Defensa de la energ¨ªa nuclear
Premio Nobel de la PazResulta evidente que el desarrollo acelerado de la energ¨ªa nuclear es de importancia vital: en las pr¨®ximas d¨¦cadas es ¨¦ste el ¨²nico producto que, puede reemplazar al petr¨®leo, el cual, seg¨²n las opiniones m¨¢s generalizadas, se convertir¨¢ en algo poco viable hacia finales de este siglo a causa de su encarecimiento y del agotamiento de los yacimientos en que se obtiene con facilidad.
Es de suma importancia, no solamente construir centrales nucleares ?ordinarias? (es decir, las que funcionan a base de uranio enriquecido, y en las que se utiliza un is¨®topo escaso en el uranio, el U-235), sino resolver tambi¨¦n los problemas de la producci¨®n de materias f¨ªsiles, a partir del is¨®topo de base del uranio y en el futuro, del torio. Esto har¨¢ posible la utilizaci¨®n, de forma que resulte v¨¢lida econ¨®micamente, los yacimientos de uranio pobre que son numerosos en la corteza terrestre, y, posteriormente, los de torio que son todav¨ªa m¨¢s abundantes.
Se sabe que los reactores de neutrones r¨¢pidos (los superregeneadores) suponen una de las soluciones posibles de este problema, y ya est¨¢ sumamente avanzado su logro desde el punto de vista t¨¦cnico y desde el punto de vista de la seguridad. Ser¨¢ indispensable emprender durante los pr¨®ximos a?os la construcci¨®n de reactores industriales a base de neutrones r¨¢pidos prestando la m¨¢xima atenci¨®n a su seguridad.
Con frecuencia se plantea otra cuesti¨®n t¨¦cnica: la posibilidad de que se produzcan robos de material f¨ªsil en las centrales nucleares, en las plantas metal¨²rgicas y f¨¢bricas de productos qu¨ªmicos y se utilice para la fabricaci¨®n de bombas at¨®micas rudimentarias. En cuanto a los robos, considero que sus probabilidades pueden reducirse al m¨ªnimo tomando las medidas necesarias respecto a t¨¦cncas y organizaci¨®n. Por a?adidura, en nada envidio al ladr¨®n que se apodere de una barra de combustible irradiado de un reactor nuclear; es probable que ¨¦l mismo perezca en la empresa, mientras que el plutonio que contiene una sola barra es totalmente insuficiente para fabricar la carga de una bomba at¨®mica.
Estoy en el secreto de en qu¨¦ consiste la fabricaci¨®n de una bomba at¨®mica ?casera? y puedo asegurar que se trata de una tarea harto dif¨ªcil, y no m¨¢s f¨¢cil, por ejemplo, que la construcci¨®n ?casera? de un cohete espacial.
Es posible suponer tambi¨¦n que la fabricaci¨®n de un explosivo nuclear capaz de funcionar se har¨¢ dif¨ªcil, adem¨¢s, a causa de la ?desnaturalizaci¨®n ? del plutonio y de otras materias f¨ªsiles a las que se hubieran a?adido materias radiactivas.
El problema de la energ¨ªa nuclear no queda resuelto con el mero an¨¢lisis de sus aspectos t¨¦cnicos y econ¨®micos. Quiero det¨¦nerme, asimismo, en su aspecto pol¨ªtico internacional.
No dejan de tener raz¨®n los pol¨ªticos cuando se fundan en la premisa de que el nivel de desarrollo econ¨®mico de un pa¨ªs y su independencia econ¨®mica, son factores esenciales para determinar su independencia pol¨ªtica y militar, su potencia diplom¨¢tica y su influencia internacional. Este razonamiento tiene que fundamentarse por partida doble cuando se trata de dos sistemas mundiales que se oponen. Pero, a su vez, el nivel econ¨®mico viene determinado por la energ¨ªa, es decir, por la utilizaci¨®n del petr¨®leo, del gas y del carb¨®n, actualmente; del uranio y del torio, en un futuro pr¨®ximo, y quiz¨¢ incluso del deuterio y del litio en un futuro m¨¢s lejano, cuando se hayan resuelto los problemas cient¨ªficos y t¨¦cnicos implicados que plantea la fusi¨®n nuclear controlada. Esta es al raz¨®n que me mueve a afirmar que el desarrollo de la energ¨ªa nuclear es una de las condiciones indispensables para el mantenimiento de la independencia econ¨®mica y pol¨ªtica de un pa¨ªs, tanto si ¨¦ste ha alcanzado un nivel de desarrollo elevado, como si est¨¢ en v¨ªas de desarrollo.
La energ¨ªa nuclear es particularmente importante para los pa¨ªses de la Europa occidental y para Jap¨®n. Si la econom¨ªa de estos pa¨ªses sigue dependiendo sustancialmente para su abastecimiento de combustibles f¨®siles, de la URSS y de otros pa¨ªses situados bajo su influencia, el Occidente vivir¨¢ siempre bajo la amenaza de un par¨®n en el funcionamiento de su suministro y el resultado ser¨¢ una dependencia pol¨ªtica humillante. En pol¨ªtica, una concesi¨®n viene seguida de otra y resulta dif¨ªcil predecir hasta d¨®nde se puede llegar.
?Un medio de presi¨®n?
Ya he tenido ocasi¨®n de exponer (en mi libro Sur le monde et la paix) las afirmaciones que escuch¨¦ a un importante funcionar¨ªo sovi¨¦tico en 1955, cuando ?ellos? me consideraban uno de los ?suyos?. Se trataba de la reorientaci¨®n de la pol¨ªtica sovi¨¦tica en Oriente Pr¨®ximo, del apoyo que hab¨ªa que conceder a Nasser a fin de producir una escasez de petr¨®leo en la Europa occidental que sirviese de medio de presi¨®n eficaz. Actualmente la situaci¨®n es mucho m¨¢s compleja y est¨¢ mucho m¨¢s matizada. Pero a la URSS le sigue interesando, pol¨ªticamente, el utilizar las dificultades energ¨¦ticas de Occidente.
?Es acaso la URSS (o los dem¨¢s pa¨ªses del Este) quien inspira la actual campa?a antinuclear? A m¨ª no me ha llegado informaci¨®n digna de cr¨¦dito a este respecto. Si as¨ª fuese, los prejuicios antinucleares y el no comprender que la era nuclear es ineludible son hechos que est¨¢n tan difundidos que un esfuerzo insignificante e imperceptible habr¨ªa sido suficiente para influir poderosamente en la amplitud de estas campa?as.
Los seres humanos deben tener la posibilidad -el conocimiento y el derecho- de apreciar con claridad y responsabilidad, sin emociones infundadas y sin prejuicios, el conjunto de los problemas econ¨®micos, pol¨ªticos y ecol¨®gicos relacionados entre s¨ª, que plantea el desarrollo de la energ¨ªa nuclear, as¨ª como la necesidad de encontrar soluciones de recambio para el desarrollo de la econom¨ªa. No se trata tan s¨®lo del bienestar o del mantenimiento de lo que se llama la ?calidad de vida?. Se trata de un problema m¨¢s trascendental, el de la independencia econ¨®mica y pol¨ªtica, el del mantenimiento de la libertad para vuestros hijos y vuestros nietos. Pero estoy persuadido de que se acabar¨¢ decidiendo lo mejor.
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