La crisis portuguesa
DURAMENTE ATACADO por la derecha y aislado de otras fuerzas de la izquierda, el Gobierno socialista de Mario Soares fue derrotado ayer en el Parlamento en el acto final de una agon¨ªa que comenz¨® casi desde el mismo momento de su constituci¨®n -en julio del a?o pasado- y que se ha prolongado durante m¨¢s de diecis¨¦is meses.Mario Soares, pol¨ªtico audaz y no tan mal estratega como piensan sus rivales, jug¨® fuerte desde un principio la carta de la permanencia de un Gobierno monocolor que contaba s¨®lo con el apoyo parlamentario de 107 de los 263 diputados de la Asamblea de la Rep¨²blica. Supo explotar con habilidad el hecho de que ni a su derecha ni a su izquierda hab¨ªa otra posibilidad de gobierno. y rechaz¨® sistem¨¢ticamente las eventuales coaliciones que se le ofrec¨ªan para contar con una mayor¨ªa parlamentaria, seguro de que cualquier iniciativa en su contra ten¨ªa que pasar necesariamente por una alianza imposible y contra natura de los comunistas con los centristas del Partido Social Dem¨®crata y la derecha del Centro Democr¨¢tico Social. En. la medida en que esa uni¨®n era absolutamente imprevisible, Soares sab¨ªa que podr¨ªa seguir gobernando en minor¨ªa. Y as¨ª ha ocurrido durante muchos meses. sobre todo por el hecho de que los partidos de la oposici¨®n compart¨ªan ese mismo an¨¢lisis pol¨ªtico y asum¨ªan como propia la inviabilidad de cualquier otra alternativa al Gobierno socialista.
Soares ha cre¨ªdo hasta el ¨²ltimo momento, hasta ayer mismo, que ese esquema continuaba siendo v¨¢lido. Y parec¨ªa tener raz¨®n, porque, anunciado de antemano que PSD y CDS votar¨ªan en contra en la cuesti¨®n deconfianza planteada por el propio Gobierno socialista, hab¨ªa muchas razones para creer que el PCP, con sus cuarenta diputados, evitar¨ªa la ca¨ªda del Gobierno. Los comunistas siempre han cre¨ªdo que el Gobierno de Soares era el menos malo posible -descartada cualquier posibilidad de un Gobierno socialistas-comunistas-, y no han ocultado su preocupaci¨®n por la formaci¨®n de un eventual Gabinete formado por socialdem¨®cratas y CDS. Aparentemente, los comunistas, convertidos excepcionalmente en ¨¢rbitros de la situaci¨®n, han desechado sus viejos temores y han roto un precario equilibrio pol¨ªtico que todos los partidos aceptaban, aun a rega?adientes.
Los comunistas tendr¨¢n que explicar su decisi¨®n, porque hoy todas las posibilidades de soluci¨®n parecen bloqueadas: el PS insiste en gobernar solo, el PSD ha descartado cualquier eventual coalici¨®n con el CDS (que ser¨ªa tambi¨¦n minoritaria en el Parlamento) y el presidente Eanes se resiste a impulsar una especie de ?Gabinete presidencialista? por encima de los partidos, pero con su apoyo t¨¢cito. S¨®lo unas elecciones anticipadas podr¨ªan desbloquear la situaci¨®n, pero ¨¦stas no podr¨ªan ser convocadas antes de seis meses, ya que el Parlamento tendr¨ªa que elaborar previamente una ley electoral, actualmente inexistente. Si con un Gobierno en ejercicio la gesti¨®n de la grave crisis econ¨®mica ha sido ya bastante penosa, es f¨¢cil imaginar hasta qu¨¦ l¨ªmites podr¨ªa deteriorarse una situaci¨®n dominada por la incertidumbre como consecuencia de un vac¨ªo de poder prolongado durante seis meses m¨¢s.
Porque ha sido la agudizaci¨®n de la crisis lo que ha hecho saltar por los aires el fr¨¢gil equilibrio existente. El Fondo Monetario Internacional impuso unas duras condiciones -restricci¨®n presupuesiaria y monetaria a ultranza, y congelaci¨®n salarial- para la concesi¨®n de un cr¨¦dito de 1.500 millones de d¨®lares, vital para la econom¨ªa portuguesa. El pacto de la Moncloa espa?ol y el programa com¨²n italiano fueron los antecedentes invocados por Soares para gestionar estas impopulares medidas desde una plataforma conjunta con los partidos. El dirigente socialdem¨®crata Sa Carneiro forz¨®, con su espectacular dimisi¨®n, la negativa del segundo partido del pa¨ªs, y la derecha del CDS le sigui¨®. Curiosamente fueron los comunistas, que ahora han negado su apoyo al Gobierno de Soares, los ¨²nicos que entonces secundaron aunque con ciertas reservas, los planes del primer ministro.
El FMI decidi¨®, hace ya m¨¢s de un mes, suspender sus conversaciones con Portugal hasta que no se le ofrecieran las garant¨ªas exigidas. La crisis abierta, ahora desatada, impide la reanudaci¨®n de estas conversaciones, mientras las cifras del paro se acercan al 10% y la inflaci¨®n se sit¨²a en los niveles m¨¢s altos de Europa. Una soluci¨®n pol¨ªtica es necesaria con urgencia, soluci¨®n que s¨®lo ser¨¢ posible si los partidos ceden en sus actuales posiciones -que han provocado la ca¨ªda del Gabinete Soares- para llegar a un acuerdo m¨ªnimo que pueda salvar a Portugal de la bancarrota.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.