A?o de perros.
Tras del perro celoso y progre, amante y compa?ero de Ana Bel¨¦n, viene ahora este otro reaccionario y cruel, perseguidor implacable de Jason Miller por todo un continente. Antonio Isasi, especialista en eso que se ha dado en llamar cine de espect¨¢culo y que incluye en igual medida acci¨®n trepidante, aventuras pueriles y secuencias arriesgadas, nos lleva esta vez a trav¨¦s del conocido carrusel de revoluciones, dictadores y helic¨®pteros, visto todo a trav¨¦s de un prisma bastante tosco. Se trata de una huida o de una persecuci¨®n, seg¨²n se mire, en la que el perro se nos muestra enemigo del hombre no por amor a Ana Bel¨¦n, sino por obediencia a un amo, pe¨®n de brega del tirano de turno.Muchos filmes de aventuras se han realizado sobre hechos semejantes y muchos a¨²n se llevar¨¢n a cabo, pues la memoria de los espectadores siempre se muestra d¨¦bil ante tales infortunios, mas, aun as¨ª, lo dif¨ªcil es acertar con una encarnadura por lo menos veros¨ªmil con la que llenar tal esquema inicial, consiguiendo que el p¨²blico no se aburra en la butaca.
El perro
Director: Antonio Isasi. Argumento: V¨¢zquez Figueroa. Gui¨®n: Juan Antonio Porto, Antonio Isasi y V¨¢zquez Figueroa. Fotograf¨ªa: Juan Gelpi. Int¨¦rpretes: Jason Miller, Lea Massari, Marisa Paredes, Juan Antonio Bardem, Yolanda Farr, Eduardo Calvo. Espa?a. Aventuras. 1977. Local de estreno: Coliseum.
Aunque el nivel mental de los que gozan con historias tales no se muestra demasiado exigente, el abuso sistem¨¢tico de personajes y situaciones hace que pronto se adivinen los caminos por donde las diversas acciones discurrir¨¢n e incluso los consabidos desenlaces. Que el hombre no se deshaga de este perro antip¨¢tico en las diversas ocasiones que se le ofrecen, a lo largo de la historia, viene a ser tan ingenuo e inveros¨ªmil como que el perro, a su vez, no le destroce, o como esos di¨¢logos sin color ni sabor, m¨¢s propios de estudiantes de BUP que de escoria de penales.
No es que se pida estricto rigor a personajes, ambientaci¨®n o historia, pero s¨ª al menos un orden, un sentido capaz de orientar a quien intenta comprender tal amasijo de falsos conspiradores, y an¨®nimos sicarios.
Realizado el filme a imagen y semejanza de los grandes espect¨¢culos americanos, para los que evidentemente nuestro cine actual no posee, de momento, ni medios, ni estructuras, ni fantas¨ªa suficiente, hinchado, m¨¢s que construido, viciado de origen y prolongado a duras penas por acumulaci¨®n de episodios sin sentido, este canto al odio del perro por el hombre hubiera podido llegar a ser, de todos modos, una pel¨ªcula discreta con una historia m¨¢s clara, lineal y sin tantas pretensiones maniqueas. Pero al querer cargar la acci¨®n de alusiones a realidades presentes pol¨ªtico-sociales, sin atreverse a afrontarlas sinceramente, ha tra¨ªdo a la luz un relato deforme y sin sentido, demasiado largo, con alg¨²n que otro buen apunte malogrado y al servicio de un perro que es varios a la vez y un hombre que, maltrecho, herido, roto, se evidencia siempre igualmente mon¨®tono, incluso en sus momentos mejores.
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