extraer, tambi¨¦n, de ellas una luz, una pista de aproximaci¨®n a la peculiaridad, a la singularidad (caso ¨²nico, el suyo) de su proceso creador. Habla, hablaba, Ferm¨ªn Ag¨¹ayo de ?una introducci¨®n figurativa a partir de elementos abstractos?, y en ello ven¨ªa a regalamos una clave, una clarividente indicaci¨®n, a la hora de interpretar el sentido de su obra y el, digamos, an¨®malo curso de su evoluci¨®n: un tr¨¢nsito gradual, moroso, paulatino, de la abstracci¨®n a la figuraci¨®n, contraviniendo de alg¨²n modo la com¨²n costumbre que, historia del arte moderno en la mano, ha sido de signo antag¨®nico, presidido por el ejemplo de Piet Mondrian, uno de los m¨¢s ¨ªnclitos protagonistas de la modernidad.
Abstracci¨®n
Mondrian, como los m¨¢s de los pintores no figurativos, procede de la figuraci¨®n hacia la abstracci¨®n. Mondrian despoja progresivamente el objeto de todas sus notas individuales, hasta reducirlo a un color simple, a una l¨ªnea, a una interdistancia: hasta hacerlo desaparecer. En tal sentido, es el suyo un arte logrado mediante una verdadera abstracci¨®n m¨¢s que anstot¨¦lica. Piet Mondrian comienza siendo un pintor naturalista que, paso a paso (y sin saltarse ninguno), va asimilando en tal sentido todos los episodios del arte contempor¨¢neo: primero el impresionismo, luego el art nouveau, m¨¢s tarde la ense?anza de Van Gogh, para de ella pasar al fauvismo, al cubismo, y arribar a las fronteras neopl¨¢sticas del abstraccionismo m¨¢s puro.
Ferm¨ªn Aguayo ha de seguir la senda contraria a la elegida por Mondrian y la mayor¨ªa de los pintores abstraccionistas. Y en ello radica la peculiaridad, la singularidad de su caso. De sus primeras pinturas, rigurosamente abstractas y hondamente amasadas en el conocimiento y en el estudio de la materia, ir¨¢ a dar a otro tipo de abstracci¨®n mucho m¨¢s libre, en cuyo concierto las tierras rojizas, de los a?os cuarenta, van cediendo, en la d¨¦cada siguiente, a la insinuaci¨®n de un azul gris¨¢ceo, y de un rosa n¨ªtido, abiertos a la adivinaci¨®n del pai saje. Y llegar¨¢ el paisaje, pleno, distenso, derramado como la tie rra misma y embebido en el aire, casi a comienzos de los a?os se senta, y a contar de tal fecha, el paisaje dar¨¢ cabida y acomodo a la figura humana, centro defini tivo, hasta la muerte de Aguayo, de todas sus indagaciones, de toda su expresi¨®n.
?En esta pintura interior -ha escrito Gerard Xuriguera de la de Ferm¨ªn Aguayo- emergen escalas de colores investigados, raras veces violentos; toda la gama de los grises, a menudo coloreados, juega con blancos templados y negros profundos, pero tambi¨¦n ocres, marrones, amarillos sostienen la intensidad de este lenguaje org¨¢nico. ? Toda la gama de que habla Gerard Xuriguera es cierta y atinadamente referible a la pintura de Aguayo, pero con un orden preciso, con una exacta referencia a las etapas que aqu¨ª se han indicado, cuya suma y sucesi¨®n define a las mil maravillas su peculiar, su an¨®mala y personal¨ªsima manera de proceder en el c¨®mputo del arte de nuestro tiempo.
Unicamente permanecer¨¢n de principio a fin, y ciorno una premonici¨®n del triste destino del artista, esos tintes blancos y esas pinceladas negras, ese feroz contrapunto entre la visi¨®n primigenia de la luz y la amenaza definit¨ªva de la sombra, entre la risue?a afirmaci¨®n del color y la dram¨¢tica negaci¨®n del cromatismo y de la vida. Un negro severo, pertinaz, intransigente, odioso (odioso como la muerte misma), que se va apoderando irremisiblemente, parcela por parcela, del blanco gozoso de otros tiempos, de otras lejanas incitaciones del vivir. En la ya citada exposici¨®n antol¨®gica de Madrid no resultaba dif¨ªcil advertir tan fiero contrapunto y adivinar la premonici¨®n.de un final cercano. De, ella quedan en mi recuerdo un p¨¢jaro aterido de fr¨ªo en la orfandad del aire, el retrato demacrado de una monja .y la sucesion de unos pasillos en los que es seguro el acceso e imposible el retorno.
Un gran pintor
He preferido el an¨¢lisis pict¨®rico a la glosa necrol¨®gica, por salir al*paso de una opini¨®n an di ulgada como restrictiva. Suele decirse que Aguayo trajo el abstraccionismo a la pintura espa?ola de la posguerra, sin agregar que al propio tiempo fue un gran pintor, en posesi¨®n de esa cualidad, o actitud contradictor¨ªa, que le hace distinguirse de entre todos los artistas de an¨¢loga dedicaci¨®n: el paso paulatino de la abstracci¨®n a la representaci¨®n figurativa, y no viceversa. El propio Aguayo daba, al respecto, esta llana explicaci¨®n: ?Para mi generaci¨®n, la pintura abstracta era m¨¢s evidente que la cl¨¢sica. Pero si se ve de forma objetiva, la pintura cl¨¢sica es m¨¢s compleja que la abstracta ( ... ). La pintura, para m¨ª, es una especie de exploraci¨®n,?
Fundador del grupo P¨®rtico, en compa?¨ªa de Lagunas, Laguardia, Vera y Ant¨®n, llev¨® a. cabo con ellos las primeras experiencias abstraccionistas, en Espa?a y colg¨® las m¨¢s audaces exposiciones del entonces. Refiri¨¦ndose a ellas, y a la mentalidad del p¨²blico de los a?os cincuenta, Ferm¨ªn Aguayo, entre nost¨¢lgico e ir¨®nico, sol¨ªa recordar: ?Aquellas exposiciones de Zaragoza ten¨ªan un gran ¨¦xito de risa; hab¨ªa colas para re¨ªrse ante los cuadros. ? Descanse ahora en paz, y quede en el recuerdo de todos, quien de s¨ª mismo dijo que pintaba del recuerdo.
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