?xito de la Escuela de Canto

Muy buena sin duda la decisi¨®n de la Direcci¨®n General de M¨²sica de organizar sesiones de ¨®pera a precios asequibles, supuestamente dedicadas a la juventud. Esto representa un primer paso para crear un clima favorable a la actividad l¨ªrica, tanto de cara al m¨²sico como de cara al espectador.Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach, era una obra perfectamente adecuada, por su longitud, dificultad y enorme reparto, para poner de manifiesto la capacidad de los alumnos de la Escuela de Canto. Adem¨¢s, la ¨®pera p¨®stuma de Offenbach, no s¨®lo es agradable y divertida, sino que el paso del tiempo ha hecho de ella una obra interesante. As¨ª se nos presenta como una partitura que juega desenfadadamente con el romanticismo fant¨¢stico de E. T. A. Hoffmann, y que demuestra no s¨®lo un gran encanto mel¨®dico, sino tambi¨¦n un excelente oficio, una facilidad dram¨¢tica y arm¨®nica admirables y, sobre todo, una espl¨¦ndida instrumentaci¨®n.

La versi¨®n de la Escuela de Canto consigui¨® lo m¨¢s dif¨ªcil, el hacernos olvidar su condici¨®n no profesional, todav¨ªa, de sus alumnos. Excelente labor de equipo, trabajo serio y seguro, mucho m¨¢s importante que la presencia o ausencia de grandes figuras. A la buena calidad musical hay que a?adir el acierto de la escena, decorados y en especial vestuario. No merece la pena, dada la muy alta calidad general, entrar en detalles del inmenso reparto.

A la labor de todos ellos hay que ,a?adir la de Od¨®n Alonso, tan eficaz como sensible, y al que sin duda se debe reconocer el haber sacado el m¨¢ximo partido de sus colaboradores. Muy bien la orquesta, formada por miembros de la RTV, corno del Coro de la Escuela. Gran ¨¦xito para todos ellos, junto con el director de escena, Horacio R. Arag¨®n, y en especial para el alma que anima a todos ellos: Lola Rodr¨ªguez de Arag¨®n.