En el Centro
Diputado de UCD por Granada Asesor del presidente Su¨¢rez
Se est¨¢ replanteando por algunos, ante la opini¨®n p¨²blica, una cuesti¨®n pol¨ªtica aparentemente acad¨¦mica, pero cuyo fondo ideol¨®gico y pr¨¢ctico es indudable: se trata del tema de la localizaci¨®n relativa de las fuerzas pol¨ªticas a la derecha, en el centro o a la izquierda. Por haber obtenido el mayor respaldo popular en las elecciones de junio; por asumir actualmente la responsabilidad de gobernar; por ser uno de los principales protagonistas del proceso de democratizaci¨®n espa?ola, Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico es el partido que con m¨¢s frecuencia est¨¢ sometido ante la opini¨®n a estos ex¨¢menes de localizaci¨®n en el espectro pol¨ªtico.
Curiosamente, desde sectores situados a la derecha de UCD se ha venido afirmando que la pol¨ªtica del Gobierno, y por tanto la del partido que lo apoya, es de izquierda o, cuando menos, de centro-izquierda; y al mismo tiempo, desde esos mismos sectores se invita a UCD a participar en una presunta gran operaci¨®n de formaci¨®n de la derecha espa?ola o, a lo sumo, de centro-derecha.
Y m¨¢s curioso todav¨ªa es observar c¨®mo, desde los sectores que podr¨ªamos llamar de la derecha del propio seno de UCD, se presta atenci¨®n a estos planteamientos. Puede argumentarse que la diversidad de alas en el seno de un partido pluralista como el nuestro es s¨ªntoma de vitalidad interna. Esto puede ser cierto, aunque tambi¨¦n puede ocurrir que la diversidad llegue a extremos de entendimiento con otras opciones pol¨ªticas hoy distintas, pero hist¨®ricamente afines en un pasado pr¨®ximo. Y eso, si ocurriese, ser¨ªa sumamente grave. Equivaldr¨ªa, en otras palabras, a reproducir en Espa?a el modelo italiano, siendo as¨ª que ellos son maestros en el arte de sobrevivir sin gobernarse, en tanto que aqu¨ª sucede exactamente al rev¨¦s.
Puede resultar un poco chocante, de puro sabido, pero se hace necesario de nuevo recordar ahora cu¨¢l fue la vocaci¨®n con que naci¨® Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. Cuando se inici¨® la formaci¨®n de este partido, primero como coalici¨®n de partidos, una idea b¨¢sica presid¨ªa todo el prop¨®sito: hacer imposible en Espa?a la repetici¨®n de una bipolarizaci¨®n pol¨ªtica que, hist¨®ricamente, ha sido tr¨¢gica entre nosotros. El centro naci¨® presentando a los espa?oles una bandera de concordia, de moderaci¨®n y de reformismo progresivo. Esta actitud, no dir¨¦ in¨¦dita, pero s¨ª muy poco ensayada en nuestra vida p¨²blica, recibi¨® la aceptaci¨®n de seis millones largos de conciudadanos, e hizo de UCD la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs.
Yo entiendo los resultados de las ¨²ltimas elecciones como un triunfo espectacular de la moderaci¨®n y del progreso y una voluntad de huir de enfrentamientos radicales. El puro bipartidismo, sin la presencia de elementos equilibradores, ha sido en Espa?a un enfrentamiento metaf¨ªsico, porque no se part¨ªa de un concepto de sociedad aceptado en sus puntos b¨¢sicos por las principales fuerzas pol¨ªticas (como ocurre, por ejemplo, en tres pa¨ªses con florecientes sistemas bipartidistas: Estados Unidos, que es el ejemplo neto, y Alemania Federal y Gran Breta?a, donde el bipartidismo sustancial aparece matizado por la presencia de peque?os grupos liberales), sino de conceptos en buena medida antag¨®nicos en cuanto al modelo de sociedad y de Estado que se propugna.
