Del "grupo minorista" a la revoluci¨®n cubana
Alejo Carpentier Valmont, hijo de padre franc¨¦s y de madre rusa, naci¨® en La Habana en 1904. ?En biograf¨ªas bien intencionadas, aunque mal documentadas - ha dicho- se ha afirmado que hice los primeros estudios en Par¨ªs. En realidad s¨®lo estuve en las aulas del liceo Jeansonde- Sally unos cinco meses durante un viaje que mis padres realizaron a Europa por asuntos familiares.? En La Habana recibi¨® formaci¨®n en las primeras letras. M¨¢s tarde estudi¨® el bachillerato e ingres¨® en la Universidad.Del campo cubano, donde creci¨®, recuerda sobre todo ?la gran miseria del campesinado cubano, cuya situaci¨®n trat¨® de reflejar m¨¢s adelante en la novela primeriza Ecoue-Yamba-O, publicada en Madrid en 1933?.
A los diecisiete a?os sucesos de orden familiar le obligaron a ganarse la vida, para lo que tuvo que dejar sus estudios de arquitectura y dedicarse a trabajar en una imprenta como corrector de pruebas y a escribir en peri¨®dicos y revistas. De la imprenta pasa al peri¨®dico La Discusi¨®n, donde en 1921 publica sus primeros art¨ªculos de cr¨ªtica literaria. De ah¨ª la ascensi¨®n fue r¨¢pida. En 1924 - ten¨ªa entonces diecinueve a?os- era ya jefe de redacci¨®n de Carteles, el semanario de mayor circulaci¨®n de Cuba. De 1928 hasta 1939 fue corresponsal del mismo semanario en Par¨ªs.
Sus primeros contactos serios con la literatura los realiz¨® a trav¨¦s del llamado grupo minorista cubano constituido hacia 1923, por unos cuantos j¨®venes escritores, compositores y artistas entre los que se encontraban, Juan Marinello, Fernando Ortiz, Regino Pedroso, Nicol¨¢s Guill¨¦n y m¨¢s tarde Ra¨²l Roa y Carlos Rafael Rodr¨ªguez, entre otros. ?M¨¢s que un grupo con aspiraciones art¨ªsticas y l¨ªterarias, este movimiento minorista fue - en expresi¨®n del propio Carpentier - un estado de esp¨ªritu, una toma de posici¨®n ante el arte y la literatura, acompa?ada (por vez primera, ya que las generaciones iniciales hab¨ªan sido apol¨ªticas) de una vigorosa afirmaci¨®n ideol¨®gica.? El manifiesto de este grupo en 1927, que les vali¨®, el encarcelamiento a una gran parte de los firmantes, presentaba ya en embri¨®n algunos postulados revolucionarios que m¨¢s adelante ser¨ªan puestos en pr¨¢ctica.
En 1928 Alejo Carpentier se fuga a Par¨ªs y entra en contacto con el grupo surrealista de Andre Breton, Louis Aragon, Paul Eluard, Artaud, etc¨¦tera. Se dedica a escribir art¨ªculos en franc¨¦s y en castellano para vivir. Durante los diez a?os que permanece en Par¨ªs no escribe ning¨²n libro; sin embargo, asiste en Espa?a en 1937 a un congreso de escritores junto con Nicol¨¢s Guill¨¦n, C¨¦sar Vallejo y Andr¨¦ Malraux.
Vuelve a Cuba a partir de 1939. ?Creyendo qu¨¦ estaba maduro para emprender mi obra de expresi¨®n latinoamericana empec¨¦ a escribir una obra que respond¨ªa a las necesidades de mi pa¨ªs: Historia de la m¨²sica en Cuba. La afici¨®n musical de Alejo Carpentier se reflejar¨ªa adem¨¢s en otras de sus obras. Fruto de este per¨ªodo dedicado a la cultura aut¨®ctona son las novelas El Reino de este mundo, Los pasos perdidos, El Acoso y Guerra del tiempo. De 1945 a 1959 reside en Venezuela.
Ya en tiempos revolucionarios (1959) vuelve a Cuba y desde entonces ocupa cargos diferentes en las instituciones del Gobierno de Fidel Castro: vicepresidente del Consejo Nacional de Cultura, director de la Editorial Nacional. Ha desempe?ado tambi¨¦n diversas misiones diplom¨¢ticas en pa¨ªses latinoamericanos y del Este, y ¨²ltimamente en Par¨ªs, en donde ocupa el cargo de ministro consejero de Asuntos Culturales de la embajada de su pa¨ªs en Francia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.