Parte de los archivos pol¨ªticos ser¨¢n "hibernados" de acuerdo con criterios gubernativos
La anunciada destrucci¨®n de los archivos pol¨ªticos de la Direcci¨®n General de Seguridad y del Servicio de Informaci¨®n de la Guardia Civil sobre el per¨ªodo franquista cuestiona los criterios de selecci¨®n de los documentos hist¨®ricos. El director general de Archivos, siguiendo pautas internacionales, es partidario de congelar parte del material seg¨²n la oportunidad pol¨ªtica. Para el historiador Angel Vi?as se trata de establecer responsabilidades hist¨®ricas. Angel L. Men¨¦s recoge tambi¨¦n las opiniones del director del Archivo Hist¨®rico Nacional y del jefe del Centro Nacional del Tesoro Documental y Bibliogr¨¢fico.
Ante el anuncio de la destrucci¨®n de los documentos policiales, el senador Benet, al parecer a instancias de una nota difundida por la Asociaci¨®n de Archiveros y Bibliotecarios, hizo una interpelaci¨®n al ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, quien respondi¨® que s¨®lo se destruir¨ªan aquellos documentos que carecieran de valor hist¨®rico.Esta respuesta del se?or Mart¨ªn Villa plantea dos cuestiones claras: c¨®mo se seleccionar¨¢ la documentaci¨®n a destruir y cu¨¢l ser¨¢ el criterio que seguir¨¢n para seleccionar la materia destinada a desaparecer. Seg¨²n dijo el senador Benet, en su interpelaci¨®n al ministro, el Cuerpo General de Archiveros, que en la actualidad consta de unos quinientos funcionarios, se encuentra incapacitado, por el volumen de la informaci¨®n acumulada, para realizarla de forma exhaustiva en un per¨ªodo de tiempo razonable. Por otro lado, siempre seg¨²n el senador por Catalu?a, dicho cuerpo carece de especialistas suficientemente cualificados para evaluar la importancia de la documentaci¨®n a separar y dar a la luz p¨²blica.
Contestando a este segundo juicio, la Asociaci¨®n de Archiveros y Bibliotecarios ha difundido una nota en la que, a la vez que se congratulaba por la denuncia de esta cuesti¨®n en el Senado, considera como ?un insulto a los archiveros la argumentaci¨®n del senador por la Entesa dels Catalans. Insulto gratuito, pues, para pedir la inclusi¨®n de historiadores, cuya opini¨®n consideramos especialmente valiosa en la comisi¨®n de selecci¨®n aludida, no hac¨ªa falta denigrar a los archiveros?.
En otros pa¨ªses, la documentaci¨®n de la Administraci¨®n acumulada en los archivos ha sido sistem¨¢ticamente guardada en un per¨ªodo de tiempo razonable (variable seg¨²n la incidencia que pudieran tener en dicho espacio de tiempo en las relaciones internas y externas de dicho pa¨ªs. En Italia, Francia e Inglaterra este per¨ªodo se cifra en los cincuenta a?os, como espacio general, pudiendo ampliarse para determinadas cuestiones).
Dichos pa¨ªses cuentan, adem¨¢s, con un cuerpo organizado exclusivamente dedicado a seleccionar los documentos, cu¨¢les pueden salir inmediatamente a la luz p¨²blica y cu¨¢les han de esperar cuarentena.
Sobre el problema de qui¨¦n y de c¨®mo se ha de realizar la selecci¨®n de documentos, hemos hecho una peque?a encuesta entre varios de los estamentos afectados.
?El tema est¨¢ completamente resuelto en el plano legislativo, por el decreto firmado por el Ministerio del Interior y el Ministerio de Cultura. El criterio, seg¨²n el cual se llevar¨¢ a cabo la selecci¨®n de los documentos a conservar, ser¨¢ el de conservar todo aquello que no est¨¦ duplicado. Dentro de esta documentaci¨®n conservada hay una parte que no se debe dar a la luz p¨²blica, debido a la oportunidad pol¨ªtica. As¨ª lo dispone el Ministerio del Interior, que tiene previsto esto en la Legislaci¨®n General del Estado que regula los fondos documentales?, declara Evelio Verdera, director general de Archivos. ?En cuanto al personal que seleccionar¨¢ el material, el decreto no define qui¨¦nes lo har¨¢n. Supongo que lo realizar¨¢n funcionarios facultativos de todas las direcciones generales implicadas en el hecho.?