Las elecciones han producido un mapa pol¨ªtico en el cual -salvando la situaci¨®n vasca o la catalana, que en el conjunto de Espa?a son la excepci¨®n- la moderaci¨®n ha triunfado encarnada en la UCD, pero con la presencia significativa y no desde?able de fuerzas situadas a su derecha y a su izquierda: Alianza Popular, el Partido Socialista Obrero Espa?ol y el Partido Comunista. Sobre estos cuatro soportes est¨¢ hoy edificada la democracia en Espa?a, y en cierto modo nada m¨¢s natural que las dos minor¨ªas extremas del arco parlamentario intenten acercarse a posiciones en donde se residencia la abrumadora mayor¨ªa del electorado; pero hoy por hoy ser¨ªa temerario suponer que estos movimientos de aproximaci¨®n vayan a ser respaldados por el pueblo de modo que cristalice pronto ese tipo de bipartidismo, de tan penosa memoria en nuestra Patria.
Por eso conviene decir con claridad que tratar de identificar a UCD con la derecha, sencillamente no corresponde a la realidad de las cosas. La pol¨ªtica planteada desde su mismo nacimiento por UCD, y seguida por el Gobierno que preside Adolfo Su¨¢rez, es una pol¨ªtica que, ciertamente, comparte algunos postulados de la derecha civilizada, como son el modelo econ¨®mico-social de econom¨ªa de mercado, el reconocimiento de la libre iniciativa en todos los ¨®rdenes o la inserci¨®n de Espa?a en el mundo occidental democr¨¢tico. Pero tambi¨¦n enarbola algunas de las banderas defendidas por la izquierda democr¨¢tica en Occidente: la justicia distributiva, la solidaridad entre los hombres, la honestidad fiscal a ultranza, la existencia de un sector p¨²blico, etc¨¦tera. Ni se es necesariamente de derechas por propugnar el sistema de econom¨ªa de mercado, ni se es forzosamente de izquierdas por exigir un sistema fiscal progresivo y cumplido de manera terminante.
De hecho, la pol¨ªtica del presidente Su¨¢rez, seguida por su Gobierno, ha dado pruebas fehacientes de que en estos meses se han venido cumpliendo tanto las promesas electorales c¨®mo los postulados ideol¨®gicos de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico.
Y toda es pol¨ªtica es de centro, de centro-centro, si vale la redundancia, y dicho sea con ¨¢nimo clarificador. ?Por qu¨¦ raz¨®n la reforma fiscal o la defensa del medio ambiente han de ser patrimonio exclusivo de la izquierda? ?Y por qu¨¦ motivo la derecha puede permitirse asumir la exclusiva de la defensa del individuo frente al poder creciente del Estado?
El hecho de no compartir la tesis marxista de la lucha de clases, el ate¨ªsmo cient¨ªfico, la estatalizaci¨®n econ¨®mica y social, etc¨¦tera, distancia a UCD de la izquierda; pero considero que es un error el deducir de ah¨ª que este partido deba ser situado en la derecha. Se trata, ya lo s¨¦, de t¨¦rminos relativos, y justamente en virtud de esta relatividad es m¨¢s necesario subrayar la posici¨®n centrista de UCD, porque, efectivamente, en Espa?a existe una actitud de derecha que no es la actitud pol¨ªtica de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. Es una actitud muy honrosa, perfectamente defendible en una democracia, pero que no es la nuestra.
?Pactos?. ?Alianzas? ?Entendimientos circunstanciales? Con quienes sea necesario en cada momento. Tambi¨¦n con la derecha. Pero. desde una actitud que no responde a este flanco del abanico pol¨ªtico espa?ol. Sin renunciar a la propia naturaleza de una opci¨®n de centro, personificada por Adolfo Su¨¢rez, tanto en el partido como en el Gobierno, y que demostr¨® en las umas ser la posici¨®n preferida por los espa?oles.
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