El "Washington Post" cumple cien a?os
El diario The Washington Post, uno de los puntales de la prensa liberal norteamericana celebr¨® ayer su primer centenario de existencia. Desde que el 6 de diciembre de 1877 apareciera el primer n¨²mero, el Post atraves¨® muy diversas etapas, cambio de due?os, lleg¨® a quebrar y a ser vendido en subasta p¨²blica, absorbi¨® a un peri¨®dico rival y sufri¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n las iras del poder pol¨ªtico. Los a?os del senador Mc Carthy y su caza de brujas y el todav¨ªa reciente esc¨¢ndalo Watergate fueron quiz¨¢ sus momentos m¨¢s dif¨ªciles. Hoy d¨ªa, y tras haber contribuido de forma esencial al desenredo de aquel esc¨¢ndalo y a la ca¨ªda del presidente Nixon, el Post goza de gran prestigio mundial. Informa nuestro corresponsal Juan G. Yuste.
Un t¨ªtulo a seis columnas en primera p¨¢gina con caracteres menores que los utilizados habitualmente y una panor¨¢mica de la ciudad de Washington fueron la manera de anunciar el cumplea?os del peri¨®dico. ?El Washington Post comienza su segundo siglo?, dec¨ªa el titular. Bajo ¨¦l, los primeros p¨¢rrafos de un largo art¨ªculo de Haynes Johnson, en el que se narran las vicisitudes de la historia del diario. En el inte?or, una p¨¢gina con los nombres de los redactores y colaboradores del peri¨®dico -cerca de 3.000- y unas cuantas fotograf¨ªas de los antiguos y actuales propietarios, edificios y maquinaria. ?Nuestro aniversario - escrib¨ªa Johnson- representa muchas cosas: mucha historia, muchas noticias, mucha tinta, muchos plazos de cierre y mucho trabajo efectuado por mucha gente? Tras definir al peri¨®dico como un ?reflejo de la sociedad?, el articulista afirma que ?hoy el Post se mantiene financieramente seguro. Su monopolio de la ma?ana en la prensa de la capital le dota de una s¨®lida base econ¨®mica?. La compa?¨ªa que edita el Washington Post posee adem¨¢s el semanario Newsweek, el diario Trenton Times, de Nueva Jersey, cuatro estaciones de televisi¨®n y una parte importante del International Herald Tribune, editado en Par¨ªs.
Azarosos comienzos
Stilson Hutchins fund¨® el peri¨®dico en 1877 para realizar su sue?o de que la capital federal contara con un ?diario democr¨¢tico?. Siete columnas de apretado texto, sin la menor ilustraci¨®n, conformaban la primera p¨¢gina de aquel primer n¨²mero hist¨®rico, en el que ya aparec¨ªa el t¨ªtulo del diario en la tradicional letra g¨®tica tan utilizada por la prensa estadounidense. Doce a?os m¨¢s tarde, el Post fue comprado por dos congresistas y en 1905 el peri¨®dico volvi¨® a cambiar de due?o, al comprarlo John McLean, editor del Cincinnati Inquirer.Heredado por el hijo de ¨¦ste, Edward McLean, el peri¨®dico atraves¨® una grave crisis, perdi¨® circulaci¨®n y publicidad y acab¨® finalmente en la bancarrota. En junio de 1933 el Post fue vendido por 825.000 d¨®lares en p¨²blica subasta. El comprador, Eugene Meyer, inici¨® un relanzamiento del diario ayudado por su yerno, Philip Graham. Las cosas fueron tan bien que el Post pudo, en 1954, desembarazarse del peri¨®dico que le hac¨ªa competencia, el Times Herald, compr¨¢ndolo por ocho millones de d¨®lares.
Philip Graham se suicid¨® en 1963 y la propiedad del peri¨®dico pas¨® a su viuda, Katharine Graham, a la vez hija de Meyer. La se?ora Graham ha continuado la gesti¨®n de su esposo con mayor ¨¦xito si cabe.
Medio mill¨®n de ejemplares
Con trescientos periodistas en su n¨®mina y un total de ochocientos empleados, el Washington Post se acerca diariamente al medio mill¨®n de ejemplares de tirada, que aumenta los domingos hasta los 800.000. El director, Benjamin Bradlee, lleva m¨¢s de diez a?os al frente del d¨ªa o y guarda en su despacho la plancha met¨¢lica con la que se imprimi¨® la primera p¨¢gina de su peri¨®dico en un d¨ªa hist¨®rico. Nixon resigns (Nixon dimite)En el moderno edificio del Post, con una sala de redacci¨®n gigantesca - que fue copiada al mil¨ªmetro en la pel¨ªcula Todos los hombres del presidente- est¨¢ instalado un complejo centro de comunicaciones donde se reciben cr¨®nicas de los trece corresponsales del peri¨®dico y de una treintena de stringers, o corresponsales eventuales. La moderna maquinaria permite la impresi¨®n de 200.000 palabras por d¨ªa. Las rotativas pueden imprimir 128 p¨¢ginas cada una y lanzar 65.000 ejemplares por hora.
Con un volumen de publicidad que habla por s¨ª solo de la salud econ¨®mica del peri¨®dico, el Post tiene adem¨¢s un poder que podr¨ªa pensarse desproporcionado con respecto a su tirada. Pero cada ma?ana, los senadores, congresistas y miembros del Gobierno desayunan con el Post delante, leen sus informaciones, sus editoriales y las opiniones de una serie de prestigiosos columnistas. Cuentan que Richard Nixon se neg¨® a leerlo en pleno esc¨¢ndalo Watergate. Lo que no le impidi¨® ni a ¨¦l ni a sus colaboradores buscar f¨®rmulas para silenciar el peri¨®dico. La Administraci¨®n Carter ha tenido mejor suerte hasta el momento. El Post apoy¨® la candidatura dem¨®crata en las pasadas elecciones, pero tampoco ello fue impedimento para que Benjamin Bradlee y la se?ora Graham se negaran a suprimir una informaci¨®n sobre los pagos de la CIA al rey Hussein.
Ayer, el Washington Post public¨® un editorial en el que se refer¨ªa a sus cien a?os de edad diciendo que ?francamente, no nos sentimos m¨¢s viejos que con ochenta? y conclu¨ªa con esta frase: ?dicen que los m¨¢s dif¨ªciles son los segundos cien a?os. ?
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