?El final de la vida privada?
La sociedad de masas, entendida como un universo de relaciones tecnol¨®gicas, est¨¢ marcando de una manera implacable el final de la intimidad y del derecho a la vida privada. Esta amenaza real parece que todav¨ªa no ha llegado a interesar al gran p¨²blico -no toma conciencia de ello -por m¨¢s que se sucedan ejemplos y ejemplos de atropellos concretos en esta materia-, sin embargo, diversos pensadores, juristas y expertos en comunicaci¨®n han avisado en repetidas ocasiones de la violaci¨®n que el uso inadecuado de dispositivos electr¨®nicos -incluidos a un mayor nivel los ordenadores- y de otros medios de comunicaci¨®n supone para los derechos de las personas.Miguel Urabayen, profesor de la Facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de la Universidad de Navarra, se une a estas voces de los expertos, catastrofismos aparte, a trav¨¦s de un estudio realista y bien documentado -el an¨¢lisis comparado es aqu¨ª su mejor m¨¦todo- sobre las interrelaciones esencialmente conflictivas entre el derecho a la informaci¨®n y el derecho a la vida privada.
Vida privada e informaci¨®n
Un conflicto permanente.Miguel Urabayen. Pamplona. Ediciones Universidad de Navarra, 1977.
La intimidad es para Miguel Urabayen un sentimiento que nace de lo m¨¢s profundo del ser humano y se halla protegido por la esfera de lo privado, de ah¨ª que a la hora de la defensa jur¨ªdica de estos derechos ¨¦sta ha de dirigirse tambi¨¦n a lo privado que rodea al n¨²cleo de lo ¨ªntimo. Jur¨ªdicamente la intimidad es uno de los derechos de la personalidad, de igual valor que el derecho al nombrea la imagen o a la consideraci¨®n social. As¨ª lo reconoce el borrador de la constituci¨®n en su art¨ªculo veinte: ?la libertad de expresi¨®n (o informaci¨®n) tiene su l¨ªmite.... especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen?.
No est¨¢ claro, sin embargo, porque ni siquiera los propios juristas y comunic¨®logos lo han llegado a determinar, hasta d¨®nde llega la esfera de lo privado y donde termina la l¨ªnea de lo p¨²blico. La mayor dificultad quiz¨¢ derive del hecho de que la intimidad y la informaci¨®n, tomada la consideraci¨®n en sentido absoluto, sean derechos excluyentes. Como primera, salida operativa de este conflicto el autor se?ala que podr¨ªa partirse de la base de que el derecho a la informaci¨®n es la regla y el derecho a la intimidad la excepci¨®n. De cualquier manera la intimidad deber¨¢ ser protegida por normas legales, pero, sobre todo, por la aplicaci¨®n de la jurisprudencia.
Resulta valios¨ªsima e interesante la referencia que hace el autor a los ?grav¨ªsimos problemas? que plantea la inform¨¢tica (modernos instrumentos electr¨®nicos y ordenadores) a la vida privada de las personas. El mayor peligro en este sentido ser¨ªa el del totalitarismo inform¨¢tico derivado del uso computarizado de los bancos de datos automatizados en poder de la Administraci¨®n.
El profesor Urabayen apunta, finalmente, que ser¨ªa conveniente contar, adem¨¢s de con todos los dispositivos y recursos legales al alcance del ciudadano espa?ol, con una instituci¨®n parecida a la del Ombudsman escandinavo, que defender¨ªa los derechos de los ciudadanos frente a los abusos y atropellos de la Administraci¨®n.
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