Transparencia atmosf¨¦rica y observaci¨®n astrof¨ªsica
Uno de los factores que han condicionado el desarrollo de la Astronom¨ªa es, sin duda, nuestra propia atm¨®sfera. La delgada capa gaseosa que envuelve a la Tierra y permite la existencia de vida en su superficie era uno de los principales inconvenientes a los que el astr¨®nomo deb¨ªa hacer frente. En efecto, la atm¨®sfera terrestre no s¨®lo impide que muchas radiaciones lleguen hasta nuestra superficie -lo que, por otra parte, es fundamental para que pueda desarrollarse vida en ella-, sino que, adem¨¢s, contribuye a enmascarar a las que no interrumpe, ya que la propia atm¨®sfera emite radiaciones que se reciben junto a las exteriores y a las que, en principio, es dif¨ªcil separar.Hasta hace poco tiempo se juzgaba imposible obviar este problema. Pero en los ¨²ltimos a?os el desarrollo tecnol¨®gico que hemos logrado nos ha permitido realizar experiencias fuera de nuestra propia atm¨®sfera, principalmente por medio de sat¨¦lites, y poder tener as¨ª una visi¨®n m¨¢s completa del mundo que nos rodea.
Parecer¨ªa que, a la vista de las anteriores consideraciones, el porvenir de esta rama de la ciencia estar¨ªa ligado exclusivamente a experiencias de este tipo; sin embargo, eso no es del todo cierto, puesto que aunque para determinadas radiaciones -las que no pueden llegar a la superficie terrestre, tales como rayos X, rayos gamma, y algunas zonas del ultravioleta y del infrarrojo, etc¨¦tera-, el problema resulta insoluble sin el concurso de las experiencias realizadas fuera de la atm¨®sfera, en los dem¨¢s casos, tales observaciones resultan ser el complemento ideal de las realizadas en superficie, contribuyendo, por tanto, a potenciarlas.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta que el coste de cada experiencia realizada desde sat¨¦lites es mucho mayor que el de las realizadas en Tierra, lo que, indudablemente, nos lleva a que tal tipo de observaci¨®n ha de ser, necesariamente, limitado. Adem¨¢s, el aprovechamiento de los equipos instalados en Tierra es, gracias a los adelantos tecnol¨®gicos, cada vez mejor. Ello nos lleva a que la mejora obtenida en la calidad de las observaciones terrestres vaya increment¨¢ndose cada d¨ªa m¨¢s, lo que puede hacer casi innecesario el concurso de las observaciones realizadas fuera de la atm¨®sfera para este tipo de radiaciones.
Es necesario tambi¨¦n tener en cuenta que no todas las observaciones realizadas desde Tierra poseen la misma calidad. L¨®gicamente, aquellas que se hayan obtenido en lugares elevados, con una gran transparencia en las capas bajas de la atm¨®sfera y en ausencia de turbulencias, ser¨¢n las m¨¢s id¨®neas. Como consecuencia de ello, la mayor parte de los pa¨ªses desarrollados est¨¢ llevando a cabo una pol¨ªtica de protecci¨®n de lugares bien dotados para la realizaci¨®n de observaciones astron¨®rnicas. Esta es la raz¨®n por la que en algunas zonas de nuestro pa¨ªs, diversas naciones europeas contribuyan a la instalaci¨®n de uno de los mejores parques instrumentales del inundo para la observaci¨®n astron¨®mica. En este sentido, en la Asamblea General de la Uni¨®n Astron¨®mica Internacional, celebrada en Grenoble (Francia), en 1976, se recogi¨® una recomendaci¨®n de la Comisi¨®n Cincuenta de dicha Uni¨®n Internacional, en la que se invitaba a los pa¨ªses en los que existen lugares id¨®neos para la observaci¨®n astron¨®rn¨ªca, la expresa protecci¨®n de los mismos en beneficio de la comunidad internacional.
Uno de tales pa¨ªses, y quiz¨¢ de los mejor dotados, es el nuestro, con dos zonas muy apropiadas para este tipo de trabajos. Tales zonas est¨¢n situadas en el sureste de la Pen¨ªnsula (provincias de Almer¨ªa y Granada) y las islas Canarias (especialmente Tenerife y La Palma).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.