?No quemar nada?
?Ante todo, no quemar nada. Todo lo relacionado con la destrucci¨®n de estos archivos es un problema pol¨ªtico. Tenemos derecho a saber, como leg¨ªtimo derecho, aquello que ha pasado. En la actualidad mucha de la documentaci¨®n archivada dar¨ªa, origen a que salieran a la luz una serie de cuestiones que podr¨ªan romper esa especie de equilibrio pol¨ªtico existente. Por ello, han de ser las generaciones futuras las que decidan qu¨¦ documentaci¨®n es la que realmente tiene inter¨¦s. Ahora no se trata de conocer responsabilidades, sino de establecer responsabilidades hist¨®ricas.? Es la opini¨®n del historiador Angel Vi?as.?En cuanto a qui¨¦nes ser¨ªan los encargados de seleccionar los documentos que pueden darse a la luz p¨²blica de forma inmediata, deber¨ªa constituirse una comisi¨®n mixta entre funcionarios de la Administraci¨®n, especialistas en conservaci¨®n de documentos, especialistas en los servicios implicados, historiadores, etc¨¦tera. En fin, una comisi¨®n que contara con el personal adecuado para examinar de forma objetiva y con perspectiva hist¨®rica, todo el material archivado.?
?La cuesti¨®n de los archivos Policiales es un asunto politizado y pone en el tapete el problema de la desaparici¨®n de documentos, hecho que se ha realizado con frecuencia?, declara Luis S¨¢nchez Belda, director del Archivo Hist¨®rico Nacional.
?Dicha documentaci¨®n, tiene un doble valor. Por un lado, la acci¨®n policial no ha trascendido, pudiendo existir documentos desconocidos de gran connotaci¨®n pol¨ªtica. Por otro lado, hablan de los m¨¦todos de investigaci¨®n y sistemas policiales desconocidos por el gran p¨²blico.?
?Pol¨ªticamente, estos archivos nos har¨ªan ver qui¨¦n en realidad ha soportado el peso de la oposici¨®n; qu¨¦ ideas y actividades han sido las m¨¢s perseguidas por el r¨¦gimen de Franco.?
?Personalmente conservar¨ªa ¨ªntegramente toda esta documentaci¨®n. Para que no fuera posible utilizarla como chantaje pol¨ªtico, p¨²blico y privado ser¨ªa cuesti¨®n de establecer por parte de la Administraci¨®n un plazo de tiempo durante el cual no se pudiera tocar. S¨®lo una vez transcurrido este per¨ªodo de tiempo, que en principio pudiera ser de 35 a cincuenta a?os podr¨ªa realizarse una selecci¨®n con un verdadero criterio objetivo. Es historia de Espa?a y, como tal, hay que conservarla en su integridad.?
Selecci¨®n de hechos
?El problema que se plantea es de tipo hist¨®rico grave. Fundamentalmente se trata de discernir lo que es importante y realizar una selecci¨®n de hechos bas¨¢ndose en la frecuencia con que se repite el hecho. Por ejemplo, el que hubiera habido una Matesa durante el per¨ªodo franquista es un hecho que hist¨®ricamente carece de importancia. Pero el que hubiera un gran n¨²mero de malesas evidentemente demuestra un grado de corrupci¨®n en un r¨¦gimen que, obviamente, tiene su Importancia hist¨®rica?, declara Justo Garc¨ªa Morales, jefe del Centro Nacional del Tesoro Documental y Bibliogr¨¢fico.?Nos encontramos con un inmenso archivo. Con un exceso de documentaci¨®n, de informaci¨®n y con una falta total de perspectiva hist¨®rica. Evidentemente existe un inter¨¦s por conocer los trapos sucios de los partidos pol¨ªticos hoy legalizados. De aqu¨ª que surja el problema de que esta informaci¨®n se pueda utilizar como palanca de fuerza pol¨ªtica. Por ello, yo apuntar¨ªa el criterio de destrucci¨®n o de ocultaci¨®n temporal de todos aquellos documentos que contribuyeran a no borrar las huellas de la guerra civil. En cuanto al personal encargado de la selecci¨®n, ampliar¨ªa el cuerpo de funcionarios bibliotecarios y realizar¨ªa un ¨ªndice donde figurara la tem¨¢tica de lo archivado.?
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