Frustrada una operaci¨®n de Rumasa para comprar el Banco de Navarra
El desarrollo de la crisis del Banco de Navarra est¨¢ provocando una aut¨¦ntica conmoci¨®n en el sector bancario. Los viejos problemas de extratipos, inversiones desafortunadas, inmovilizaciones y, en general, falta de profesionalidad bancaria, en que han incurrido los responsables de varias entidades, han entrado con el hundimiento del Navarra en una fase que alg¨²n banquero ha calificado de ?inquietante?. Los efectos de la crisis, que se adivinan en estos momentos, son un proceso de concentraci¨®n de algunos bancos, con reducci¨®n del censo del sector.
El Gobierno y, fundamentalmente el Banco de Espa?a y el propio sector bancario, siguen el desarrollo de la crisis con atenci¨®n y cierto temor por el posible desencadenamiento de una injustificada ola de desconfianza hacia las instituciones financieras.Ayer, el Gobierno desestim¨® la posibilidad de una operaci¨®n planteada la semana pasada por Rumasa, que supon¨ªa que este grupo se hac¨ªa cargo del Banco de Navarra pagando sus acciones al 200 % y mitigando, de esta forma, gran parte de los problemas de las sociedades financieras a ¨¦l vinculadas (MPI y Carfides). La intervenci¨®n de Rumasa se realizar¨ªa con un cr¨¦dito importante del Banco de Espa?a, concedido a largo plazo y con inter¨¦s favorable.
Las ventajas de la operaci¨®n propuesta por Rumasa, y calificada de espectacular por alg¨²n banquero, resid¨ªan en el aplazamiento del grave problema que plantean las sociedades vinculadas al Banco de Navarra, donde est¨¢n comprometidos recursos de varias decenas de miles de peque?os ahorradores, en cuant¨ªa que no ha podido determinarse por ahora, pero que, en todo caso, supera los 10.000 millones de pesetas. Los inconvenientes de la propuesta han surgido porque no parec¨ªa presentable una operaci¨®n a realizar por una entidad privada con facilidades financieras del sector p¨²blico, que algunos calificaban de desproporcionada.
El pasado martes, presidentes y primeros ejecutivos (consejeros-delegados) de los grandes bancos se reunieron, como es habitual, en Banesto, y manifestaron su desacuerdo con la operaci¨®n planteada por Rumasa.
En esta ocasi¨®n, la gran banca se ha mostrado partidaria de una liquidaci¨®n controlada del asunto MPI-Carfides-Banco de Navarra, y dem¨¢s entidades afectadas. Las etapas de esa liquidaci¨®n controlada pasan por la intervenci¨®n del Banco de Espa?a en la administraci¨®n del banco y la disposici¨®n de fondos por parte de la banca y del Banco de Espa?a (a partes iguales) para asegurar la retirada de los dep¨®sitos hasta 500.000 pesetas (6.500 millones en total). Por la cobertura por parte del Banco de Espa?a, de los 2.800 millones de dep¨®sitos por encima de saldos de medio mill¨®n de pesetas. Por el apoyo del Banco de Espa?a a los bancos y entidades de cr¨¦dito acreedoras del Navarra en el mercado interbancario, hasta una cifra total del orden de los 3.500 millones. Por la verificaci¨®n de la situaci¨®n real del banco en cuesti¨®n.
La gran banca manifest¨® su acuerdo con esta liquidaci¨®n, con reservas en la cobertura de los saldos por encima de medio mill¨®n de pesetas, y con voluntad de garantizar el empleo de los ochocientos trabajadores del Navarra, siempre que existiera alguna contrapartida patrimonial.
Para el Gobierno, el problema no reside tanto en el Banco de Navarra cuanto en las sociedades financieras del grupo.
Desestimada la opci¨®n Rumasa, queda pendiente la posibilidad de que alguien compre el Banco de Navarra, en su totalidad o en partes. Por un lado est¨¢ el patrimonio del banco (fundamentalmente, 75 oficinas), y por otro la ficha bancaria, o licencia para actuar en el sector, que tiene un alto precio en determinados momentos. Si no aparece comprador, la soluci¨®n m¨¢s previsible es una progresiva liquidaci¨®n del banco.
La mayor preocupaci¨®n del Banco de Espa?a desde hace un par de semanas es que el fen¨®meno Banco de Navarra supusiera una ca¨ªda en cadena de otras entidades peque?as con mala gesti¨®n (¨¦sta tambi¨¦n existe entre las grandes, aunque se nota menos y tenga efectos menos fulminantes) o que pasen por apuros coyunturales.
Por esta raz¨®n, la autoridad monetaria est¨¢ propiciando, en lo posible, el apoyo de unos bancos a otros.
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